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siembras. Se debe haeer la recolección por las
madrugadas, porque si se acentúa el calor, se
cae muy fácilmente al suelo y se desperdicia.
Se orea después eu paraje sombrío y se guarda
para las siembras.
CULTIVO DEL PERIFOLLO BULBOSO.—Su semilla
debe sembrarse en otoño en tierra bien
preparada, suave y sana, cuidando de cubrirla
muy poco; basta á lo más con frecuencia
sentar la tierra después de la siembra. Es necesario
cuidar de tener la tierra bien dispuesta
y perfectamente escardada, atendiendo á
que la semilla no germina hasta la primavera.
Es posible hacer también la siembra en primavera,
si se tiene la precaución de estratificar
la semilla al tiempo de madurar; entonces
brota inmediatamente; conservada de cualquiera
otro modo, no germinará hasta la primavera
del año siguiente. El perifollo tuberoso
no demanda ningunos cuidados durante
toda su vegetación, pero necesita frecuentes
riegos.
Hacia el mes de Julio comienza á desecarse
la hoja, cambiando antes de color; es la señal
de la próxima madurez de las raíces. Desde
este momento conviene verificar la recolección
para aplicar el suelo á otro cultivo; pero
es bueno no consumirlas hasta después de algún
tiempo, porque ganan mucho en calidad,
cuando se les conserva algunas semanas y aun
meses, con tal que se encuentren en un sitio
sano y al abrigo de los hielos.
Se ha ensayado en estos últimos años introducir
eu las huertas de hortalizas el perifollo
de Prescott, planta originaria de Siberia, que
produce raíces abultadas y comestibles, análogas
á las del perifollo tuberoso. Las dos
plantas se cultivan casi del mismo modo; el
perifollo de Prescott da raíces más largas y
más voluminosas que el tuberoso, pero de un
gusto menos fino y que se aproxima mucho al
de Wpasteca.
Usos.—Son numerosos. Se emplean para
aderezar ensaladas sobre todo; algunas veces
se preparan éstas únicamente con perifollo.
Se asocia á las hierbas que entran en las sopas
verdes de primavera, y por último, en el
Norte de Francia y de Bélgica se mezcla con
frecuencia á los potajes grasos, que aromatiza
agradablemente; no se pone hasta el momento
de servirlos, porque el aceite esencial
á que debe su olor, no resiste largo tiempo el
calor.
D. Navarro Soler.
PERINEO (Anatomía comparada).—Parte
del cuerpo de los auimales que se extiende
desde el ano hasta los testículos en el macho,
y desde la vulva hasta las tetas en las hembras.
En el perineo se observan los escudos
que sirvieron á G-uénon para clasificar las
vacas lecheras.
PERINEUMONÍA (Patología veterinaria).—
Nombre con que se ha designado la
inflamación de los pulmones en toda su masa,
la del parénquima y la de la pleura, ó bien la
inflamación de la parte periférica del pulmón,
de su envoltura, y por consiguiente de la
pleura. En la actualidad se emplea casi exclusivamente
esa palabra para designar la enfermedad
contagiosa del pecho en el ganado vacuno,
ó sea la perineumonía contagiosa.
Caracterízase la afección por ser virulenta
y epizoótica, y por las producciones neoplásticas.
Es grave por sus consecuencias y de
larga incubación; circunstancia que favorece
la diseminación del contagio. Los síntomas
son: cierto malestar, que no hace desaparecer
las apariencias de salud, y que se revela por
la lentitud eu la rumia y ligeros extremecimientos
gástricos, además de otros síntomas
gástricos también, y de la laxitud, no muy
acentuada. Adviértese tos de tarde en tarde,
débil y seca. Después de esos síntomas, que
desaparecen con rapidez, se advierte alguna
sensibilidad en el pecho y en la columna vertebral,
y los movimientos bruscos van acompañados
de quejidos ahogados. La piel carece
de flexibilidad, el pelo pierde el brillo y aparece
cubierto de polvo epidérmico en mayor ó
menor abundancia. Ese estado insidioso y latente
dura dos ó tres septenarios. Luego se
agrava el mal, se nota opresión, la tos se
vuelve más frecuente y dolorosa, el animal se
echa pocas veces ó ninguna, y se queja á menudo.
Los ojos lagrimean mucho, se mantiene
seco el morro, y los cuernos se ponen alternativamente
calientes ó fríos; la secreción de
moco por las narices es niás ó menos abundante.
La sensibilidad de la columna vertebral
es extremada; el apetito disminuye ó desaparece;
la rumia es irregular, y el pulso
acelerado. La temperatura se eleva hasta 40
ó 41° centígrados, y en ocasiones hasta 42°.
En las hembras disminuye la secreción de la
leche. Por la auscultación se oye un ruido
de fuelle, hay respiración suplementaria y
estertor crepitante húmedo. La obstrucción
pulmonar se advierte en ambos lados generalmente,
así como también la dilatación de la
pleura. La percusión determina los límites de
la enfermedad; pero aun eu las partes sanas
el ruido no es tan claro como en los períodos
de salud cabal. La duración de ese período es
muy variable, y puede comprender desde unos
cuantos días hasta varias semanas. A veces se
complica el padecimiento con artritis y abortos.
En este último caso, los recién nacidos
presentan muchas veces lesiones pulmonares.
La mortalidad oscila entre un 10 y un 75 por
100 de los animales atacados. No debe confundirse
ese padecimiento con la tuberculosis.
Tratamiento.—Por lo común, los remedios
sirven poco. Se recomiendan los derivativos,
las sangrías, el emético y el vinagre estornutario.
El remedio más eficaz, siquiera muchos
no lo crean así, es la inoculación preventiva,
basada, como es sabido, sobre la observación
de que los animales que sobreviven á la invasión,
son refractarios á nuevos ataques del
padecimiento. La inoculación se practica con
el líquido que fluye del corte de un pulmón
enfermo, á condición deque esté fresco y no