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PEE — 471 — PEE<br />

con buena obra de fábrica, y ordinariamente<br />

encima de ella se sitúa una.casilla, llamada<br />

casa compuerta; la obra de la entrada del canalizo<br />

debe tener un buen encachado de ladrillo<br />

ó sillería, cuyo fondo est<strong>é</strong> al nivel del<br />

fondo del canal de conducción; los costados<br />

deberán ser tambi<strong>é</strong>n de buena fábrica de ladrillo,<br />

y el centro debe llevar un machón ó<br />

pilar que divida en dos partes iguales el canalizo,<br />

formando dos pasajes, que se cierran<br />

cada uno con una compuerta de corredera,<br />

cuja parte superior, estando cerradas, debe<br />

quedar más alta que la máxima altura que<br />

pueda tomar el agua en las mayores avenidas.<br />

Estas compuertas deben ser de tales dimensiones,<br />

que una sola sirva para dar paso á<br />

toda el agua necesaria, poni<strong>é</strong>ndose dos para<br />

el caso en que se inutilizase una de ellas; la<br />

compuerta se construye con tablones engargolados<br />

entre sí y sujetos por varios barrotes<br />

pasados á cola de milano y reforzados con<br />

tornillos pasantes.<br />

La madera mejor para hacerlas es el roble,<br />

que se altera poco con la humedad; alo largo<br />

de la compuerta va una barra dentada, que<br />

engrana en un piñón montado sobre soportes,<br />

y el cual lleva una cigüeña que permite hacerle<br />

girar, haciendo subir ó bajar de este<br />

modo la compuerta, que corre por las ranuras<br />

practicadas en las jambas de sillería colocadas<br />

en el canalizo.<br />

Cada una de las dos compuertas tiene movimiento<br />

independiente, y las cigüeñas se encuentran<br />

encerradas en la casilla que antes<br />

hemos dicho se coloca sobre la entrada del<br />

canalizo.<br />

M. García López.<br />

PRESUPUESTO.-1. Según el Diccionario<br />

de la lengua, significa esta palabra el<br />

cálculo anticipado de los gastos de una obra,<br />

y especialmente se aplica á los generales del<br />

Estado, así como á sus rentas para atender á<br />

ellos. Sobre esta acepción versarán nuestras<br />

observaciones.<br />

En los presupuestos del Estado hay que<br />

estudiar dos cosas: una de esencia y otra de<br />

forma. La esencial fe refiere ala exactitud de<br />

los cálculos, y á que la cantidad de gastos<br />

presupuesta no exceda jamás de la de ingresos.<br />

Relativamente á la forma, con cuyo<br />

nombre comprendemos todo lo que es accidental<br />

y contingente, no puede darse una<br />

regla fija ni emitirse juicio absoluto. No hay<br />

nación que deba prescindir de lo esencial,<br />

pero cada una puede sin inconveniente variar<br />

de forma, esto es, hacer la distribución de<br />

gastos del modo particular que exijan sus<br />

circunstancias, y obtener los recursos para<br />

sufragarlos de diversa manera y acudiendo á<br />

diferentes fuentes de riqueza.<br />

Nada representa en los actuales tiempos el<br />

grado de bondad de un Gobierno como la<br />

formación de un buen presupuesto en lo esencial<br />

y en lo contingente; nada, por el contrario,<br />

da tan mala idea de la administración<br />

I pública de un Estado como un presupuesto<br />

saldado constantemente eu d<strong>é</strong>ficit, en el cual<br />

se invierte la fortuna pública sin equidad y<br />

acertado criterio, y cuyos tributos se exigen<br />

á las clases sin proporción á su riqueza. Con<br />

el d<strong>é</strong>ficit constante se aplica á la gobernación<br />

el principio socialista más perturbador y<br />

repugnante, cuya consecuencia es la absorción<br />

de la fortuna privada por el Estado; con<br />

la falta de equitativa proporción en los impuestos<br />

se crea un antagonismo fatal entre el<br />

que paga y el que cobra, y el divorcio entre<br />

el poder público, cuyo carácter es esencialmente<br />

protector y tutelar, y la masa de honrados<br />

ciudadanos que necesitan su apoyo y<br />

por error ó malicia son tratados como bestias<br />

de carga del poderoso.<br />

Basta lo expuesto para que se comprenda<br />

la importancia de.esta cuestión en el bienestar<br />

general; importancia creciente según los pueblos<br />

van interviniendo en la gestión de sus<br />

intereses, y que por su carácter eminentemente<br />

práctico ha de superar á las esencialmente<br />

políticas; las cuales, reconocida la igualdad<br />

ante la ley, y consagrada la libertad por las<br />

Constituciones, sólo de modo indirecto interesan<br />

á las naciones.<br />

Prescindiremos de las diversas trascendentales<br />

cuestiones relacionadas con la presente;<br />

lugar á propósito son para dilucidarlas<br />

los tratados de administración y economía<br />

política. Nosotros estudiaremos únicamente<br />

las que tienen relación con el impuesto, con<br />

la clase productora, <strong>é</strong> influyen de modo eficaz<br />

en el fomento ó en la ruina de los diversos<br />

ramos que abraza la agricultura.<br />

La primer cuestión es la siguiente: ¿deben<br />

subordinarse los gastos á los ingresos, ó por<br />

el contrario, los ingresos á los gastos?<br />

La práctica de casi todos los Estados es<br />

que los ingresos se subordinen á los gastos;<br />

la razón y la equidad exigen que los gastos<br />

se subordinen á los ingresos. Sólo en casos<br />

extraordinarios y por rara excepción las naciones<br />

deben gastar en un momento dado,<br />

como, por ejemplo, si hubiese que sostener<br />

una guerra extranjera, cuanto sea necesario*<br />

para triunfar ó salvar la honra nacional, sin<br />

medir la extensión de los sacrificios.<br />

No han faltado autores que en sus obras,<br />

ni oradores que en sus discursos proclamen<br />

este principio de buen gobierno, pero juzgados<br />

ilusos y visionarios por los políticos, sus<br />

palabras se han perdido en el vacío, siendo<br />

indeclinable consecuencia falsear el catastro<br />

y la estadística, y hacer que el impuesto sea<br />

completamente arbitrario. Esto nos lleva á.<br />

emitir nuestra opinión sobre las cartillas evaluatorias,<br />

fundamento económico del presupuesto<br />

de ingresos. • -<br />

II. Como hecho y como doctrina se puede<br />

establecer que sin catastro y sin estadística no<br />

puede haber igualdad ni equidad en los tributos.<br />

Mas como <strong>é</strong>stos son necesarios y siempre<br />

se fijan atendiendo á la cuantía de los<br />

gastos más bien que á la utilidad líquida de

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