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En algunos países se obtienen excelentes ingresos
anuales de las plumas de ganso, que se
obtienen desplumando las aves de tiempo en
tiempo.
PLUMERÍA. — Género de plantas de la
familia de las Apocináceas. En los montes de
las Islas Filipinas se cría la especie arbórea
Plumería acutifolia, Poir., llamada vulgarmente
Calachuchi. Adquiere este árbol una altura
de 3 á 4 metros, presentando el tronco con
las ramas ahorquilladas. Hojas alternas , anchas,
lanceoladas, enterísimas, lampiñas, con
los ápices retorcidos hacia abajo; pecíolos cortos
, con dos glándulas hacia la base en la parte
superior. Flores olorosas en umbela. Fruto
compuesto de dos folículos horizontales, cilindricos
y largos, que se unen en la base, con
muchas semillas colocadas en los huecos de un
receptáculo propio corchoso que sigue lo largo
del folículo; semillas con una ala alrededor.
La corteza es amarga y purgante. Se pondera
mucho para la hidropesía la infusión de la
misma. En la Islas de Cuba y Puerto Rico no
es rara la Plumería alba, L., llamada Lirio
blanco en la primera de dichas provincias ultramarinas
y Tabaida en la segunda.
Es vegetal de hojas caducas que llega á tener
8 y más metros de altura por un metro de
circunferencia. Crece en las playas. Su madera
es compacta y de buen aspecto. Se emplea
en alguuas obras de carpintería y en la construcción
de casas.
PLUMÓN.—Pluma muy delgada, semejante
á la seda, que tienen las aves para cubrir
el hueco que dejan las plumas. La industria
utiliza el plumón, especialmente el de patos,
cisnes, gansos y pavos blancos; se arranca del
vientre y de la cara interior de los muslos de
las aves, generalmente antes de la época de la
muda y de la cría, y se deseca al horno. El
más apreciado es ei edredón ó plumón del eider
común.
PLUVIÓMETRO Ó UDÓMETRO (Meteorología
agrícola).—Instrumento destinado
á recibir agua de lluvia y á determinar la
cantidad relativa que cae en los sitios en que
se coloca el aparato. Ese género de observaciones
meteorológicas es de mucho interés
para la agricultura, puesto que permite apreciar
si el clima es lluvioso ó no, y la influencia
que la humedad ó la sequedad ejercen en
las plantas. La figura 149 representa el modelo
que emplea M. Masure; es de fácil manejo,
bastante exacto y poco costoso.
Se compone de un ancho embudo de cinc
E, colocado en un agujero practicado en la
tapa de una caja de madera. Al tubo del embudo
se suelda la tapa de un vaso cilindrico
de cinc. Este vaso 22 reposa sobre el doble
fondo de la caja, presentando á un costado un
tubo de vidrio 2', que da á conocer el nivel
del agua en el interior; el vaso termina en la
parte inferior por una llave r que atraviesa
el doble fondo y permite verter el agua en
una probeta de vidrio M. Dos puertas laterales,
abiertas en la caja, proporcionan el poder-
observar el nivel del agua en el tubo T y recoger
este agua en la probeta M.
Se puede sostener el embudo y el depósito
del pluviómetro con tres arcos de hierro sobre
un trípode, ofreciendo en este caso mayor
elegancia el aparato.
La sección del embudo es de un octavo de
metro cuadrado, recogiendo por consecuencia
la lluvia caída sobre esta superficie. Es indispensable
esta extensióu por lo menos, para
no incurrir en error. La sección del vaso en
que se reúne el agua debe ser exactamente
diez veces más pequeña (Yao de metro cuadrado)
que la del embudo. En este caso, la
altura del agua recogida en el reservatorio y
observada en el tubo T, es diez veces mayor
que la altura del agua caída en el embudo. Se
gradúa la altura del tubo en centímetros; en-
Figura 140.—Pluviómetro
tonces el número de centímetros de agua observados
en el tubo representa en milímetros
la altura del agua caída.
Para obtener más precisión en las observaciones,
se hace uso de una probeta, cuya sección
(VROO de metro cuadrado) es cien veces
más pequeña que la del embudo E, sobre que
cae la lluvia. Sus divisiones en centímetros
representan los décimos de milímetro de agua
caída. Si se divide la altura en milímetros, estas
milésimas representan céntimos de milímetro
del agua de lluvia. Con la ayuda de la
probeta, el aparato es tan sensible que se
puede medir hasta el agua depositada por el
rocío y la niebla.
Esta disposición, indispensable para observaciones
precisas, no lo es para las necesidades
agrícolas; basta con el embudo y el vaso.
La observación pluviométrica suministra
datos preciosos al agricultor. Con el auxilio
del pluviómetro se puede apreciar la profundidad
que gana el agua en las tierras de la-