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cipal de. las aguas vertientes al Sur de Navarra.
Otros dos ríos de alguna consideración
desaguan también en este depósito principal,
después de recorrer por diferentes sitios el territorio
navarro. Uno de éstos es el citado río
Aragón que, procedente de las montañas de
Jaca, corre por el valle de Hecho, entra en
Navarra por el término de la villa de Javier, y
continúa su curso por el Este, hasta llegar á la
merindad de Olite, incorporándosele antes de
llegar á Sangüesa los ríos Salazar é Irati, que
vienen unidos desde el término de Lumbier;
recibe luego el río Sidacos y sin otro aumento
se confunde con el Arga, desaguando en el Ebro
frente á Alfaro. El otro río es el Ega, que con
Arga y Aragón hace al Ebro varón, como
dice un adagio del país; tiene su origen en la
provincia de Álava, y se forma en dos brazos
principales, que á su vez proceden de varios
arroyos; entra y sale en Navarra, bajando
por Santa Cruz de Campezo, y luego vuelve á
entrar definitivamente por término de Zúñiga;
recibe en el valle de su nombre nuevos caudales
de agua; recoge un cuarto de legua antes
de llegar á Estella al río Urederra, y habiendo
seguido su curso constantemente de Oeste á
Este, con mucha inclinación al Sur desemboca
en el Ebro, entre Azagra y San Adrián. Los
ríos Alhama y Queiles, procedente el primero
de la provincia de Logroño, y el segundo de
Tarazona (provincia de Zaragoza) apenas
bañan algunos pueblos del partido de Tudela,
junto cuya ciudad desemboca el Queiles en eí
Ebro, después de haber recibido en su curso
el arroyo Las Minas. El Alhama vuelve á
salir de la provincia más allá de Corelia, y rinde
su caudal al Ebro junto Alfaro, y casi enfrente
de la desembocadura del Aragón.
Abunda en aguas minerales, siendo célebres
los baños de Fuero, Belascoaín, Betelú,
Aribe y Gorriz. Hay algunas fuentes célebres,
por ejemplo, la que está situada en la orilla
del río Mínchate, que goza de bastante crédito
para la curación de los dolores reumáticos y
de estómago, y de erupciones herpéticas.
TERRENO.—-Las tres cuartas partes del terreno
de Navarra es muy escabroso, si bien
la Solana y la Rivera se prestan al cultivo;
se puede dividir en dos zonas, llamadas Montaña
y Rivera, la línea divisoria por Sangüesa,
Tafalla, Puente, la Reina y Estella. La
zona del Norte, que es la primera, está cortada
por montañas elevadas y valles que se han
formado en medio de ellas, mereciendo particular
mención la línea fronteriza con la provincia
de Huesca, cuyo territorio áspero, montuoso
y en ciertos parajes profundo con motivo
de los barrancos, apenas deja comunicación
entre ambas provincias. La zona del Sur,
por el contrario, es una vasta llanura que se
extiende hasta las provincias de Zaragoza,
Soria y Logroño. En la frontera de Francia
es el terreno de muy escasas producciones,
pero fértil, rico y muy poblado en la tierra
llana de la ribera AA Ebro; en las caídas y
cumbres hay excelentes pastos para toda es­
pecie de ganado3; los valles producen todo
género de frutos con abundancia, y en las tierras
ásperas, caza mayor y menor. Los montes
tienen de ordinario tierras de poco fondo,
y no pueden producir trigo, vino ni aceite,
como se ve con frecuencia en los terrenos que
lindan con ellos; pero recompensan esta falta
con sus productos naturales. Sin embargo,
hay sitio como, por ejemplo, las Bárdenas
Reales, situadas en la izquierda del Ebro,
que tienen grandes trozos de terreno que admitirían
cultivo, y aun que podrían regarse
con el Aragón, etc., y hoy son desiertos que
sólo producen pastos y leña menuda.
La segunda zona comprende los terrenos
llanos y más ó menos inclinados de las faldas
de los montes, cuyos terrenos tienen sobre
unas 80.000 hectáreas de regadío, entre ellas
algunos pagos, como el de Lerín, que, procedente
del río Egea y de la presa Soto Rodrigo,
riega 10.578 cuartales; Arguedas, que del
río Aragón, en la presa Machín, saca para
regar 9.200 fanegas de tierra; Fitero, que del
río Alhama, por la presa del llano, toma
agua para regar 7.200 robadas de tierra; en
fin, hasta cincuenta y nueve poblaciones tienen
riegos de pie, y entre ellas, como es sabido,
Tudela y Corella, poblaciones limítrofes,
son las que más extensión alcanzan, pues
casi puede decirse que riegan todo su término.
La vid y el olivo dominan en las plantaciones,
sin escasear los árboles frutales, lino,
cáñamo, legumbres y hortalizas, cereales de
todas clases, y en la sierra abundante producción
de maíz, con que engordan el ganado,
etc. Su agricultura suministra suficiente
alimento para la población; el sobrante de
vino ingresa por la exportación á Francia en
cantidad respetable, y hace á la provincia de
Navarra una de las más ricas de España.
II. En la capital y la mayoría de los pueblos
de la provincia se ocupan de todas las
artes y oficios de primera necesidad. En los
valles de Aezeón y Salazar, en el corte de
maderas de construcción civil y naval; en el
Roncal se hacen los ricos quesos, tan estimados
en el país; en Pamplona hay establecidas
fábricas de lencería y otras magníficas de harina;
una grandiosa de papel en Villava; fundición
de máquinas de todas clases para la
agricultura é industria; en Tudela hay tintorería
de paños, fábricas de fideos y de velas,
de regaliz y de chocolate; en Valtierra, fábricas
de jabón; en Cascante, una fábrica de.paños.
En diez y nueve pueblos hay ferrerías en
que se trabaja el hierro dulce. La.abundancia
en hierros de buena calidad hace que algunos
se exporten para América por los puertos
de San Sebastián y Bilbao. El comercio de
vinos y caldos coa Francia es de consideración;
también se exportan lanas, regaliz en
rama y en pasta, hierro, sal y pieles curtidas.
J. de Hidalgo Tablada.
NAVAZO.—Pedazo de tierra llano, donde
suelen quedar recogidas las aguas de las lluvias.
En agricultura se emplea ese término