Actas do Seminario Internacional O futuro da memoria - Arquivos de ...

dad de los ciudadanos para implicarse en un debate político público informado
ha sido bloqueada por toda la gama de exenciones y retrasos en la localización
de información. A pesar de las iniciativas de gobierno abierto, la
legislación anti-terrorista posterior al 11 de septiembre de 2001 ha cercenado
muchas libertades civiles; en particular, ha conducido a enmiendas o a la
restricción de la lectura de la legislación de libertad de información en muchos
países (Iacovino 2010).
Gran parte de lo que se sabe acerca del gobierno ha sido revelado por periodistas
de investigación, grupos de comunidades de interés público, litigantes
y denunciantes que pasan por encima de las regulaciones sobre libertad
de información. ¿Están las filtraciones convirtiéndose en un sustituto de los
procesos adecuados? Internet se ha convertido en el medio de acceso global
a la información del gobierno, lo que algunos periodistas describen como
«datos brutos» la mayoría de los cuales probablemente seguirían clasificados
durante décadas, si no destruidos por un gobierno o una autoridad archivística,
por ejemplo, la publicación por Wikileaks de películas militares de EE.
UU. que mostraban cómo un helicóptero de EE. UU. asesinaba a un cierto
número de personas —incluidos dos periodistas de Reuters— (McGreal,
2010). El argumento que se daba para divulgar documentos de esta manera
era que:
El grupo [Wikileaks] cree que la transparencia aporta responsabilidad y que el
secreto causa corrupción. Las sociedades en busca de instituciones honestas y
de una democracia que funcione adecuadamente requieren que los gobiernos
y las corporaciones poderosas expongan todo sobre el documento al público,
para que los ciudadanos analicen y conformen sus opiniones. Si fracasan en esta
responsabilidad, la gente de conciencia debe actuar con organizaciones como
WikiLeaks para que la verdad salga a la luz (Cannold, 2010).
Wikileaks publica lo que nadie más quiere que se publique o ha sido suprimido
por órdenes de «amordazamiento», esto es, su publicación ha sido
restringida por órdenes legales o la presión de gobiernos o personas privadas
(Castan Centre, 2010: 3). La crítica de la mayoría de autoridades gubernamentales
en relación con la publicación por Wikileaks de documentos estadounidenses
sobre la guerra de Afganistán ha sido acerca de los riesgos
para los informantes afganos y las fuerzas de la OTAN, lo cual desvía la atención
de cualquier discusión sobre potenciales crímenes del gobierno que
puedan quedar evidenciados en estos documentos (Saul, 2010; Boas, 2010).
Julian Assange, fundador de Wikileaks, se refiere a los huecos en el documento
histórico; a los gobiernos que retiran documentos de su propiedad o
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