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PIN — 341 — PIN
Falta, probablemente por completo, en las
provincias de Huesca', Navarra, Santander,
Oviedo, Palencia, Zamora, Badajoz, Huelva,
Sevilla, Córdoba, Almería y Alicante.
LOCALIDAD.—Prospera en terrenos muy diversos,
como, por ejemplo, en calizos, areniscos,
rodeno, cuarcitas, granito, gneis y
serpentinas. Desde la orilla del mar, donde
suele acompañar á los pinos carrasco y piñonero,
se eleva más que ellos por la región del
pino laricio hasta introducirse en la del pino
silvestre. Asociado á éste, sube en la sierra de
.Guadarrama hasta 1.500 metros, y quizá algo
más en algunos puntos, y en Sierra Bermeja
(Estepona) se mezcla con el pinsapo á 1.400
metros de altitud. Requiere, á pesar de esto,
un clima más cálido que el que soporta el
pino silvestre, sufriendo bien las altas temperaturas
de la costa mediterránea, y no pudiendo,
por el contrario, cultivarse con éxito
en latitudes más septentrionales que las indicadas
al hablar de su área.
CULTIVO.—Recógense las pinas á mano, ó
con el gancho ó gorguz, y se extrae el piñón
poniéndolas al sol. En los suelos sueltos y
arenosos las siembras dan comúnmente buen
resultado, siendo más difícil el cultivo en los
calizos, á pesar de que este pino se cría también
eu ellos. La facilidad del cultivo del pino
marítimo por medio de siembra en terrenos
arenosos está acreditada por los resultados
obtenidos en Francia en las Landas del Sudoeste,
y en España en diversos puntos de la
costa cantábrica, y en mayor escala en una
gran parte de Galicia. Como la semilla es más
gruesa que la de los otros pinos de España
(excepto el pino piñonero), debe enterrarse
algo más que la de éstos, sobre todo en suelos
demasiado ligeros, en arenales marítimos, por
ejemplo, donde tan útil y beneficioso ha sido
ya este pino y puede seguir siéndolo. La plantación
es menos recomendable que la siembra,
pero si hay que recurrir á ella, deben preferirse
los pinitos de poca edad (dos á cuatro
años) y criados en semillero, á los mayores y
á los arrancados del monte.
CORTAS.—Pueden beneficiarse los montes
de esta especie por cortas á mata rasa, sembrando
después en las localidades de clima
benigno y de suelo arenoso y algo fresco, y
por cortas diseminatorias ó entresacas regularizadas,
pero dando luz á los diseminados á
medida que vayan completándose, en localidades
rigurosas por sus extremadas temperaturas
ó de terreno demasiado compacto y seco.
El turno puede ser de cien años y aun de
ciento veinte si se han de aprovechar los pinos
para construcción, y por el contrario, puede
rebajarse á ochenta años, y aun más, donde
la resinación sea el principal objeto.
APROVECHAMIENTO.—Se emplea en construcción
como madera de hilo y de sierra, pero
la madera de este pino es menos estimada que
la de pino silvestre y pino laricio, por ser inferior
en resistencia y elasticidad. La corteza
se emplea como curtiente en algunas provin­
cias (Cuenca), y sus hojas (pinaza) sirven,
como las de otros pinos, para alimentar al
ganado durante el invierno. De los tocones
de esta especie principalmente, pero también
de los de otros pinos, se sacan excelentes
teas. Eu Valladolid se aprovecha el piñón de
este pino como alimento para las aves de corral,
y las pinas como combustible. Sabido es
que este pino es el que principalmente se dedica
al aprovechamiento de productos resinosos.
(V. Resinación.)
Pinus pyrenaica, Lapeyr.—El botánico Lapeyrouse
formó esta especie, que todavía no
está bien admitida, y cuya existencia en España
es muy dudosa. Por si esta última llegase
á comprobarse, consignaremos los caracteres
de este pino, que son los siguientes: Árbol de
mediana altura; copa extendida; ramas verticiladas,
abiertas ó casi horizontales, tortuosas;
hojas largas (12 á 15 centímetros, á veces
hasta 18), algo rígidas, muy delgadas (1,25
milímetros de ancho); amentos masculinos
pequeñitos, numerosos, cilindráceos, obtusillos,
con la laminilla de las anteras redondeada,
algo dentada; pinas rojizas, verticiladas
(dos á seis), rara vez solitarias, subglobosas
ú ovales cuando jóvenes, y erecto patentes
sobre un ramillo corto, sentadas ó casi sentadas
cuando ya maduras, y entonces horizontales
ó extendidas, cónicas ó aovado cónicas,
largas de 5 á 10 centímetros, y gruesas de
4 á 6; escamas con apófisis casi romboidales,
lustrosas, radiado asurcadas ó arrugadas, con
quilla transversal agudita, poco elevada, y
ombligo cenizoso, ancho, deprimido, mocho;
piñones grandecitos, aovado oblongos, dos ó
tres veces más cortos que su ala.
Hecha la descripción de las especies del
género Pinus que se crían en nuestro territorio
peninsular, debemos ocuparnos ahora con
preferencia de las que vegetan en las islas
adyacentes 3' en las provincias ultramarinas.
En las Baleares no hay ninguna especie característica,
pero en las Canarias existe el
Pinus canariensis, Chr. Smith. — Vulgarmente
llamado pino de Canarias.
DESCRIPCIÓN.—Árbol de.20 á 25 metros de
altura, tortuoso, irregular, con las ramas y
ramillas erecto patentes, á veces algo inclinadas
hacia abajo y levantadas en su extremo.
Las hojas son bástante delgadas, trigonales,
finamente dentadas, ásperas, de 15 á 25 centímetros
de largo, y de color verde claro. Las
pinas tienen de 10 á 12 centímetros de longitud
y 5 á 6 de diámetro, presentándose adelgazadas
por ambos extremos, pero mucho
menos en la base que en el vértice, que es
obtuso; las apófisis de las escamas son romboidales,
poco elevadas, transversalmente carenadas,
lustrosas, de un color rosado más ó
menos intenso, algunas veces rojizo, y con la
superficie ligeramente desigual; la protuberancia
central es más ó menos saliente , obtusa,
muchas veces agudo carenada como la
apófisis. Los piñones son casi trigonales por
el desigual desarrollo de uno de sus costados,