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horno y las masas; evitan las enfermedades
que los bruscos cambios de temperatura producen
en los obreros, y son por último los
más económicos de tiempo y jornales.
No hay duda que estas ventajas exigen mayor
inteligencia en los operarios; pero además
de serles beneficiosas, lo son también
para el resultado práctico de la industria.
Descartando los muchos sistemas de amasadoras
mecánicas con éxitos más ó menos
efímeros, describiremos tan sólo cuatro tipos
que se reparten hoy el favor del público. Tales
son los sistemas Melvin y Thomson, en Inglaterra;
Deliry, en Francia, y Pfleiderer, en
Alemania.
La amasadora Melvin (figura 76) consta
de una artesa de chapa de acero, sujeta con
roblones á los costados, que son de hierro
fundido. Las barras mezcladoras, en número
de cinco, son de acero, dispuestas longitudinalmente,
y se extienden de un lado á otro
de la artesa, formando tres marcos que se
cruzan al girar. Reciben el movimiento en
B i l l
Figura 78
ambos extremos por medio de piñones y dos
ruedas dentadas que engranan en el árbol de
la polea. El tiempo que emplea en el amasijo
es de catorce á diez y seis minutos. Para descargar
la amasadera se la hace girar, mediante
un husillo y el cuadrante fijo en el eje de
la artesa, sin detener la rotación de las aspas,
que desalojan automáticamente el contenido.
La amasadera Thomson (figura 77) consiste
en un cuerpo cilindrico que descausa en
cojinetes, á fin de girar para verter la masa.
Por dentro de los muñones pasan los ejes de
las dos aspas, una de doble escuadra (B, figura
78), en contacto con los costados interiores
de la artesa, y otra (A) con brazos laterales
rectos y barra ligeramente quebrada,
provistos ambos de barrotillos planos que
se cruzan en el movimiento invertido de las
aspas. Estas, merced á los dobles engranajes
y doble polea, pueden trabajar juntas, ó sólo
3a exterior, y marchar lenta ó rápidamente.
El sistema Deliry, extendido en Francia
desde la 'Exposición de 1878, se compone
(figura 79) de una artesa circular de fundición
que gira alrededor de un eje vertical. En
su interior funcionan un amasador en forma
de lira para desleír la levadura y cortar la
masa durante todo el trabajo, y dos agitadores
helizoidales para estirarla y envolverla, como
se ejecuta en la operación á brazo. Adaptado
á la parte fija que rodea el engranaje, hay
una rasqueta que va desprendiendo la masa
adherida á las paredes de la artesa. El movimiento
de rotación de ésta se comunica por
una corona dentada que lleva en su parte inferior
y engrana con el piñón del árbol de la
polea motriz, y este movimiento lo transmite
la artesa á la lira y las hélices por medio de
engranajes interiores. En la parte superior
del aparato se ve un husillo con su volante,
que sirve para desengranar los órganos amasadores.
Sobre dos tercios próximamente de
los bordes de la artesa se levanta una chapa
de hierro, asegurada por medio de varillas
que parten de la placa de asiento, y cuyo ob-
Figura 79.—Amasadora Deliry
jeto es evitar que la masa rebase dichos bordes.
La artesa descansa sobre ocho poleas ó
rodillos, tres hacia el centro y cinco junto al
borde.
Para que funcione este aparato, se empieza
por echar en la artesa el agua y la levadu-
Figura 80.—Amasador Pfleiderer
ra, poniéndole después en marcha por medio
de la polea de trausmisión. Luego que el
amasador vertical ha desleído la levadura, se
vierte la harina y se hace girar á los demás
órganos que van ejecutando el amasado. Este
se da por concluido al cabo de unos diez y
ocho minutos; entonces se detiene la marcha
de todo el aparato, y se extrae la pasta, ó bien
se pesa allí mismo, colocando una balanza con
su pie en el sitio que ocupaba la rasqueta.
El amasador Deliry puede ser transformado
para masa de galleta empleando hélices
apropiadas á dicha fabricación.
Aunque este sistema da excelente resultado
en Francia con sus pastas blandas, resulta
endeble para el pan metido en harina á que
nosotros estamos acostumbrados; causa única
de que en las panaderías militares de España
se haya preferido el sistema Pfleiderer, por