29.04.2013 Views

é 3 - citaREA

é 3 - citaREA

é 3 - citaREA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

PER — 293 — PER<br />

dos y las nieblas, provocan la expansión de<br />

los filamentos fructíferos. Por el contrario,<br />

cuando reinan vientos secos y desaparece la<br />

humedad, cesan al momento los estragos y<br />

mueren los conidios, cuya vitalidad no es<br />

grande, á diferencia de la de los oósporos,<br />

que resisten las más bajas temperaturas, las<br />

extremadas sequías y las humedades, habi<strong>é</strong>ndose<br />

reconocido su existencia en los excrementos<br />

del ganado lanar, es decir, despu<strong>é</strong>s<br />

de atravesar el tubo digestivo de una res. En<br />

España, y esto comprueba las indicaciones<br />

anteriores, solamente se ha desarrollado el<br />

mildiú en <strong>é</strong>pocas y en comarcas en que era<br />

grande la humedad del ambiente, y despu<strong>é</strong>s<br />

de lluvias copiosas durante la primavera y el<br />

estío. Afortunadamente, como en nuestra Península<br />

durante esa segunda estación rara vez<br />

se mantiene el aire húmedo, los estragos causados<br />

por la peronóspora no han estado hasta<br />

ahora en relación con las alarmas que la aparición<br />

de la criptógama despierta, salvo en<br />

algunas localidades especiales cuyo clima es<br />

muy húmedo.<br />

REMEDIOS CONTRA EL MILDIÚ.—Los daños<br />

causados por esa infección en algunos departamentos<br />

franceses, en muchos viñedos italianos<br />

y en algunos de Navarra, las Riojas y Aragón,<br />

llamaron desde un principio la atención<br />

de los viticultores y de los naturalistas, y<br />

advertidos todos de las consecuencias de tales<br />

enfermedades por las experiencias de los últimos<br />

cincuenta años, comenzaron muchos á<br />

estudiar la naturaleza y las condiciones en<br />

que se desarrolla el mildiú, y á buscar remedios<br />

para combatirle. Despu<strong>é</strong>s de no pocas<br />

observaciones y ensayos, se ha adquirido la<br />

convicción de que aun los remedios considerados<br />

como más eficaces sou meramente preventivos,<br />

porque vegetando como vegeta la<br />

criptógama en el interior de los tejidos de la<br />

vid, no cabe destruir aqu<strong>é</strong>lla sin destruir el<br />

arbusto. De ahí la necesidad de aplicarlos<br />

oportunamente y antes de que se presenten<br />

las condiciones de humedad y temperatura<br />

favorables para el desarrollo de la infección.<br />

Por lo mismo, aun cuando reine un tiempo<br />

seco y no se observen indicios de la enfermedad,<br />

conviene aplicar los remedios preventivos,<br />

á partir de mediados de Mayo, en las<br />

comarcas húmedas de la Península española.<br />

Los preconizados en estos últimos tiempos<br />

han sido numerosos; entre ellos figuran las<br />

lechadas de cal, las disoluciones denominadas<br />

agua celeste, hidro-carbonato de cobre, amoniuro<br />

de cobre, solución simple, caldo bórdeles<br />

y polvos de Skawinski y de Chefdebien;<br />

mas de todos esos remedios solamente han<br />

dado buenos resultados la mezcla bordelesa y<br />

los mencionados polvos. De ellos trataremos<br />

únicamente.<br />

Caldo bórdeles.—Para obtener la mezcla<br />

bordelesa ha de comenzarse por disolver el<br />

sulfato de cobre en una vasija ó.recipiente de<br />

madera ó de barro, introduciendo los cristales<br />

de sulfato dentro de un saco ó cesta, de ma­<br />

nera que la sal cúprica quede completamente<br />

cubierta por el agua. En otra vasija independiente<br />

de la anterior se apaga la cal, echando<br />

agua paulatinamente, y despu<strong>é</strong>s de desleída<br />

esa substancia, se extraen todas las piedrecillas<br />

y materias extrañas, que han de ser reemplazadas<br />

por un peso de cal igual al de ellas. Así<br />

se obtiene una lechada homog<strong>é</strong>nea, que no<br />

obstruye los instrumentos que han de utilizarse<br />

para aplicar el líquido. Obtenida la<br />

lechada, se vierte poco á poco sobre la disolución<br />

de sulfato de cobre, agitando la mezcla<br />

durante la operación y siempre que se carguen<br />

los aparatos, á fin de remover el depósito azulado<br />

que se forma en el fondo de la vasija<br />

durante el reposo. Si en la preparación no se<br />

sigue la marcha indicada, ya invirtiendo las<br />

operaciones, ya apagando la cal con la disolución<br />

de sulfato de cobre, la mezcla resultante,<br />

en vez de ofrecer la coloración azul<br />

característica, presenta aspecto gris y no sirve<br />

para el objeto. A falta de cal viva se emplea<br />

tambi<strong>é</strong>n en algunos casos cal apagada,<br />

mas entonces es necesario disolver doble cantidad<br />

de la que iudican las fórmulas.<br />

El caldo bórdeles es el tratamiento más<br />

antiguo entre los adoptados, y que tienen<br />

por base el sulfato de cobre. De su eficacia,<br />

siempre que se aplique oportunamente, no<br />

cabe dudar despu<strong>é</strong>s de los numerosos ensayos<br />

hechos y de los <strong>é</strong>xitos obtenidos por los prácticos.<br />

La fórmula de esa mezcla, primitivamente<br />

recomendada, prescribía el uso de G<br />

kilogramos de sulfato de cobre y 12 de cal<br />

por cada hectolitro de agua. Los Sres. Millardet<br />

y Gayón propusieron que se redujesen<br />

las proporciones de los ingredientes, y despu<strong>é</strong>s<br />

de muchos ensayos y de trabajos de laboratorio<br />

se redujo á 3 kilogramos la cantidad<br />

de sulfato de cobre y á 1 la de la cal, con<br />

objeto de obtener una mezcla más adherente.<br />

Posteriormente, teniendo'eu cuenta la mayor<br />

solubilidad del hidrato de óxido de cobre resultante,<br />

dada la menor proporción de cal, se<br />

propuso el ensayo de mezclas que solamente<br />

contuvieran 2 kilogramos y aun un kilogramo<br />

de sulfato de cobre por 670 y 340 gramos de<br />

cal respectivamente. Las numerosas experiencias<br />

hechas permiten afirmar que la mezcla<br />

bordelesa, á dosis reducidas, es tan eficaz al<br />

menos como la antigua fórmula. He aquí las<br />

más recomendadas en la actualidad: .<br />

1. a<br />

Agua 100 litros.<br />

Sulfato de cobre 2 kilosramos.<br />

Cal viva 670 gramos.<br />

Cuando se emplee cal apagada en lugar de<br />

cal viva y en pasta espesa, será necesario disolver<br />

2 kilogramos.<br />

2." Agua 100 litros.<br />

Sulfato de cobre 1 kilogramo.<br />

Cal viva 340 gramos.<br />

En caso de emplear cal apagada para preparar<br />

el caldo, se disolverá un kilogramo con<br />

las precauciones antes indicadas, es decir, que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!