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Es muy de recomendar el cordón horizontal
en el manzano, toda vez que se obtienen
con él hermosos frutos á los tres ó cuatro
años.
Cordón vertical doble.—Se eligen pies injertos
en el año anterior, que se plantan á 60
centímetros unos de otros. Se poda el injerto
á 10 ó 15 centímetros del punto de inserción,
sobre dos yemas de costado, que están destinadas
á producir las dos ramas de armazón.
Se empalizan en el verano, cuando ya alcanzan
40 á 50 centímetros, á fin de que
tomen la forma de TI, dejando entre sí 30
centímetros de espacio. Se suprimen los vastagos
de la base ó se les somete á despunte
cuando llegan á 10 centímetros.
. Se conservan las ramas con toda su longitud
hasta llegar al punto que se desea.
Otras veces suele formarse candelabro con
tres brazos en vez de dos, dando al del centro
una dirección sinuosa, á ñn de que no
llame la savia con exceso en perjuicio de las
laterales, como sucede cuando se le deja recto.
Candelabro de cinco brazos.—Se plantan
los arbolillos á un metro y 50 centímetros los
unos de los otros, practicando la primera
poda como ya hemos indicado para el cordón
vertical doble; al segundo año se corta la prolongación
de los brazos á 30 centímetros de
«u inserción sobre tres yemas bien desarrolladas,
destinadas á constituir los tres brazos
centrales. Esta palmilla presenta los inconvenientes
que la de tres brazos; pero se neutralizan,
dando la forma sinuosa al de enmedio,
para evitar mayor tiro de savia en perjuicio
•de los otros cuatro.
PODA DIS LA VID.—Es la operación más importante
del cultivo de la vid, puesto que de
ella dependen en parte la mayor ó menor
•duración de las cepas y la cantidad y calidad
del producto.
En efecto, la poda, á pesar de la poca
atención que le prestan muchos viticultores,
es el regulador de la marcha de la vegetación
•del preciado arbusto.
. Sabiendo que no todas las variedades de
vid alcanzan igual resistencia, vigor y rusticidad;
que no todas ofrecen los racimos á la
misma altura de los sarmientos, pues ínterin
unos presentan generalmente los mejores embriones
de fruto en las partes elevadas, los
otros los arrojan en las primeras yemas, y
que no todos los sarmientos que brotan de
una cepa son igualmeute aptos para la producción
, fácil es deducir que no puede adoptarse
racionalmente un mismo sistema de
poda para todas las variedades de vid.
• Fundados en estos principios, los podadores
eligen la poda corta ó la larga, según las
circunstancias y el conocimiento de la planta,
ó modifican una y otra permanente ó temporalmente,
á tenor de las exigencias de la vegetación
ó de las suyas propias, supuesto que
no se pueden establecer en absoluto reglas
generales.
Para marchar con la seguridad y el aplomo
I posibles sería indispensable tener un conocimiento
más exacto del que se tiene acerca de
las vides que desarrollan sus mejores gérmenes
fructíferos arriba ó abajo, á fin de aplicar
á cada una la poda corta ó la larga, sin perjuicio
de atemperarse á la naturaleza y fertilidad
del suelo, á las condiciones del clima y
á las circunstancias económicas.
En la vid, como en los demás arbustos y
árboles frutales, la poda corla es sinónimo de
madera, de:concentración de savia en un punto
reducido, de robustez y mejor calidad en el
zumo; larga vida de la planta; la poda larga
significa fruto, debilidad de la cepa y mayor
atracción de jugos, pero zumo más flojo en los
racimos.
Poda corta.-—Sin embargo que la reservamos
para cuando se entre de lleno en el cultivo
de la vid, supuesto que es la que generalmente
se emplea en España, diremos que
se aplica con ventaja en todas aquellas tierras
en que la vid propende á producir mucho y
hay que moderar el rendimiento, ó cuando
el suelo no es tan fértil que se le puede
exponer á una producción que agotaría en
pocos años la riqueza acumulada por el tiempo
, comprometiendo la vida de las cepas.
Poda larga.—Se denomina así cuando se
dejan á un sarmiento más de cuatro yemas. Su
carácter esencial es producir mucha uva, aunque
de zumo más acuoso y ligero que con la
poda corta. Este sistema es propio de las comarcas
meridionales en que existe más estímulo
para la formación de azúcar, y se domina
mejor la tendencia á mayor fluidez en los
mostos. Sin embargo, se emplea en regiones
que no disfrutan temperaturas tan elevadas,
y en donde únicamente se proponen los viticultores
la producción á toda costa.
Poda de vara y pulgar.—Muy usada en
Andalucía, Valencia y el Ampurdán. La longitud
de la vara, que se sustituye todos los
años con un sarmiento elegido entre los más
lozanos y mejor conformados de la vegetación
anterior, varía con la robustez de la planta y
la mayor ó menor fertilidad del terreno, desde
50 centímetros á 1,25 metros. El número
de brazos es de cuatro á cinco, situados de
modo que circuyan perfectamente la cabeza
de la cepa, á fin de equilibrar mejor los jugos.
El sarmiento corto se sujeta á un rodrigón, y
el más largo á otro que ocupa el extremo. Una
percha horizontal ó más bien una caña sujeta
ambos rodrigones.
Poda de espaday daga.—Es muy parecida
á la de vara.
Poda Guyol.—Todo el mecanismo de esta
poda, muy conocida en España desde antes
de Columela, y las modificaciones introducidas
en los detalles, se reducen á dejar intacto
ó despuntado el sarmiento, y cortar el otro
basta la inmediación de la yema peluda, desapareciendo
por la poda toda la parte del
sarmiento que estaba por encima. Al año siguiente
se poda corto el sarmiento largo y se
destina á fruto el mejor de los producidos