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tes de las Islas Filipinas la Procltia? albicans,
P. Blanco; arbolillo de hojas alternas, lanceolado-aovadas,
aserradas, con puntitos en las
aserraduras, ondeadas, algo borrosas, con dos
glándulas pequeñas en la base y sin grietas
en la vena del medio; los pecíolos tienen dos
glándulas puntiagudas en la base. Las flores
son unisexuales, axilares, y están dispuestas
en racimo.
La madera de estos arbolillos es blanca y
ligera. Llámaula los indios Busilac, nombre
que también aplican á la Trichilia rimosa,
P. Blanco. (V. Trichilia.)
PROCREAR.—(V. Generación y Multiplicación.)
PROCRIS.—Género de plantas de la familia
de las Urticáceas (género Conocephalus,
L.). Se encuentran silvestres en los montes
de las Islas Filipinas las dos especies
siguientes:
Procris violácea, P. Blanco. Nombre vulgar,
Lagna.— Trepadora, cuyo tallo llega á
adquirir el grueso de 14 á 20 centímetros.
Tiene las hojas aovadas, repentinamente aguzadas,
obtuso-escotadas, venosas por debajo
y lampiñas. Las flores son monoicas y dioicas;
las femeninas están colocadas sobre un receptáculo
común, globoso, carnoso, con piececito
y un fulcro de dos hojuelas opuestas, pequeñas,
todo lleno de florecitas, con algunas pocas
escamas intermedias; los pedúnculos propios
de las florecitas son largos, comprimidos
y de dos filos. El fruto es una cajilla muy
pequeña, con una semilla larga, comprimida,
aleznaday fija en la base. Florece en Julio.
De este vegetal se hacen cuerdas. El tronco
arroja una goma muy encarnada.
Tanto el tallo, que es fistuloso, como los
receptáculos y flores, son de color morado.
Procris erecta, P. Blanco. Nombre vulgar,
Hanopol.—Arbolillo monoico de unos 2 á 3
metros de alto, con el tronco derecho y blando.
Las hojas son acorazonadas, de 26 á 28
centímetros de largo, con grandes escotaduras
en las orillas y vellosas por ambas caras. Las
flores forman umbela dicotoma, estando cubiertas
por una espata aquillada; cada pedúnculo
parcial sostiene un receptáculo globoso
y como bilobo, sobre el cual están colocadas
las flores en mucho número, con una
hojuela entre cada flor. El fruto lo forman las
semillas, correspondiendo una á cada florecita.
De las raíces se saca agua potable.
PRODUCCIÓN (Economía rural).—Desígnase
con esa palabra el conjunto de materias
obtenidas de la explotación del suelo,
cualquiera que sea la manera de proporcionarse
aquéllas. Se distinguen tres clases de
producción; figura en primer término la producción
vegetal, por ser la más extendida y
multiplicada; sigue la animal, y aparece la
mineral en el lugar último. La riqueza de un
país, su bienestar y su poder, dependen de la
cantidad y la calidad de los productos, y las
mismas condiciones de la producción general
están subordinadas al sistema de explotación,
mejor ó peor entendido. Bajo ciertos aspectos,
la explotación de la producción vegetal
indígena, y aun la de la mineral, suelen sellas
mejor comprendidas allí donde las dirigen
hombres ilustrados y estudiosos. Desgraciadamente,
sólo en contados casos podemos envanecernos
los españoles de obtener productos
de calidad superior en las mejores condiciones
económicas apetecibles. Si tenemos
algunos frutos superiores á los de otros países,
débese á la madre naturaleza y á las condiciones
del clima ante todo, y si son excelentes
ciertas razas lanares y caballares, débese,
no á la acción inteligente del ganadero, sino á.
causas ó influencias naturales. En ese sentido,
los ingleses nos pueden dar lecciones provechosas;
ellos, por lo general, han modelado
sus especies, según el fin que se proponían.
En Francia, donde hace ya muchos años que
comenzaron á seguir el ejemplo de sus vecinos
de Ultramar, los resultados no han correspondido
á los buenos deseos y á la actividad
desplegada por los gobiernos y los particulares.
En España no se había intentado
mejorar la producción bajo todos sus aspectos
con todo el empeño que esa cuestión requiere
hasta estos últimos años, y dicho se está que
los éxitos logrados por lo pronto son nulos ó
poco menos. Apenas se ha hecho sentir aún
la influencia del Cuerpo de Ingenieros agrónomos,
llamado á ser el director ó inspirador
de los agricultores y ganaderos deseosos de
realizar progresos y mejoras. De esperar es que
andando el tiempo y conocedores de las condiciones
especiales de la producción española,
contribuyan eficazmente á su desarrollo.
PRODUCTOS RESINOSOS.-Se designa
con el nombre genérico de resinas diferentes
productos que rezuman espontáneamente, ó
mejor cuando se les hace incisiones, de una
porción de vegetales de diversas familias, y
especialmente de las plantas herbáceas y muy
aromáticas de los países cálidos. Cuando los
árboles las producen son siempre fluidas, pero
después van tomando consistencia poco á poco.
En general son más oxigenadas que los aceites
volátiles que se sacan de las mismas plantas,
y parece debido esto á la acción que el
oxígeno ejerce sobre estos últimos. Lo que
hay de cierto es que por un contacto prolongado
con este gas, los aceites volátiles acaban
por concretarse, y adquieren el aspecto y las
principales propiedades de los jugos resinosos.
Además, contienen todos mucho aceite esencial
todavía, que parece mantenerlos en disolución
en los vasos de las plantas. Así, si se
calienta con agua en un aparato destilatorio
una materia resinosa cualquiera, se extraerá
aceite volátil en mayor ó menor cantidad. La
trementina, el bálsamo de copaiba, el bálsamo
de la Meca, el bálsamo del Perú, etc., sólo deben
su pastosidad á la gran proporción de aceite
volátil que contienen.
Las resinas puras son ordinariamente substancias
sólidas, frágiles, inodoras é insípidas,
semi-transparentes por lo menos, y de un co-