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PAR — 210 — PAR<br />

cónicas, en que las generatrices opuestas forman<br />

un ángulo de 10° y la substancia empleada<br />

es el platino; y puntas de cobre, en las<br />

cuales el ángulo del v<strong>é</strong>rtice es de 30 ó más<br />

grados. Para preferir las puntas agudas monsieur<br />

Perrot alegaba el año 1862 que la influencia<br />

neutralizadora de esas puntas alcanza<br />

á una distancia ciento setenta veces mayor<br />

que la acción de descarga, y doce veces más<br />

que la acción preventiva de una punta ordinaria.<br />

Respecto del material con que se han<br />

de construir las puntas, es de notar que, representando<br />

por 100 la conductibilidad el<strong>é</strong>ctrica<br />

de la plata, la del cobre será de 91,44 y<br />

la del platino de 8,15, en tanto que el primer<br />

metal se funde á 1.000° centígrados, el segundo<br />

á 1.050 y el platino á 1.700. La mayor<br />

resistencia de <strong>é</strong>ste al paso de la corriente el<strong>é</strong>ctrica<br />

explica el hecho de que á veces funda<br />

el rayo las puntas de platino y forme una<br />

gota redondeada y brillante, como ocurrió en<br />

la catedral de Estrasburgo el año 1843, y así<br />

se comprende tambi<strong>é</strong>n por qu<strong>é</strong> razón van<br />

siendo preferidas las puntas de cobre, aun<br />

cuando las de platino no se oxiden al aire<br />

libre.<br />

Tampoco están conformes los físicos y electricistas<br />

respecto de si protegen los edificios<br />

contra la terrible acción de las chispas las<br />

barras elevadas, ó las cortas y numerosas; en<br />

la actualidad se prefiere generalmente establecer<br />

sobre las cubiertas muchas puntas de<br />

poca altura. De todas maneras, es indispensable<br />

ligar metálicamente las partes inferiores<br />

de las barras ó puntas, de manera que se establezca<br />

un circuito para facilitar el paso de la<br />

descarga el<strong>é</strong>ctrica al suelo por las varillas<br />

metálicas, más ó menos numerosas y de diámetros<br />

variables, llamadas conductores. Estos<br />

deben presentar en su longitud el menor número<br />

posible de empalmes, uniones y soldaduras,<br />

los cuales constituyen siempre un punto<br />

d<strong>é</strong>bil en la marcha de la descarga el<strong>é</strong>ctrica,<br />

y hasta pueden ser causa de una solución<br />

de continuidad. Por lo mismo funcionan y se<br />

instalan mejor los conductores cuando son<br />

alambres metálicos que, aislados ó reunidos<br />

en haces, alcanzan desde la cubierta al punto<br />

del suelo en donde deban terminar. El extremo<br />

inferior del conductor ha de estar en perfecta<br />

comunicación en el suelo con grandes<br />

masas buenas conductoras de la electricidad.<br />

Con ese objeto se utilizan las aguas superficiales<br />

ó las subterráneas, los pozos abiertos<br />

con ese objeto exclusivamente, grandes masas<br />

metálicas y las tuberías de hierro para la<br />

conducción de aguas ó de gas en las grandes<br />

poblaciones.<br />

Una Comisión municipal de París dio en<br />

1875 una instrucción para la instalación de<br />

pararrayos, donde se resumían las reglas aconsejadas<br />

por los hombres de ciencia en aquella<br />

<strong>é</strong>poca. La Comisión adoptó la punta de cobre<br />

puro, de unos 50 centímetros de longitud y<br />

ángulo de 30° en el v<strong>é</strong>rtice. Esa punta se<br />

atornilla, se sujeta con un pasador de rosca y<br />

se suelda á la extremidad de la varilla de<br />

hierro. Esta barra ó vastago, de una sola pieza,<br />

poligonal ó ligeramente cónica, ha de ser<br />

de hierro forjado, estará preservada con cinc<br />

siempre que sea posible, y no se pintará bajo<br />

ningún pretexto. La comunicación entre la<br />

varilla y el conductor del pararrayos se establecerá<br />

con una pieza ajustada y fija por medio<br />

de un pasador, habiendo de cubrirse toda<br />

la junta con una gruesa capa de soldadura de<br />

estaño. Todas las piezas metálicas de algún<br />

volumen que entren en la construcción de los<br />

edificios han de quedar ligadas metálicamente<br />

al sistema de pararrayos. Las comunicaciones<br />

se establecen con chapas de palastro fuerte,<br />

flejes y otros hierros cuya sección sea de un<br />

centímetro cuadrado por lo menos, pero con<br />

la condición necesaria de que las dos soldaduras<br />

de los extremos, así en la parte inferior<br />

de la línea como en la de unión con el circuito,<br />

tengan de 20 á 25 centímetros cuadrados<br />

de superficie de contacto cada una. En cuanto<br />

á las otras superficies metálicas de la cubierta,<br />

será preciso ligarlas entre sí, uni<strong>é</strong>ndolas,<br />

si es necesario, con chapas de palastro soldadas<br />

de una pieza á otra. Una vez adoptadas<br />

esas precauciones, se las pondrá en comunicación<br />

metálica con las barras del circuito.<br />

Cuando se forme el conductor con barras de<br />

hierro macizas, habrán de ser galvanizadas<br />

<strong>é</strong>stas, y las juntas se pondrán en contacto<br />

fijándolas cou pasadores y cubri<strong>é</strong>ndolas con<br />

una fuerte capa de soldadura. Conviene que<br />

esas barras sean de cuadradillo, con 18 ó 20<br />

milímetros de lado, y cuando no sea posible<br />

obtenerlas galvanizadas, se las cubrirá cou<br />

una gruesa capa de pintura. Tambi<strong>é</strong>n es conveniente<br />

emplear compensadores de dilatación,<br />

ya que la del hierro es casi de un milímetro<br />

por metro para una variación de temperatura<br />

de 80° centígrados. Como en nuestros<br />

climas podrá llegar la temperatura de las barras<br />

de circuito á 60° centígrados sobre O en<br />

el verano, y descender en invierno á 20° bajo<br />

0, cada 100 metros del circuito podrán aumentar<br />

en un decímetro al pasar de la temperatura<br />

mínima á la máxima, y reducirse de<br />

igual manera en caso contrario. Los inconvenientes<br />

que de esas variaciones resultan, se<br />

compensan por medio del compensador, aparato<br />

sumamente sencillo, compuesto de una<br />

banda de cobre de 2 centímetros de ancho, 5<br />

milímetros de grueso y 70 centímetros de longitud,<br />

cuyos extremos se sueldan á los trozos<br />

de hierro de la sección ordinaria y de 15 centímetros<br />

de longitud. La banda de cobre se<br />

encorva y opone poca resistencia á una flexión<br />

mayor provocada por el calor, ó á una<br />

distensión determinada por el descenso de la<br />

temperatura en las barras.<br />

Si se hace uso de cuerdas formadas por<br />

alambres de hierro galvanizado, <strong>é</strong>stos habrán<br />

de tener de 2,5 á 3 milímetros de diámetro, y<br />

su número ha de ser tal que la suma de ias<br />

áreas de sus secciones rectas sea igual á la de<br />

una barra de hierro cuadrada de 20 milíme-

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