é 3 - citaREA

PRE — 467 — PRE
te. Las más perfeccionadas tienen encima del
plato de: presión ó galápago un dinamómetro
de cuadrante que va indicando el aumento de
la presióu.
Estos aparatos requieren algún cuidado,
siendo necesario que las piezas que sufran rozamientos
se conserven engrasadas; se recomienda
especialmente en las prensas de palancas
múltiples que hemos descrito, el tener
las chavetas perfectamente limpias, para que
resbalen con facilidad y caigan en los agujeros
por su propio peso.
En general, puede decirse que la prensa
más recomendable en iguales condiciones de
cantidad y calidad de trabajo, será la más
sencilla, la menos expuesta á accidentes y la
de manejo más cómodo. No convienen presiones
demasiado excesivas, porque si las duelas
del cubillo están muy separadas, puede salirse
el orujo, y si están muy próximas, puede
interrumpirse la salida del vino; esto sin contar
con que la presión excesiva extrae principios
amargos y astringentes del escobajo y de
la pepita. Bajo este punto de vista, tal vez
las prensas de engranajes son inferiores á las
de palanca por su demasiada potencia.
La construcción de prensas para aceite y
vino está en España sumamente adelantada.
No podía ser de otra manera, constituyendo
estos dos productos uno de los primeros ramos
de nuestra riqueza; así es que en cuantas
exposiciones universales se han verificado, las
prensas de Gil y compañía, y de Panaquy
(Pamplona); de Alcañiz (Manresa); de Pfeiffery
de Dugrós (Barcelona); de Rué (Valladolid);
de Figueras y Sabater (Villafranca
del Panadas, Barcelona); de Apat (Pamplona);
de Chanu (Valladolid); de Marrodán
(Logroño); de Avansays y de Sanford (Madrid);
de Pérez (Sevilla); de Valls (Barcelona),
y otras muchas, han luchado ventajosamente
con las de Mabille, Mayfarth, Masson,
Guilleux y otras del extranjero.
E. de Manjarrés y Pérez-Junguitu.
PRESA.—Los ríos y cauces no están generalmente
en condiciones á propósito para
la utilización de sus caudales en beneficio de
la agricultura, ya sea para conducir sus aguas
por canales destinados á los riegos de los terrenos,
ya se trate de utilizar su efecto útil
como fuerzas motoras en los saltos de agua.
Es necesario casi siempre desviar las aguas
de su corriente natural, elevándolas de nivel
por medio de barreras llamadas presas, que
no son otra cosa sino diques transversales á
la corriente del cauce, hasta ganar el nivel ó
altura necesaria para que las aguas puedan
circular por las acequias ó canales en que ha
de distribuirse. Uno de los problemas más
importantes es la elección del sitio en que
deba emplazarse la presa, debiendo procurar
que el río ó cauce presente la menor anchura
posible, y el fondo ó suelo sea firme, y
las márgenes ó laderas presenten puntos que
ofrezcan la suficiente solidez para el apoyo de
las construcciones.
Si se ha fijado previamente la altura que
han de alcanzar las aguas en el canal, que ha
de ser alimentado por las aguas remansadas
por la presa, puede determinarse el punto
más conveniente de su emplazamiento, prac-'
ticando uua nivelación y estableciendo una
rasante paralela al cauce del río hasta encontrar
sitio que reúna las condiciones de anchura
y solidez exigidas, y no resulte muy
bajo con respecto á la línea de nivelación estudiada.
La forma que debe darse á una presa está
determinada por los accidentes del terreno,
pudiendo ser un muro recto, ó una línea curva
ó poligonal con la convexidad en sentido
opuesto á la corriente, cuya forma es la más
resistente cuando las márgenes ó estribos naturales
del terreno son firmes. Cuando la presa
es en línea recta, puede colocarse normal ú
oblicua á la corriente; la primera disposición
presenta menos longitud de obra que la segunda,
pero ésta divide más la vertiente de
las aguas y evita los socavones producidos
por la caída de la masa líquida.
La altura de una presa está determinada
por la elevación que haya de tener el remanso
ó embalse del agua para abastecer el canal
durante el período de aguas mínimas ó
estiaje. La práctica ha demostrado la conveniencia
de que la altura de la presa no exceda
de 3 metros sobre el fondo del río, y cuando
al determinar su emplazamiento resulta
con mayor altura, es preferible buscar otro
punto aguas arriba en que aquélla se disminuya,
aun cuando para ello sea preciso alargar
el canal de conducción.
El sistema de construcción de una presa y
los materiales que en ella deben emplearse
varía según la importancia del proyecto y las
condiciones del río ó arroyo en que hayan de
ser derivadas las aguas; siguiendo el plan trazado
en este libro, vamos á dar algunos detalles
de presas ligeras para pequeños cauces;
cuando se trata de obras de importancia en
grandes ríos, no es posible dar en este sitio
los detalles de las importantes construcciones
que pueden ser necesarias, y que exigen
en cada caso particular un proyecto especial,
estudiado por persona competente.
Cuando se trata de pequeñas presas de escasa
altura, en corrientes poco expuestas á
grandes arrastres, se pueden hacer las presas
con palizadas de madera, pero teniendo
muy en cuenta que es necesario procurar en
lo posible que el material no esté expuesto á
las alternativas de sequedad y humedad, porque
su destrucción es muy rápida.
La forma más sencilla de una presa de esta
clase consiste en clavar transversalmente al
cauce del río una serie de pilotes cuya altura
sobre el fondo del río no debe exceder de un
metro, y contra éstos, y por su lado de aguas
arriba, se asegura con clavos un fuerte entablonado,
que se consolida después con otra serie
de pilotes clavados en el terreno, de modo que
los tablones queden sujetos entre los ya cía-