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Comentarios a los “Lineamientos Generales para el expendio o ...

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Folio Remitente Comentario Respuesta<br />

y que en la medición basal consumieron 21 o más latas por semana de bebidas endulzadas con edulcorantes no calóricos<br />

(refrescos de dieta, así como café o té endulzados con edulcorantes) tuvieron casi <strong>el</strong> doble de riesgo de presentar obesidad<br />

en com<strong>para</strong>ción con las personas que no consumieron edulcorantes599,600.Por otro lado, aún continúan <strong>los</strong> estudios <strong>para</strong><br />

evaluar <strong>el</strong> uso de edulcorantes artificiales y su asociación con un mayor consumo de energía y obesidad a través d<strong>el</strong><br />

aumento en la insulina y leptina circulante después de su consumo. Los resultados, hasta ahora, muestran que hay una<br />

menor capacidad d<strong>el</strong> organismo <strong>para</strong> disminuir <strong>el</strong> consumo de energía y tener sensación de saciedad, lo que podría a su vez,<br />

resultar en ganancia de peso601. Algunos estudios que han ligado la ingestión de bebidas azucaradas con la incidencia de<br />

obesidad y síndrome metabólico, reportan similar y a veces mayor r<strong>el</strong>ación cuando la ingestión de refrescos de dieta se<br />

corr<strong>el</strong>aciona con <strong>el</strong> mismo peso. Por ejemplo, utilizando tanto datos transversales como longitudinales d<strong>el</strong> estudio de<br />

Framingham, Dhingra y colaboradores602 reportaron una asociación positiva entre <strong>el</strong> consumo de refresco de dieta y la<br />

prevalencia de síndrome metabólico, la cual fue mayor que la obtenida con <strong>el</strong> consumo de refresco regular.Posibles efectos<br />

fisiológicosSwithers y cols. al hacer una revisión de estudios donde se utilizaron como mode<strong>los</strong> roedores, llegaron a la<br />

conclusión de que consumir alimentos o bebidas que contienen edulcorantes se acompañó de un incremento en la ingestión<br />

de alimentos, ganancia de peso, acumulación de grasa corporal y una débil compensación calórica. calórica603. También<br />

proporcionan evidencia consistente de que <strong>el</strong> consumo de sacarina puede estar asociado con una disminución en la<br />

habilidad d<strong>el</strong> sabor dulce de provocar una respuesta térmica y por lo tanto, otras respuestas como reflejos fisiológicos o de<br />

la fase c<strong>el</strong>iaca que se ha pensado mantienen <strong>el</strong> balance energético. Aunque <strong>los</strong> estudios se han realizado en mode<strong>los</strong><br />

animales, es plausible que tanto humanos como animales cuenten con un aprendizaje acerca de la r<strong>el</strong>ación entre las<br />

propiedades sensoriales de <strong>los</strong> alimentos y sus consecuencias nutritivas una vez que se consumen. Dichas propiedades<br />

sensoriales pueden ayudar a mantener <strong>el</strong> balance energético. El consumir dietas en las cuales las propiedades orosensoriales<br />

de <strong>los</strong> alimentos y bebidas que pueden no son predictivas de sus consecuencias calóricas, como lo son <strong>los</strong> edulcorantes, y<br />

pueden alterar la regulación energética604. En sujetos humanos, como en animales, <strong>el</strong> estímulo que produce <strong>el</strong> sabor de <strong>los</strong><br />

alimentos y/o bebidas puede provocar la secreción de insulina por las células beta d<strong>el</strong> páncreas. El incremento temprano de<br />

la secreción de insulina después de una estimulación gustativa (dentro de <strong>los</strong> 4 minutos posteriores) es de origen cefálico. La<br />

característica específica de este fenómeno (fase cefálica de la liberación de insulina, CPIR) es <strong>el</strong> incremento de la insulina en<br />

plasma previo a un incremento de la glucosa en sangre. Experimentos recientes en animales muestran que endulzantes<br />

599 Qing Yang. Gain weight by “going diet?” Artificial sweeteners and the neurobiology of sugar cravings. Yale Journal of Biology and Medicine. 2010; 83: 101-108.<br />

600 Fowler SP, Williams K, Resendez RG, Hunt KJ, Hazuda HP, Stern MP. Fu<strong>el</strong>ing the obesity epidemic? Artificially sweetened beverage use and long-term weight gain. Obesity (Silver Spring) 2008; 16(8):1894–900.<br />

601 Elliott SS, Keim NL, Stern JS,Teff K, Hav<strong>el</strong> PJ. Fructose, weight gain, and the insulin resistance syndrome. American Journal of Clinical Nutrition. 2002;76:911-922.<br />

602 Dhingra R, Sullivan L, Jacques PF,Wang TJ, Fox CS, Meigs JB. Soft drink consumption and risk of dev<strong>el</strong>oping cardiometabolic risk factors and the metabolic syndrome in middle-aged adults in the community. Circulation<br />

2007;116(5):480–8.<br />

603 Swithers SE, Martin AA, Davidson TL. High-intensity sweeteners and energy balance. Physiol Behav 2010;100(1):55-62.<br />

604 Swithers SE, Martin AA, Davidson TL. High-intensity sweeteners and energy balance. Physiol Behav 2010;100(1):55-62.<br />

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