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acción de las raíces de las plantas, como órganos
de absorción, esas materias sufren una
nueva fermentación, que deja en libertad productos
azoados asimilables. Un ensayo hecho
por M. Boussingault con tierra de la huerta de
Liebfranenberg puso en evidencia esa transformación.
En Junio contenía esa tierra 8,2
gramos de nitrato de potasa por metro cúbico,
ó sean 27 kilogramos por hectárea, y en
Septiembre 227,5 gramos de nitrato de potasa
por metro cúbico, lo que equivale á 758
kilogramospor hectárea; aumento que no pudo
ser resultado de la transformación del amoníaco,
porque en Junio solamente conteníala
tierra 95 kilogramos de esa substancia por
hectárea; número insuficiente para formar 758
kilogramos de nitrato de potasa, y que únicamente
es dado explicar por la transformación
efectiva de una porción del ázoe de reserva
en ázoe asimilable.
Como es fácil comprender por las precedentes
indicaciones, importa mucho saber determinar
las cantidades de nitrógeno que contienen
las tierras, los abonos, etc., etc. En la
actualidad se emplea un procedimiento tan
sencillo que le pueden aplicar las personas extrañas
á las operaciones químicas. Consiste
ante todo el procedimiento inventado por los
señores Will y Warrentrapp, en calentar basta
el rojo, en un tubo de cristal poco fusible, la
materia azoada, mezclada previamente con cal
Sodada, la cual se prepara apagando dos partes
de cal viva con agua en que se haya disuelto
una parte de sosa, calcinando, por último,
el todo en un crisol de tierra. Bajo la
influencia del calor y de la mezcla alcalina, el
nitrógeno de la substancia ensayada se desprende
en estado de amoníaco, que es absorbido
por el ácido sulfúrico. Determinando la
cantidad de ácido que queda libre, se deduce
cuál es la cantidad de amoníaco absorbida, y
por consiguiente, la de nitrógeno que la substancia
analizada contenía.
Por lo mismo que es tan importante conocer
las cantidades de nitrógeno que los alimentos
abonos contienen, algunos ilustres químicos
an redactado tablas, como la publicada en la
página 64 del segundo tomo de este DICCIO­
NARIO, artículo Alimentación, en que se expresa
la proporción de ázoe ó nitrógeno y otros
elementos que contienen las principales substancias
obtenidas y utilizadas por los labradores.
En el artículo Abonos y en otros en que se
trata de esas substancias por separado, se expresa
cuál es la composición de cada una, y
por lo tanto, cuánta es la proporción de nitrógeno
que contienen.
J. P.
N0CHIZ0.-(V. Avellano.)
NOGAL.—El género Juglans, de la familia
Juglándeas, comprende tres especies arbóreas,
designadas vulgarmente con los nombres de
nogal común, nogal negro y nogal de Cuba,
dignos todos ellos de aprecio por sus producs
tos y cualidades, que pasamos á describir.
Juglans regia, L.; nogal común.—Grande
y hermoso árbol, que adquiere extraordinarias
dimensiones, y de cuyo tronco,corto y robusto,
parten gruesas y vigorosas ramas, que forman
una copa amplia y redondeada. Su corteza es
agrisada, lisa y de color claro en las ramas jóvenes
ó de mediano grueso; agrietada, gruesa,
de un color gris más obscuro en las ramas
madres y en el tronco; las hojas están formadas
por siete á nueve hojuelas ovales, agudas,
ligeramente sinuadas, lampiñas, coriáceas, de
un verde obscuro y que exhalan un fuerte olor
aromático cuando se las frota; las flores femeninas
están por lo común geminadas; el fruto
es ligeramente ovoide, liso y sin puntuaciones,
lustroso, de color verde que se ennegrece
por la desecación; la nuez está excavada en
la superficie por surcos irregulares y anastomosados
entre sí, no rugosos. Florece en Abril
ó Mayo, y hasta en Junio, y la maduración del
fruto se verifica en Septiembre ú Octubre, según
los climas y las variedades.
Este árbol, originario de Persia y de la India,
y, según Loureiro, de la China septentrional,
fué importado en Grecia en tiempos
remotos, y desde allí se propagó, por medio
del cultivo, por los demás países europeos, especialmente
por Italia, Francia, Alemania y
Suiza. No prospera ni fructifica bien sino
estando aislado, y por tanto, no puede ser introducido
ventajosamente en la repoblación de
los montes, á pesar de las buenas cualidades
de su madera. Esta tiene muy bien terminadas
las capas anuales, con poros comunes, uniformemente
distribuidos en cada capa anual, y
en grupos de uno á tres ó cuatro; espejillos de
mediano tamaño, y tejido amallado poco visible;
es madera recia y de mucha dura; es de
sierra, porque en hilo se tuerce con facilidad y
pesa mucho; su densidad está entre 0,664 y
0,564. Para carpintería y ebanistería es la
madera del nogal común una de las mejores
y más hermosas de Europa, pues recibe un
hermoso pulimento, y su veteado produce ricos
y variados matices. Es indispensable á los
armeros para culatas de fusiles y escopetas; á
los carroceros, para cajas de carruajes; á los
torneros, para diversos objetos. Las excrescencias,
denominadas lupias, qué el nogal produce,
presentan muchas veces dibujos preciosos, flores,
arabescos, etc., formados por los perfiles
de multitud de vetas caprichosamente matizadas;
estas excrescencias son raras y se pagan
caras. Como combustible, la madera del nogal
es de poco uso; en primer lugar, porque su
precio es muy elevado y, en segundo, porque
despide poco calor. El carbón tampoco es más
que de mediana calidad. La corteza, que contiene
ácido tánico, se emplea en tintorería; y lo
mismo sucede con la cubierta verde de la nuez,
que contiene una materia colorante parda muy
sólida, usada en carpintería para dar á los muebles
de madera blanca un color semejante al
de la madera de nogal. La nuez madura del nogal
común es fresca y proporciona un alimento
agradable, pero siempre de difícil digestión.
Conservada para el resto del año, y por consi-