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gozarán por dos cosechas mas la exención de
todo diezmo y primicia, en cualquiera de los
casos comprendidos en los artículos anteriores;
y por un año mas si la cerca fuese con
pared de piedra seca ó de setos naturales.»
Sigue el articulado dando franquicias á los
terrenos roturados que se pongan en riego.
En 1820, como en 1770, en Enero de 1813,
ley-decreto de las Cortes de 29 Mayo 1822 y 18
Mayo de 1837, se repartieron terrenos baldíos,
etc., y se concedieron roturaciones en
suertes de montes, dehesas, etc., repartidas
entre los vecinos, que en no pocos casos resultaron
formar nuevas poblaciones, como, por
ejemplo, la Nueva Castilla, en la provincia de
Córdoba, que se fundó por reparto que se
hizo del monte Horquera á los vecinos de
Baena en el año de 1820.
II. Libre hoy el uso de aplicación de la
propiedad, según convenga dejarla sin.romper
ó roturarla, hay que considerar antes de
romperla sus cualidades agrológicas, por si
fuesen tales que rindan más producto eriales
ó de pastos, que roturadas y puestas en cultivo.
Los terrenos que ahora se encuentran
eriales, rara vez dejan de pertenecer á las clases
poco fértiles, cuyas capas están compuestas
alternando, á un solo mineral, arena, cal
y arcilla, que es el motivo de su esterilidad.
Si el espesor de las capas fuese tal que daudo
UDa labor profunda se puede conseguir mezclar
los tres minerales pulverizados de modo
que formen suelo cultivable, al roturarle se
habrá conseguido algún beneficio. Pero si la
capa superior es muy espesa, y aunque sobre
las otras no permite sin grandes gastos mezclarlas,
será mejor no emprender gastos que
no ofrezcan remuneración. Sin embargo, si la
capa superior fuese arcillosa y el país regularmente
húmedo y frío, se podrá aprovechar roturándolo
y aplicando grandes lechos de cal
como abono, como hacen en las Provincias
Vascongadas, en que esos terrenos abundan.
Cuando la capa superior es arenisca, poco fértil,
y que las capas inferiores, estando profundas,
no permiten mezclarlas, echándoles una
capa de arcilla y cal, mezcladas en lugar de
abonos, se forma un suelo útil, que lo irá siendo
cada vez más, según se aumente la mezcla.
La roturación y aplicación de las mezclas en
tal clase de suelos no puede aceptarse sino
bajo la presión de una gran necesidad de tierras
fértiles, cuyo valor llegue hasta permitir
con ventajas formar suelos artificiales, como
tiene lugar cuando se roturan los eriales estériles.
Decididos á verificar la operación, elegidos
los medios de ejecución, que aconsejamos
sean el empleo del azadón y él pico; dando
una cava lo menos de 50 centímetros, con
lo cual se arrancan las matas, raíces, etc., y se
ponen á secar encima de la tierra, porque una
labor así equivale á muchas de arado que
cuestan lo menos tanto, y no valen la mitad,
pues lo más que profundizan es 20 centímetros.
Una cava abierta de 50 centímetros de
profundidad, verificada en su tiempo, aña­
diendo, en el acto de hacerla, la cal ó arcilla,
según convenga, y después de secarse las plantas
que se arranquen, y quemadas, esparciendo
la ceniza, tendremos el terreno en condiciones
de poderlo sembrar, según sea su calidad, que
de ordinario será mejor emplearlo en árboles
de monte, tan escasos en lo general de nuestro
país y tan necesarios, si bien estos gastos
son adelantos á larga fecha, que pocos de
nuestros labradores pueden hacer.
Los eriales que tienen alguna fertilidad, la
manifiestan teniendo plantas matorrales, carrascas,
etc. En este caso hay que roturarloscon
el pico y el azadón, y puede aprovecharse
la leña gruesa para carboneo, y las ramas para
quemarlas sobre el suelo, después de arrancadas
y secas.
Para evitar que las plantas arrancadas retoñen,
sé tiene cuidado de profundizar las
raíces y arrancarlas, y las que estén muy profundas
y se les deje alguna parte, cortarla con
instrumento bien afilado. El hacer la labor
de rompimiento del terreno con el pico, azadón,
etc., en lugar de emplear el arado, y llevar
el tajo abierto, facilita mucho el desarraigo,
pues al llegar á una planta que debe profundizarse
para extirpar la raíz, se lleva el
tajo limpio hasta la profundidad de toda la
labor.
Algunos creen conveniente que, una vez
roto el terreno, se debe sembrar; nosotros
creemos que se debe dejar un año de barbecho
para que la tierra sacada del fondo se beneficie
con los agentes atmosféricos, de cuya
manera se asegura mejor la producción, pues
claro es que, si después de roturar la tierra se
hace un buen barbecho, se mezclarán más sus
partículas, y se dispondrán á producir mejor,
que con sólo la labor de romperla.
J. de Hidalgo Tablada.
ROMULEA.—Género de plantas de la familia
de las Irídeas. Las especies Romulea linaressi,
Parlat., y Romulea uliginosa, Kunze,
son esteparias, y habitan, la primera en el seno
gaditano, Isla de León, entre Puerto Real y
Santa María, y Rota; la segunda entre Puerto
Real y el T'rocadero.
RON.—En las Antillas y en las Indias
Orientales se obtienen de la fabricación del
azúcar de caña ciertos residuos, tales como
las espumas, la melaza, etc., que puestos en
fermentación y destilados, dan por resultado
la obtención de varias bebidas alcohólicas
muy conocidas, á las que se da los nombres
de ron, rafia, caña, y en Madagascar y en
La Reunión el de guildiva. Fermentando y
destilando espumas de azúcar, se obtiene un
aguardiente de olor empireumático, algún
tanto ácido, y que suele darse á los obreros
negros, por lo cual lleva el nombre de ron de
negros. En Inglaterra y Alemania se fabrica
mucho ron de la melaza procedente de las refinerías;
melaza que diluida se fermenta con
levadura, y después de la fermentación se
destila al cabo de tres ó cuatro días.
El mejor ron se obtiene en las colonias,