é 3 - citaREA

PIS — 375 — PIS
de dichos recipientes pueden colocarse 3.000
pececillos. Las aguas deben ser puras y límpidas,
porque cualquier partícula sólida obstruiría
las finísimas branquias de los delicados
pececillos, causándoles la muerte por asfixia
Entonces hay que alimentarlos con carne cruda
picada, hígado machacado y reducido á
papilla, ó sesos cocidos de carnero ó vaca, pasados
á presión por tamiz. Las crías de las
truchas y salmones consumen tal cantidad en
el rigor del verano que es necesario echar dia
riamente una sesada por cada mil. Aun es
preferible echarlas en los lagos, arroyos ó riachuelos,
después de limpiarlos bien, porque de
esa manera se buscan ellas el alimento. En el
Peal sitio de San Ildefonso se transportan en
el mes de Octubre á las aguas que se desea
Figura /347.— Trucha á los cuatro meses
poblar. Al nacer tienen los pececillos de 18 á
20 milímetros de longitud, y durante el primer
período de su vida crecen próximamente
un centímetro poivmes. Después, cuando quedan
en libertad, el crecimiento depende déla
mayor ó menor cantidad de alimento contenido
en las aguas donde viven. Del tamaño de
Figm -
a 148.—Salmón de menos de cuatro meses
las truchas y de los salmones á los cuatro meses
dan idea las figuras 147 y 148.
CKIA DE LOS PECES EN DOMESTICIDAD.—No
siempre es conveniente echar los pececillos
jóvenes á los canales, ríos, lagos, etc.; á veces
es preferible criarlos y cebarlos en domesticidad,
es decir, en depósitos, estanques, piscinas,
acuarios ó viveras destinadas á ese objeto
únicamente, como se ha indicado anteriormente.
Esto por supuesto, en el caso de que
los peces no necesiten vivir en aguas corrientes,
ó en el de que la masa líquida se renueve
constantemente. Para las carpas, tencas,
anguilas, cachos y otras especies que
viven indistintamente en aguas corrientes ó
estancadas son excelentes tales depósitos, á
condición de que se renueve totalmente el agua
de vez en cuando ó se evite su corrupción
plantando en el fondo vegetales acuáticos, que
sirven al mismo tiempo de abrigo natural á
los pececillos, sobre todo cuando los molestan
los rayos solares, es decir, en la primera edad.
Con ese fin se colocarán sobre el fondo del es­
tanque ó vivera montículos de piedras rústicas
que dejen entre sí cuevas ú oquedades,
abrigos de arcilla cocida como los empleados
en el Real sitio de San Ildefonso. No hay inconveniente
en echar en esas viveras los peces
á poco de haber nacido, y con tal de que
no pertenezcan á especies cuya vesícula umbilical
no es absorbida en mucho tiempo.
Cuando los estanques ó piscinas son surtidos
por las aguas de algún arroyo ó caz, que
arrastran insectillos, semillas y detritus orgánicos,
no será necesario suministrar alimento
á los peces; en caso contrario, es preciso atender
á la alimentación de las crías durante la
primera edad con las substancias indicadas
anteriormente, ó multiplicando en los estanques
los cipris, cyclops, citrereas y otros crustáceos
microscópicos que abundan durante la
primavera en las aguas estancadas especialmente.
La sangre de los mamíferos sería un
alimento excelente, si no corriese el peligro de
descomponerse y corromper las aguas con facilidad,
haciendo imposible la subsistencia de
los peces. De ahí la necesidad de limpiar frecuentemente
los estanques. Para ello se ha de
tener la precaución de hacer en el centro de
ellos la llamada pecera, ó sea una poza de
poca profundidad que nunca queda en seco, y
en la cual hallan refugio los peces durante la
faena de la limpia. Cuando han de ser utilizadas
las aguas para el riego ú otros usos análogos,
habrá de colocarse en la boca de desagüe
una tela metálica galvanizada para que no se
escape la pesca. Dicho se está que en tales estanques
es posible cebar peces adultos; mas á
condición de que no se mezclen con los pequeños,
porque los devorarían, aun cuando
fuesen sus padres.
CONCLUSIÓN. — De las observaciones hechas
se desprende la importancia y utilidad
de la piscicultura, puesto que, gracias á ella,
es posible obtener en muchos ríos, lagunas,
lagos, etc., beneficios que sin ese arte no sería
dable alcanzar. Ciertamente que en algunos
puntos se podrían obtener esos mismos
beneficios limitando la pesca y evitando la
destrucción de los peces jóvenes; mas en otros
casos no bastaría la circunspección y mesura,
y las aguas no se poblarían jamás. Los ensayos
para repoblar directamente las marinas
han resultado estériles hasta ahora, á no ser
respecto de las langostas, cangrejos y otros
crustáceos, que no viven en iguales condiciones
que los peces. De todas maneras, los beneficios
obtenidos no son bastante manifiestos
en ese último caso. Tampoco la cría de ostras,
mejillones y almejas ha correspondido,
siempre á las esperanzas concebidas, pero hay
muchos y significativos éxitos que patentizan
cuánto influye en los resultados la buena dir
rección y orden de las operaciones, teniendo
en cuenta las circunstancias de lugar, ya que
éstas son decisivas, cualquiera que sea el género
de animales acuáticos que se desea multiplicar.
Lo cierto es que actualmente dan abundan-