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QUE — 524 — QUE<br />
de recubierto por una capa delgada de sal; en<br />
tal estado se le pone en un barreño, ó mejor<br />
aún en un bote de arcilla vidriada, donde<br />
permanece durante dos ó tres días, al cabo de<br />
los cuales se le cuelga en sitio á propósito y<br />
durante igual tiempo, para que se seque; en seguida<br />
de esto se sala otra vez, se corta en pedazos,<br />
que se secan tambi<strong>é</strong>n sobre unas tablas,<br />
pudi<strong>é</strong>ndose conservar solo ó con una<br />
fuerte salmuera, tapándose la vasija que le<br />
contiene con una hoja de pergamino agujereada<br />
por medio de un grueso alfiler. Cuando<br />
se quiera emplear esta preparación, se toma<br />
un puñado de hojas de rosal silvestre, tres ó<br />
cuatro de sal por cada 3 litros de agua, haciendo<br />
hervir el todo á temperatura moderada<br />
durante un cuarto de hora próximamente;<br />
se cuela y deja reposar el líquido; una vez<br />
enfriado <strong>é</strong>ste, se echa en un vaso de arcilla<br />
vidriada, añadiendo el cuajar salado, un limón<br />
«ortado en tajadas y unos 30 gramos de clavos<br />
de comer, resultando un cuajo de sabor<br />
agradable y buen olor.<br />
Cualquiera que sea el procedimiento de<br />
preparación del cuajo, que son muchos por<br />
•cierto, hay que tener presentes algunas observaciones<br />
respecto á su empleo: 1. a<br />
No debe<br />
•emplearse el cuajo nunca ni muy reciente ni<br />
demasiado añejo, hasta el punto de empezar á<br />
alterarse, porque en el primer caso hará fermentar<br />
<strong>é</strong> hinchar el queso, y en el segundo<br />
podrá echar á perder á este producto, comunicándole<br />
un sabor sumamente desagradable.—<br />
2." Como la fuerza del cuajo no es constante,<br />
sólo la práctica podrá servir de guía sobre la<br />
cantidad que debe emplearse; el buen quesero<br />
se equivoca pocas veces, ensayando al efecto<br />
una pequeña cantidad.—3." Es importante no<br />
echar demasiado cuajo en la leche, sobre todo<br />
durante el verano, porque el exceso de aqu<strong>é</strong>l<br />
daría al queso un sabor amargo y desagradable,<br />
<strong>é</strong> impediría que aqu<strong>é</strong>lla cuajase convenientemente;<br />
por regla general, cuanto más<br />
•crasa y espesa es la leche, más cuajo necesita.<br />
El Sr. Villerroy fija, como t<strong>é</strong>rmino medio, la<br />
•cantidad de 12 gramos de cuajo para coagular<br />
10 litros de leche, y añade que para varias<br />
«lases de queso se emplea menos. Él Sr. Low,<br />
que goza de gran autoridad en la industria<br />
que nos ocupa, dice que la cantidad á emplearle<br />
cuajo) depende de su fuerza, debiendo ser<br />
suficiente para que haga cuajar la leche en<br />
una hora próximamente. Si la coagulación<br />
marcha demasiado aprisa, sea por exceso de<br />
•cuajo ó elevación demasiado considerable de<br />
temperatura en la leche, el coágulo es duro y<br />
•seco, el queso resulta falto de calidad en su<br />
grano y en su sabor; si la fuerza del cuajo ó<br />
•el grado de calor no son suficientes, no adquiere<br />
el coágulo la consistencia necesaria.—<br />
4."-La coagulación se verifica á las temperaturas<br />
de 15 á 20°, ó á las de 40 á 45°, según<br />
la especie de queso que se quiere obtener.—<br />
•5.* Cualquiera que sea la especie de queso que<br />
se fabrique, sobre todo de los que no se hacen<br />
por la cocción, se puede establecer como re<br />
gla general que el cuajo debe añadirse de una<br />
sola vez, en la cantidad necesaria para que se<br />
opere la coagulación completa.<br />
La coagulación ó formación del coágulo es<br />
una operación sumamente delicada, en la que<br />
todo cuidado que se ponga es poco, por las<br />
muchas causas que influyen en su buen ó mal<br />
resultado; por lo que, además de las precauciones<br />
que hemos indicado respecto al cuajo y<br />
su empleo, debe ponerse mucha atención eu la<br />
temperatura del líquido, que se conocerá introduciendo<br />
la mano, si el obrero tiene mucha<br />
práctica, y, en todo caso, por medio del termómetro.<br />
Para que la coagulación sea completa,<br />
y según las circunstancias en que se<br />
trabaja, se necesitan de una á dos horas. Si la<br />
leche está demasiado caliente, se refresca con<br />
agua ó leche fría de la emulsión anterior, y si<br />
es demasiado fría, se le añade agua caliente,<br />
leche hirviendo ó, mejor que todo, se calienta<br />
al baño maría.<br />
Si se trabaja en pequeña escala, se pueden<br />
emplear para la coagulación vasos de hoja de<br />
lata y de palastro estañado ó esmaltado. Unas<br />
veces se agita la leche y otras no. Antes de<br />
añadir el cuajo, se echa la materia colorante,<br />
si es que se quiere colorar el queso, como sucede<br />
en Inglaterra y en otros puntos. De<br />
cualquier modo que se trabaje, se tapa la cubeta<br />
tan luego como se ha añadido el cuajo y<br />
se ha hecho bien la mezcla; la leche no debe<br />
perder más que 2 o<br />
de temperatura en el momento<br />
de emplear el cuajo. Conócese que la<br />
coagulación está bien hecha, cuando el coágulo<br />
ó cuajada forma una masa homog<strong>é</strong>nea, sin<br />
grumos, elástica y fácil de cortar. El estado<br />
del suero indica tambi<strong>é</strong>n si se ha trabajado<br />
bien; cuando el líquido es claro y de color<br />
verdoso, es prueba de que la coagulación es<br />
buena; si es blanco y turbio, arrastra manteca,<br />
el queso resulta soso y de poco valor; el<br />
coágulo es en tal caso imperfecto, retiene suero<br />
que no puede quitársele, y exige más sal,<br />
así como mayor presión.<br />
División ó quebranto del coágulo.—Una vez<br />
que el coágulo est<strong>é</strong> perfectamente formado y<br />
bastante consistente, se corta con cualquiera<br />
de los cuchillos conocidos, generalmente con<br />
el de tres hojas, que penetra hasta el fondo<br />
de la vasija de coagulación; las incisiones se<br />
hacen en los dos sentidos ó ángulos rectos;<br />
se despega con cuidado la cuajada de las paredes<br />
de la cuba; se deja reposar cinco ó seis<br />
minutos, á fin de darle el tiempo necesario<br />
para que precipite, y se hacen otras incisiones<br />
más próximas. Despu<strong>é</strong>s de algunos minutos<br />
de descanso, se corta de nuevo la masa,<br />
agitándola con más fuerza, pero gradualmente;<br />
con la espumadera se pone el coágulo en<br />
movimiento para revolver en la superficie los<br />
pedazos gruesos, á fin de que ninguno se pueda<br />
soltar. Cuando el queso está así dividido en<br />
pedacitos casi iguales, se tapa la cuba y se deja<br />
reposar; algunos instantes despu<strong>é</strong>s, cuando la<br />
cuajada ha caído en el fondo del vaso, se saca el<br />
suero con una escudilla ó cualquier otro me-