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El segundo cuento: la crisis de la gestión de la información
No pretendo describir por completo la naturaleza de la crisis de la gestión de
la información dentro del Gobierno de Canadá, porque sus orígenes, fuentes
y contextos están bien documentados en un cierto número de revisiones
federales, estudios y análisis de situación. Es también una historia familiar para
muchos gobiernos nacionales y estatales hoy en día, consistiendo en gran
medida las únicas diferencias entre ellos en las circunstancias del dominio local
y en las variaciones respecto a diversos temas, dependiendo del modo en
que uno se interese en analizar y explicar el entorno de recursos de información
y su infraestructura (o su ausencia en el caso de este último), y en este
caso nuestro cuento canadiense local de la crisis de la gestión de la información
es muy poco notable. Esto no significa minimizar el impacto de la crisis
en Canadá —ha sido profundo dentro de los círculos y el funcionamiento de
la administración pública federal, por ejemplo— pero creo que la historia del
modo en que LAC está desarrollando de manera cooperativa modos y medios
para ayudar a remediar la actual situación táctica y abordar de manera
estratégica los retos digitales emergentes es más interesante que los orígenes
de la problemática. No obstante, en el contexto canadiense, hay que hacer
algunas observaciones clave acerca de las circunstancias contextuales que
rodearon e instigaron la crisis.
Primero, la crisis de la gestión de la información en la administración pública
federal de Canadá no está necesariamente enraizada en la ausencia de
teoría de gestión de la información, de herramientas de gestión de la información
o de recursos e infraestructura en tecnologías de la información. Tenemos
de esto (y hemos tenido) en abundancia, aunque cierto número de
elementos requieren seguramente un ajuste y una redirección críticos, y parte
de nuestro pensamiento corporativo está claramente desactualizado y
desalineado tanto con el entorno digital como con los actuales requisitos de
empresa. Desde mi punto de vista, la crisis está, y ha estado, enraizada en
una combinación de factores que incluyen:
❚ Nuevas concepciones de la empresa y de la administración públicas que
están transformando el comportamiento organizativo a todos los niveles
en el lugar de trabajo.
❚ Cambios en la producción de información y en los flujos de información,
así como en las comunicaciones.
❚ Algunas malinterpretaciones críticas, o ilusiones creadas de manera
equivocada, en torno al poder y a los impactos de las tecnologías de la información
y de las comunicaciones basadas en la informática.
❚ Una extensa pérdida del control corporativo ejercido sobre los documen-