é 3 - citaREA

PIS — 373 — PIS
la luz los pececillos. El desove se practica artificialmente
por los medios conocidos, recogiendo
los ¡nuevos en cápsulas de loza de gran
superficie (figura 139). Se practica la operación
en seco, y las pérdidas no exceden de
uno por mil. Se crían la trucha común (Trutta
fucio), la gran trucha de los lagos de Suiza
Figura 137.—Piscinas interiores
para los pecetiilos recién nacidos
(Trutla lacuslris), el salmón (Salmo salar)
y la farra ó ferra (Coregonus Wartmanni).
Los huevos de esas diferentes especies, una
de las cuales vive en la localidad, la trucha
Figura 138.—Cobertura de las piscinas
para resguardarse los pececillos
común, presentan diferencias de tamaño y
coloración. Los de los salmones (figura 140)
tienen de 6 á 7 milímetros de diámetro, y son
los mayores huevos de peces de agua dulce
que se conocen en Europa; son de color rosado
claro. Los de las truchas lacustres miden
6 milímetros; los de las truchas comunes (figura
141), 5 milímetros de diámetro, y unos y
otros son de color amarillento. Las gotas
aceitosas que contienen esos huevos forman
uu pequeño disco en un punto de la superficie
interna de los mismos. Los huevos de las
fervas miden solamente 2 ó 3 milímetros de
diámetro, y son incoloros; su membrana exterior
aparece muy separada de la vitelina
cuando están sumergidos en el agua.
Se efectúa la incubación en aparatos de corriente
continua; las artesillas son de cinc es-
Figura 130.—Cápsula para recoger la freza
y fecundar los huevos
maltado; en cada una de ellas caben 1.000
huevos de trucha común y 800 de salmón.
CUIDADOS QUE EXIGE LA INCUBACIÓN.—íío
debe olvidarse que unos peces desovan en si-
Figura 140.—Huevo
de salmón
Figura 141,—Huevo
de trucha
tios sombríos y otros en lugares expuestos á
la acción del sol; que quieren luz directa y
aguas templadas los que desovan en estío,
apareciendo entonces á los treinta días el ale-
Figura 142
Pincel
Figura 143
Pipeta curva
a
0 U
Figura 144
Pinzas
vín, y que prefieren la luz difusa y una temperatura
elevada los que desovan en otoño ó
invierno. El exceso de frío es perjudicial para
los primeros, y el de calor para los segundos.
La temperatura más conveniente para éstos
es la de 6 á 8 o
centígrados. Los otros la necesitan
más ó menos elevada, según la especie,
y así ha de oscilar eutre 6 y 10° para los espetones,
entre 8 y 10° para los barbos, 10 y
12° para los róbalos, 16 y 20° para las carpas,
y 10 y 25° para las tencas. El piscicultor habrá
de adoptar, por lo tanto, las precauciones