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comarcas gallegas, las lluvias son en Pontevedra
abundantes y frecuentes, calculándose
que cae durante el año una capa de agua de
1.200 milímetros, correspondiendo 400 milímetros
al invierno, 300 á la primavera, 80 al estío
y 500 al otoño. Los días de lluvia son unos
160 por término medio, de ellos 48 en invierno,
34 en primavera, 24 en estío y 54 en otoño;
los días despejados suelen ser unos 90.
PRODUCCIONES VEGETALES.— Dado el temple
y dada la humedad del clima de Pontevedra,
no es de extrañar que la flora sea verdaderamente
rica en especies, y que vegeten
allí plantas propias, al parecer, de regiones
más cálidas. No citaremos aquí las algas
fricáceas de aquellas costas, el Sargassus vulgare
y el Fucus silignosus, ni las varias especies
de algas floridas , dictioteas y cerámicas,
ni las de las ulváceas, que nacen en el interior
de los puertos, y hasta en la desembocadura
de los ríos, porque tales vegetaciones sólo
tienen importancia secundaria en agricultura.
Como representación de las zonas cálidas medran
en las tierras costaneras el naranjo, el
limonero y la camelia, la pita y la higuera
chumba. También crecen, si bien no llegan
á dar fruto, el aguacate, la palmera común,
el cinamomo, la magnolia, el guaco, el aromático
alecrín, el cedro macho, la peonía arbórea,
la rosa adelfa, de la cual extraen las abejas un
principio venenoso; otras azaleas; las yucas,
gardenias, rododendros, gran número de cra-
«uláceas y otras muchas plantas de zonas intertropicales.
Vegetan la sosa y la barrilla en
terrenos costaneros; pero donde la riqueza de
la flora llega á su colmo, es en la zona de los
valles ó zona media.
Descuellan en ellos el álamo negro, el aliso,
los sauces, la zarzamora, el saúco, el codeso,
•el laurel, el arraclán, la hiedra y la madreselva,
á cuyo abrigo nacen la violeta, la digital,
la hierba mora y otras muchas plantas herbáceas.
Bu las comarcas más elevadas y en las
faldas de las sierras se ven sotos de robles y
-aun alcornoques. Son numerosos y extensos
los bosques de castaños, y no faltan los castaños
de ludia. El pino se extiende por la zona
montana hasta coronar algunas cumbres. Los
"brezos, y las ericas que la dan á conocer se
encuentran también en las tierras llanas y de
costa. El tojo, la hiniesta, la aliaga, la carquexia,
el torvisco y el helécho hembra se encuentran
en muchos puntos, creciendo el último en
algunos á orillas del mar. Las plantas medicinales
son numerosísimas, y entre las alimenticias
figuran en primer término el maíz, el
trigo, el centeno, la cebada; estos tres últimos
cereales en proporciones exiguas bajo el
aspecto agrícola, toda clase de hortalizas y
frutas de muchas especies.
VITICULTURA Y VINICULTURA.—La extremada
división de la propiedad y la humedad del
clima en la provincia de Pontevedra, es causa
de que la viticultura haya adquirido tan escaso
desarrollo, que solamente ocupa la vid unas
1.200 hectáreas, y los cosecheros que mayor
cantidad de vino obtienen, no elaboran, por
término medio, más de 6 hectolitros. Como el
fruto no llega á madurar bien, los mostos son
ácidos, escasos en azúcar y tan pobres de alcohol
los vinos por consiguiente, que rara vez
llegan á más de 10°. Las vides vegetan en la
región media ó de los valles, principalmente
en los partidos judiciales de Túy, Pontevedra,
Vigo, Puenteáreas y Kedondela, habiendo
algunos también en los de Estrada, Lalín,
Cañiza y Puentecaldelas. No existen en
la provincia verdaderos viñedos en la recta
acepción de la palabra, es decir, extensas plantaciones
destinadas exclusivamente á la vegetación
del arbusto. Ese cultivo es considerado
como accesorio al de los cereales y pastos,
de modo que la vid forma emparrados apoyados
sobre postes de madera ó de granito, y colocados
de 2 en 2 metros, formando las lindes
de las heredades, de manera que el follaje
impide que los rayos solares caldeen los racimos,
y la altura de éstos es un obstáculo para
que les afecte la irradiación del suelo. Los
mejores vinos se cosechan en el partido de
Puenteáreas, siendo conocidos en el país con
el nombre de vinos del Condado de Salvatierra,
y que llegan á alcanzar de 12 á 16°, según
los años. La bondad de esos vinos depende
de la menor humedad del clima y de la
buena exposición en que vegetan las cepas.
Los vinos más flojos se obtienen en la húmeda
y profunda región del Ulla. La elaboración
de los caldos es muy imperfecta además.
Pisada y preusada la uva para extraer el
mosto, se echa éste en cubas ó lagos para que
fermente, sin someterle á ninguna corrección
ni agregarle la materia azucarada que necesita.
El caldo permauece comúnmente sobre la
madre hasta que se vende, y la continuada
maceración del escobajo le comunica un gusto
áspero y astringente, debido á la gran cantidad
de tanino disuelto. La producción media
puede fijarse en 50 hectolitros por hectárea,
y la cosecha anual no excederá probablemente
de 60.000 hectolitros, siendo de 8 á 10 la de
los mayores cosecheros, y habiendo muchos
que obtienen de 1 á 4. Los vinos elaborados
son todos de pasto y ninguno licoroso, por
no ser posible prepararlos, por ser pequeña la
cantidad de alcohol obtenida de los orujos. La
mayoría de los vinos se consumen á los pocos
meses de elaborados, y á lo sumo se conservan
durante uno ó dos años, ya que no es posible
encabezarlos por lo reducido de los preoios,
que oscilan entre 25 y 28 pesetas hectolitro.
Los montes públicos exceptuados de la desamortización
ocupan una extensión de 90.388
hectáreas, y produjeron en el quinquenio de
1861-65 un rendimiento en metálico y en especie
calculado en 295.402 escudos.
GANADERÍA.—Sabido es que la cría de ganados
ha adquirido en todas las comarcas gallegas
una importancia excepcional, y puede
ser considerada como la base de la riqueza
agrícola en muchos puntos. No se substrae á
esa regla la provincia que nos ocupa, y así, del