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forraje ó para producir mucha hoja para el
alimento del gusano de seda. Del mismo procedimiento
nos valemos para rejuvenecer los
árboles viejos y débiles. Pero cuando aspiramos
á fruto á toda costa, podamos largo,
aunque sea esforzando la aptitud productora
de la planta, como sucede con las vides que
se condenan á arrancarlas pronto.
4. a
Inclinar la parte fuerte y enderezar la
débil.—La savia de las raíces obra con tanta
más pujanza cuanto las ramas están más verticales.
Al elevar la una y abatir la otra se
cambia la intensidad de las corrientes y se
restablece el equilibrio que se desea.
5. a
Deben dejarse tanto más cortas las pro­
longaciones de las ramas, cuanto más se aproximen
á la vertical.—Cuando los brazos de un
árbol en espaldera propenden á tomar la posición
vertical, las yemas de la mitad inferior
quedan dormidas y acaban por desaparecer.
Si se suprime un tercio ó la mitad de esos
brazos ó de los brotes de prolongación del
año, se conjurará desde luego el peligro restableciendo
abajo la vida.
6." Suprimir lo antes posible las yemas
inútiles en la parle fuerte, y practicar la supresión
cuanto más tarde en la parte débil.—
¡
Cuanto menos yemas contiene una rama, menos
hojas se desarrollarán. Dejando intactas
el mayor tiempo posible las yemas de la parte
débil, arribará en más abundancia la savia,
siendo muy fácil sostenerla una vez establecida
la corriente hacia este lado, aunque se supriman
más tarde las yemas. Sólo se emplea
este medio en los árboles en espaldera, y muy
especialmente en los melocotoneros, en los
que hay que suprimir precisamente cierto número
de brotes.
Ocurre lo contrario con los brotes de la
parte fuerte, pues conservándolos demasiado
tiempo en las ramas vigorosas, se hace un llamamiento
irregular de savia, en detrimento
de los débiles.
7. a
Suprimir temprano la extremidad her­
bácea de los brotes en la parle robusta, y practicarla
lo más tarde posible en la débil, sometiendo
solamente al procedimiento los brotes
muy vigorosos, y que deben sufrir de todas
maneras el despunte por la posición que ocupan.—Se
aplica igualmente esta supresión á
los árboles á todo viento y á los que se someten
á la forma de espalderas, cuando se quiere
contener la vegetación de la parte vigorosa.
8. a
Cuanto más obstáculos encuentre la sa­
via en su curso, con tanta más dificultad se
desarrollarán brotes vigorosos, y más fácilmente
botones de flor.—Los árboles frutales
en general, no empiezan á fructificar hasta
que se hace posible el desarrollo de las yemas
florales por la depresión y tortuosidad de las
ramificaciones. Los arboricultores que quieran
acelerar la época ú obligar á que den fruto
los árboles rebeldes que dirigen hacia arriba
ramas rectas, emplean grandes piedras en
las cruces, ó las suspenden con sogas para
abatir los brazos; pero deben rechazarse estosmedios
violentos, toda vez que se puede conseguir
igual resultado, inclinando ó arqueando
las ramas, descalzando las raíces en suarranque,
podando largas las ramas de la
copa en el invierno, y acortando los brotes
laterales en primavera y estío.
9. a
Alejar de los muros las ramas débiles y,
aproximar las robustas.—La rama que se aleja
de una pared disfruta de mayor aireación,
más luz y asoleo, y puede, por consiguiente,
elaborar mayor cantidad de savia. Separando
del muro la parte débil, se exponen los brotes
á que reciban la luz de todas partes, y comoeste
agente determina las funciones de las hojas,
y obra sobre la savia de las raíces, vegeta
con más vigor el brote separado que la parte
fuerte, que sólo queda iluminada por un costado.
Se emplea únicamente este medio conlos
árboles en espaldera, y no deberá usarse
hasta el mes de Mayo, cuando los árboles no
tienen nada que temer de las heladas de primavera,
lejos de la protección que les presta
el muro.
10. Cubrir el costado fuerte para privarlede
la luz.—Se obtienen idénticos resultados
que por el procedimiento anterior y fundados
en los mismos principios. Las hojas llenan
tanto mejor sus funciones, cuanto más directamente
se encuentran expuestas á la acción
del sol. Al interponer un cañizo ó una estera
entre el sol y la parte vigorosa, se modera la
circulación de la savia hacia este punto, y
más aún la elaboración, que aumenta en la
parte débil que se quiere fortalecer.
11. Practicar incisiones longitudinales en.
las ramas débiles.—El fundamento de esta regla
estriba en que la corteza de las ramas es
•ordinariamente dura y poco elástica, y opone
á veces obstáculos á que engruesen las ramas.
La incisión ocasiona una herida á la que
afluye la savia en abundancia, resultando la
formación de muchas células nuevas, inmediatas
al sitio en que se practicó. Como las
células nuevas atraen mayor cantidad de savia
que las antiguas, se concibe sin dificultad
que continúe afluyendo la savia y la rama adquiera
un desarrollo más considerable.
12. Practicar en los árboles frutales de pepita
un entalle ó muesca sobre el arranque delas
ramas fuertes.—Viniendo la savia de las
raíces y pasando por las capas leñosas, principalmente
por las últimas que se forman, elentalle
detiene el curso de la savia y la desvía,
obligándola á pasar á la rama inmediata
que se encuentra por debajo.
13. Afianzar á los enverjados lo más pronto
posible las ramas de la parte fuerte, y hacerlo
tarde en la parte débil.—Se contiene la
circulación en los primeros puntos y se favorece
en los segundos. Este procedimiento es
únicamente aplicable á los muros.
14. Suprimir cierto número de hojas del
costado fuerte.—Disminuyendo el número de
hojas en este costado del árbol, se impide quearribe
la savia en mucha abundancia; pera