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que en alcohol á 25° la virulencia sólo se conserva
durante tres ó cuatro días; en el alcohol
á 50 y á 90° queda totalmente destruida á las
veinticuatro horas.
La emulsión de médula virulenta, preparada
con disolución de sublimado á 1 por 1.000,
pierde en seguida su actividad.
La emulsión hecha con disolución de hipermanganato
potásico á 25 por 1.000, es
inactiva inoculada veinticuatro horas después
de hecha.
Una emulsión virulenta, francamente acida
por el ácido acético, ó francamente alcalina
con un pequeño cristal de carbonato sódico,
se mostró inactiva inoculándola á la dosis de
5 centímetros cúbicos en la cavidad abdominal
de dos conejos.
Según lo que precede, el virus lísico se
conduce bis ¿i bis de los agentes que modifican
la virulencia, igual que los otros virus
cuya biología no es mejor conocida.
A pesar de esto, cuantas investigaciones se
han hecho hasta el presente para aislar el
germen rábico, han resultado estériles. Es
cierto que Pasteur sabe distinguir en la materia
virulenta pequeñas granulaciones brillantes
que no se encuentran eii el tejido nervioso
de los animales sanos, y que ha podido
aislarlas inyectando emulsión virulenta muy
fina en el torrente circulatorio de un animal
rabioso; en el momento en que la asfixia comienza,
el animal es sacrificado, y entonces
puede observarse que las células nerviosas
han desaparecido por digestión en el medio
sanguíneo, quedando solas las granulaciones,
que pueden aislarse y colorarse por los derivados
de anilina.
El hecho de que en todos los Institutos
antirrábicos se emplean las inoculaciones de
prueba en lugar del examen microscópico de
los tejidos virulentos, indica que no debe ser
bastante cómodo, fácil y seguro diagnosticar
la rabia por la presencia ó por la falta de las
referidas granulaciones.
El Dr. Ferrán ha hecho varios ensayos en
este sentido, y manifiesta que el juicio que en
tal examen se basara resultaría sumamente
falaz. Todos cuantos ensayos se han llevado á
cabo para el cultivo artificial de las granulaciones
vistas por el eminente Pasteur en el
tejido nervioso virulento, han resultado estériles;
por eso la morfología de este virus es
totalmente desconocida; á lo más, en vista de
tales investigaciones, ha podido concebirse la
posibilidad de que fueran Coccus los gérmenes
de la rabia.
He aquí ahora el procedimiento de Ferrán
llamado supra intensivo:
Queda indicado en otro lugar que Ferrán
ha sustituido la trepanación por la inoculación
mediante escarificaciones corneanas; este
procedimiento da toda la regularidad de incubación
que la práctica de las inoculaciones
reclama; de modo que diariamente mueren
en su laboratorio dos conejos de rabia de
serie; para el servicio de las inoculaciones tie­
ne diez jaulas; en cada jaula hay dos de par
tamentos, y en cada departamento se colocan
dos conejos; las jaulas están numeradas, y los
departamentos se distinguen uno de otro por
medio de letras; en total existen en estas jaulas
cuarenta conejos en constante renovación.
Los conejos empleados pesan, por término
medio, 1.300 gramos.
A los dos días de efectuada la escarificación
corneana no queda señal de este traumatismo,
y después de una incubación que suele durar
de ocho á diez días, aparecen los síntomas de
la rabia, muriendo estos animales del décimo
al onceno día después de la inoculación. En
invierno se espera la muerte espontánea de
los animales para utilizarles; pero en verano,
como su agonía suele ser más larga que en
invierno, y pudieran en los últimos momentos
comenzar los fenómenos de descomposición
cadavérica, se sacrifican pocas horas antes de
morir.
En vez de servirse de la médula, Ferrán
utiliza los cerebros, por ser su extracción más
cómoda, y porque dan mayor cantidad de
virus; muerto el conejo dentro del plazo ordinario,
y cou el síntoma característico de la
rabia, se le desuella la cabeza, se desprenden de
la misma todas las masas musculares y todas
las prolongaciones y apéndices óseos que no
concurren de un modo directo á la protección
del cerebro; el hocico se corta inmediatamente
por delante del tabique que separa los lóbulos
frontales de los senos nasales, y la mandíbula
inferior se separa completamente.
El cráneo así preparado se sumerge en seguida
durante cuarenta seguudos, reloj en
mano, en un baño hirviendo, compuesto de:
agua, 500 centímetros cúbicos; ácido clorhídrico,
10 centímetros cúbicos, y solución
acuosa de bicloruro de mercurio á saturación,
10 centímetros cúbicos; al sacarle de este
baño, se le envuelve en algodón esterilizado
y se guarda bajo campana hasta el momento
de utilizarlo; lo regular es que se emplee
inmediatamente después de sacarlo del baño
antiséptico; entonces, con unas tijeras apropiadas,
se parte el cráneo por la mitad y se
hace caer todo ó parte de la masa encefálica
en un pequeño mortero que contiene arena,
lavada y esterilizada, hecho lo cual se proce
de á mezclar íntimamente la arena con el te
jido nervino; cuando se juzgue que éste está
bien disgregado, se le añade el agua en peque
ñas porciones, sin dejar de agitar, á fin de que
resulte una emulsión muy uniforme; entoncesse
cubre el mortero con una campana, y se
espera unos diez minutos para que la arena se
precipite al fondo; pasado este tiempo, se decanta
la emulsión en una copa ó vaso esterilizado,
y se obtura éste con una cobertera de
cristal. Las preparaciones de los componentes
de esta emulsión son, aproximadamente, las
siguientes:
Pulpa cerebral Todo el cerebro.
Arena 10 gramos.
Agua esterilizada SO —