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es contagioso. No obstante, si se tiene en
cuenta el desarrollo del estado morboso de la
planta, se observa que el humor viscoso que
mana de las hendeduras de la corteza, altera
profundamente los tejidos con que está en
contacto. Esta goma es fácilmente soluble,
hasta el punto que, disolviéndose en el agua
de lluvia, cae sobre las raíces ú otras partes
de la planta y les comunica la alteración.
Esta observación es de grande interés, según
el Sr. O. Cassella (1), porque da la razón
de la intensidad de los daños producidos por
esta enfermedad en los naranjos regados. Basta
sólo que el agua del riego lleve un poco de
líquido gomoso á las plantas con que se pone
en contacto, por sanas que estén, para que se
inocule la enfermedad. Este mismo hecho
prueba todavía otra cosa. Algunos sostienen
que el mal de la goma reside en las raíces, y
que hay necesidad de dirigir á éstas todos los
cuidados. El Sr. Cassella ha deducido conclusiones
opuestas, ó sea que la enfermedad empieza
ordinariamente en las ramas ó en el
tronco, y se extiende á las raíces por cualquier
camino. Y está convencido de ello, porque
muchos limoneros perdidos con la enfermedad,
cortados á flor de tierra é ingeridos en naranjo
mandarín (Citrus deliciosa), han arrojado
brotes vigorosos y sanos. Convencido de
la acción contagiosa de la goma, ha hecho ensayos
de inoculación. Ha cogido un poquito
de goma, la ha humedecido con saliva, y la
ha aplicado sobre una ligera herida practicada
con la uña en la corteza; á los siete ú ocho
días de la inoculación siempre ha encontrado
una mancha negra, más ó menos extensa, como
la que ordinariamente produce la goma. Ha
repetido muchas veces estos ensayos, y siempre
ha obtenido los mismos resultados.
Medios para combatir el mal. —El Sr. Cassella
indica los felices resultados obtenidos por
espacio de siete años con la aplicación de un
método que ha encontrado eficacísimo, y que
le ha salvado un gran número de plantas ya
enfermas, que ahora vegetan con gran desarrollo,
como si no hubiesen sufrido nada.
El método experimentado por el Sr. Cassella
es el siguieute: Cuando se tiene una planta
atacada del mal de la goma, se destaca ante
todo la parte alterada por medio de un instrumento
cortante, á propósito, hasta llegar al leñoso
vivo, procurando destruir los tejidos que
muestren estar atacados por la goma. Después
se toma cal viva y se baña con un poco de
agua, para apagarla. Cuando se entumece la
cal al hidratarse y se desarrolla calor, se coge,
bien con la mano, protegida con un guante, ó
por otro medio cualquiera, y caliente todavía
se frota bien con ella la herida, y especialmente
la parte más escabrosa. Después se extiende
una capa de algunos centímetros de
cal apagada sobre la herida y la corteza que le
rodea, y se cubre el todo con papel, ó por otro
medio cualquiera, y se deja. Pasados algunos
(1J CoUivasioiiB d&gli Agrumi.
meses, se puede quitar la cal desecada, y se
encontrará el leñoso sin ninguna alteración.
Entre tanto, se van extendiendo sobre la
herida durante la vegetación de los años su
cesivos, los nuevos tejidos producidos en la
zona regeneratriz, como sucede ordinariamente
en los árboles. Terminada la operación del
corte de los tejidos alterados, se recogen los
residuos con cuidado y se queman, para que
no puedan dar origen á nuevas enfermedades.
Muchísimas son las plantas curadas por este
método, dice el Sr. Cassella, y como ejemplo
cita los primeros casos de curación. En tres
plantas de limonero, bifurcadas á flor de tierra,
se produjo la goma eu el punto de división
de las dos ramas. Saliendo esta goma de
donde estaba contenida, alteró poco á poco el
leñoso y produjo después de algunos años un
agujero en los troncos, de 40 centímetros de
profundidad eu una planta, y en la otra dos
de 25 centímetros. Habiendo encontrado eficaz
el procedimiento por la cal, quiso aplicar
lo á estas plantas, y con una cuchilla encorvada,
cortante, extrajo todo el tejido altera
do de las paredes y del fondo del agujero, y
lo rellenó con polvo de cal viva, sobre la cual
vertió agua para apagarla.
Estas tres plantas de limonero continúan
viviendo en el mejor estado de vegetación
después de siete años de haberlas curado.
Se han hecho muchísimas curas aplicando
el método expuesto, ya en llagas producidas
en las ramas, ya en las que se han determinado
sobre las plantas perfectamente sanas, por
consecuencia de la inoculación de la goma.
MEDIOS PRESERVATIVOS.—Como medio preservativo
contra la enfermedad, ha encontrado
grandísima utilidad el Sr. O. Cassella en el
uso de la lechada de cal, mezclada con ceniza
en la proporción de nueve partes de cal y una
de ceniza. Para aplicarla, se abre al pie del
árbol una poza de un metro de diámetro, poniendo
á descubierto el origen ó nacimiento
de las raíces gruesas; se vierten en esta poza
de 30 á 40 litros de lechada de cal, según la
magnitud del árbol, y después se cubre el
todo con tierra. Ha encontrado también muy
útil bañar el tronco y las ramas con lechada
de cal sencilla; operando de este modo, hace
mucho tiempo que no se presenta la goma ea
el huerto del Sr. Cassella.
Además de los cuidados indispensables con
la plauta adulta, deben observarse otros indirectos
por los que quieran plantar nuevos naranjales.
Deberán preferirse plantones obtenidos
de semilla del melangle (Citrus bigar
diaj, en el que podrá injertarse limón y na
ranjo, y las plantas obtenidas de este modo
serán mucho más resistentes que las que s.:
consiguen con semilla de naranjo común, limonero
y acodo. Se cultivarán con preferen
cia los naranjos en terrenos secos, porque la
enfermedad ataca mayormente á las planta*
criadas en terrenos húmedos. Se administran
grandes cantidades de abono.
D. Navarro Soleí-.
Día—TU. 3