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libre acceso á la otra cámara A. El'vacío formado
en aquélla abre la válvula E; el agua
sale del tubo de aspiración C y lleua la cámara
nuevamente, para luego ser comprimida y
salir al exterior.
En la segunda de las cámaras A se verifica
el mismo fenómeno. El vapor comprime el
agua en ella contenida, y abriendo la válvula
F, se eleva por el tubo D hasta buscar salida
por la cámara comunicante mencionada.
Repitiéndose alternativamente este movimiento
en cada una de las cámaras A, el
agua se eleva á impulsos del vapor, y sale
produciendo un gasto casi continuo, y tanto
mayor cuanto más rápidamente pase el vapor
á ocupar los vacíos formados en las cámaras
citadas.
Las válvulas de aire, colocadas en los cuerpos
A A y en la cámara de aire B, tienen
por objeto impedir con escapes de vapor y
aire, que el pulsómetro se llene rápidamente
cuando se eleve el agua á poca altura. Con su
auxilio puede graduarse también la cantidad
de líquido que desee elevarse, abriéndolas ó
cerrándolas lo conveniente. La válvula I y
los cojinetes sobre que descansa están construidos
exactamente para que nunca falle su
acción, asegurando así el regular funcionamiento
del pulsómetro.
La construcción de tales válvulas varía con
la naturaleza del líquido que trata de elevarse,
pero por lo general son de charnela y
metálicas, á no ser que la presencia de algún
ácido prohiba el empleo de los metales. En
todo caso están numeradas y calibradas, de
modo que pueden adquirirse en las casas expendedoras
de estos aparatos, cuando se inutilicen
ó quieran sustituirse por otras, en relación
con la naturaleza del líquido que se trata
de elevar.
Para impedir que los cuerpos extraños pasen
al cuerpo del pulsómetro y perjudiquen
su mecanismo y funcionamiento, se coloca en
el tubo de aspiración una rejilla que deja fácil
paso al agua, á la par que impide el acceso
de aquellos elementos, más que todo inútiles
y perjudiciales. Finalmente, si el agua ha de
elevarse á una altura considerable, se sitúa
en el tubo de elevación una válvula de entretenimiento,
y sobre ésta un depósito de aire,
á fin de que el gas comprimido, obrando sobre
la superficie del líquido en el momento de la
inercia, y al recobrar su volumen primitivo,
ejerza una nueva presión y eleve el líquido á
la altura necesaria, evitando ala vez la intermitencia
de las elevaciones.
La figura 218 da idea exacta del pulsómetro
en el momento de funcionar; en el grabado se
suprimen el tubo de aspiración y el que conduce
el vapor, para mayor sencillez. Como se
ve á primera vista, el aparato es muy sencillo
y no requiere el uso de manivela, émbolos,
excéntricos y demás órganos indispensables
en otras máquinas hidráulicas fundadas en la
presión atmosférica; por lo tanto, reúne las
condiciones prácticas necesarias para reco­
mendar su empleo á nuestros lectores, siempre
que deseen sacar aguas desde 1 á 20 metros
de elevación.
PULVERIZADOR (Economía rural).—
Nombre dado á diversos aparatos destinados
á rociar con ciertas mezclas líquidas las plantas
atacadas por algunas enfermedades, y especialmente
las vides invadidas por el mildew
ó peronóspora vitícola. Desde que comenzó'
esta criptógama á desarrollarse en los viñedos
de Francia é Italia, ó sea desde 1882, se han
inventado los aparatos por docenas, y se han
introducido numerosas modificaciones en algunos
de los que mayor aceptación han logrado,
ya para facilitar el manejo, ya para evitar
que los líquidos empleados obstruyan los conductos
y orificios del pulverizador. En un
principio se emplearon para la aspersión escobillas
de poco coste y formadas con plantas
que abundasen en las localidades donde era
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Figura 219.—Pulverizador Noel
necesario combatir el mildew; mas con ese
sencillo procedimiento se desperdiciaba considerable
cantidad de líquido, y de la aspersión
resultaba un riego desigual ó incompleto
de las hojas, y los efectos eran insignificantes
ó nulos. Ideóse luego el empleo de la regadera
usual con alcachofa de agujeros muy pequeños
y bastante separados para que la mezcla
líquida saliera bastante dividida; mas tampoco
satisfizo el instrumento de una manera
completa al objeto á que se destinaba, y de
ahí la invención de los pulverizadores y los
numerosos concursos celebrados para premiar
los de mejores condiciones y provocar nuevos
perfeccionamientos.
Las partes esenciales de esos aparatos son:
un depósito, portátil ó no, para echar en él el
líquido que haya de ser distribuido en las
plantas; un tubo de salida, movible á voluntad
del operador, y una bomba ó depósito de
aire comprimido para impulsar el líquido.
Entre los primeros que se usaron figura el del
italiano Garolla, que consiste en un recipiente
de cinc, que se sujeta á la espalda del operario.
Es notable por el modo de obtener la
presión. Un disco semi-esférico de caucho,
montado entre dos piezas de hierro, constituye
el fondo movible, que se puede cambiar
fácilmente en caso de deterioro. El aparato