Comentarios a los “Lineamientos Generales para el expendio o ...

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1141 Ludwig D. Peterson, KE. Relation between consumption of sugar sweetened drinks and childhood obesity: A prospective, observational analysis. Lancet. 2001;357(9255):505- 508.
1142 Hulshof T, Graaf C. The effects of preloads varying in physical state and fat content on satiety and energy intake. Appetite 1993;21(3):273-286.
1143 Mattes R. Dietary compensation by humans for supplemental energy provided as ethanol or carbohydrate in fluids. Physiol Behav 1996;59(1):179-187.
1144 Mourao D, Bressan J. Effects of food form on appetite and energy intake in lean and obese young adults. Int J Obes (Lond) 2007.
requiere de líquidos para satisfacer las necesidades de energía y nutrientes. En consecuencia, el agua potable puede
utilizarse para satisfacer casi todas las necesidades de líquidos de los individuos sanos. Sin embargo, para permitir cierta
variedad y preferencias individuales, una dieta saludable puede incluir diversos tipos de bebidas (alimentos líquidos),
además del agua.Si bien se recomienda el consumo de otras bebidas además del agua, se debe limitar por lo siguiente:En
diferentes estudios experimentales muestran de manera inequívoca que las bebidas calóricas no producen saciedad y que la
compensación que proveen en términos de reducir el apetito es mucho menor que los alimentos sólidos, por lo que el efecto
neto, de acompañar los alimentos con bebidas calóricas es un aumento del consumo de energía y por lo tanto en el largo
plazo un aumento de peso.1141Estudios sobre las sensaciones del apetito (esto es, hambre, saciedad e ingestión posterior a
una comida) apoyan la idea de que los líquidos tienen menor capacidad de producir saciedad que los alimentos sólidos.1142
La compensación en la dieta (el ajuste en la ingestión de energía que hacen los individuos en comidas subsecuentes, en
respuesta al consumo previo de alimentos) se ha estudiado con alimentos sólidos, semisólidos y líquidos. Para los líquidos,
Mattes1143 informó una falta importante de compensación dietética, lo que sugiere que el organismo humano no registra
la ingestión de energía a partir de bebidas y por lo tanto, no lleva a cabo los ajustes para luego regular el apetito y disminuir
la ingestión de alimentos sólidos o líquidos. En fecha reciente, Mourao y colaboradores mostraron que la composición de
macronutrientes de las bebidas no tiene efecto en esta falta de compensación.1144
Por estas razones, es de esperar que un incremento en la ingestión de bebidas con aporte energético como el que se ha
observado en los últimos años en México (entre 1999 y 2006 la proporción de energía obtenida del conjunto de varias
bebidas con aporte energético, incluidos los refrescos, bebidas que contienen jugo de fruta adicionado con azúcar, jugos de
fruta y leche entera, se ha duplicado) se vincule de manera concomitante con un desequilibrio positivo de energía y por
consiguiente, con un incremento en las cifras de obesidad. Por lo tanto, resulta indispensable contar con una guía de
orientación alimentaria para el consumo correcto de bebidas tanto en adultos como en niños que pueda guiar a la población
mexicana para la elección de bebidas que tienen efectos benéficos para la salud así como limitar el consumo de aquellas que
pueden implicar riesgos para la salud. La elaboración de estas recomendaciones ha sido el primer paso. Sin embargo, el
instrumento final de diseminación sobre las recomendaciones en el consumo de bebidas está en proceso de elaboración por
parte de la Secretaría de Salud; se pretende que exista un instrumento tanto para niños como para adultos que se encuentre
debidamente validado en la población utilizando tecnología como investigación formativa y mercadeo social. Por lo anterior,
mientras se desarrolla este proceso final de traducción de la política a una ilustración que sirva como guía para la población
en el consumo de bebidas saludables, se eliminará el uso del término “Jarra del Buen Beber” del texto de los lineamientos.
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