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matan en bisel, por formar el esmalte una
capa mucho más gruesa en la cara anterior
que en la posterior ó interna. Carecen de
colmillos; las muelas son tuberculosas ó de
corona plana, y á veces faltas de raíces también.
La articulación de la mandíbula inferior
con el cráneo se verifica por un cóndilo
longitudinal que sólo consiente movimientos
de adelante atrás y viceversa. El labio superior
está hundido, y la abertura bucal es
pequeña. Son animales, por punto general,
tímidos, de poco desarrollo, muy fecundos,
omnívoros ó fitófagos, nocturnos eu su mayoría,
y de instinto perspicaz y escasa inteligencia.
La rata (Mus rattus, L.) es originaria de
América según unos, y de Asia según otros.
Lo cierto es que hasta la Edad Media no se
conoció en la Europa central, donde tanto
abunda actualmente. Causa muchos estragos
en los campos, en los graneros y en los almacenes;
son muy voraces, y se devoran unas
á otras cuando las atosiga el hambre. Se reproducen
con asombrosa rapidez, y llegan á
cansar grandes destrozos en los cultivos; de
ahí la necesidad de perseguirlas y destruirlas
empleando cebos envenenados ó educando perros
para ese fin. Los gatos, los milanos y los
gavilanes las matan para comérselas, y las
martas, hurones y comadrejas por una antipatía
natural. Son de doble ó triple tamaño que
los ratones, de color gris negruzco por encima
y más claro por debajo. Según los escritores
clásicos, los griegos perseguían ya alas
ratas; Minerva las anatematizó ya por haber
roído sus redes y devorado sus holocaustos;
Apolo destruyó esos animales por legiones,
y recibió el epíteto de exterminador de
ratas (Esmintes) , como revelan las monedas
acuñadas en su honor por los habitantes de
Tenedos.
El ratón (Mus musculus de L.) es un pequeño
roedor que no mide más de 3 pulgadas
de largo y es de color gris uniforme. Es más
fecundo que la rata, está más difundido; sus
instintos, índole y temperamento son idénticos
á los de la rata, de la cual solamente se
distingue por su debilidad. Es tímido por naturaleza
y doméstico por precisión; solamente
sale de la ratonera para buscar alimentos,
no se aleja mucho de ella, y se oculta al menor
ruido. Ño cambia de domicilio sino obligado
por la necesidad, á diferencia de las ratas. Sus
costumbres son más pacíficas que las de éstas,
y se domestica hasta cierto punto, pero sin
tomar cariño á las personas. Es muy voraz, y
causa muchos destrozos en las despensas y
demás sitios donde se almacenan comestibles.
Por efecto de su debilidad, cuenta numerosos
enemigos, á cuyos dientes se substrae gracias
á la agilidad y á la pequenez, que le permite
guarecerse en cavidades reducidas. Los gatos,
las garduñas, las comadrejas, las culebras, y
hasta las aves nocturnas, hacen cruda guerra
á los ratones; el hombre, por medio de trampas
ó ratoneras, y con substancias venenosas
destruye millares de esos roedores minúsculos.
La fecundidad de las hembras está en razón
inversa de su tamaño, y de ahí que sea
imposible exterminar por completo esos animalillos.
En efecto, las hembras paren varias
veces anualmente, y á los quince días se
emancipan los pequeñuelos de la tutela maternal.
Compañero impertinente y asiduo del
hombre, habita en todo el mundo conocido.
El llamado campañol ó ratón de campo,
Mus ceconomus de Pallas, es un mamífero del
orden de los roedores normales y de la familia
de los Arvícolas. Se distingue de otras especies
por sus molares muy abiertos en la
parte inferior y de crecimiento continuo, lo
mismo que los incisivos. Presentan, por punto
general, tres lóbulos de esmalte que contienen
islotes de dentina. La cola es más peluda y
corta que la de las ratas; la cabeza menos prolongada,
y las orejas más cortas. La fecundidad
es tanta que las hembras paren hasta
seis veces por año de seis á diez individuos en
cada parto. Los jóvenes están aptos para la
reproducción á los dos meses, y de ahí la
asombrosa multiplicación. Son sumamente voraces,
y además destrozan muchas plantas y
frutos, escapando de una comarca en cuanto
la han devastado, recorriendo largas distancias
y cruzando ríos, lagunas y cuantos obstáculos
hallan á su paso. En 1822 atravesaron
el Rhin innumerables legiones de campañoles,
y al año siguiente el Main. Muchos
de ellos se ahogan en tales casos, pero muchos
llegan también á la margen opuesta. Solamente
los detienen los muros y las rocas, y
en cuanto salvan los obstáculos, dando un ro
deo, continúan avanzando en línea recta hasta
llegar á comarcas donde abundan los alimentos
que apetecen. El hambre y el frío los obligan
á emigrar, y una vez emprendida la excursión,
jamás retroceden, siempre avanzan
desde las regiones en que nacieron á otras más
meridionales y templadas. Además del frío,
causan muchas víctimas entre esos animalillos
las epidemias, y son sus enemigos naturales
las comadrejas, las martas, los armiños y diversas
aves de presa, citándose algún aguilucho
en cuyo estómago se encontraron hasta
cuarenta campañoles.
Además del vulgar, se conocen la rata de
agua, de mayor tamaño y menor fecundidad
afortunadamente, pero que también causa estragos
de consideración, por lo mismo que
halla refugio seguro en sus covachas de las
márgenes de los arroyos, ríos y estanques.
Utiliza su ancha cola para nadar, y maneja
las patas admirablemente. En los Alpes, hasta
los 2.000 y aun los 3.000 metros de altitud se
encuentra el ratón de las nieves; en Siberia
el verdadero ratón económico, así llamado
porque, á imitación de las hormigas, hace
grandes provisiones para el invierno y almacena
considerables cantidades de raíces recogidas
en las cercanías de su guarida; los habitantes
pobres de esos países consideran como
un golpe afortunado el hallazgo de uno de