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Teoria y diseño organizacional

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Capítulo 11: Innovación y cambio 445

dar un mejor uso a los costosos y complejos sistemas de información

que él ha instalado. Aun cuando Allison siempre está

de acuerdo con ella, hasta ahora no ha hecho nada para ayudar

a resolver el problema. Olsen cree que la nueva tecnología

podría mejorar de forma considerable la coordinación en SCI.

Todos necesitamos trabajar a partir de los mismos datos y

al mismo tiempo. Tan pronto como Lawson y Flynn idean

un nuevo diseño, se debe publicar en la intranet, de manera

que todos podamos estar informados. Y todos necesitamos

tener acceso a la información sobre ventas y pedidos, los programas

de producción y los límites de tiempo para el envío.

Si a lo largo del proceso se mantuviera actualizados a todos,

desde Allison hasta el personal en las plantas de producción, no

tendríamos esta confusión y estos altercados. Pero nadie aquí

quiere renunciar al control, todos tienen sus pequeñas operaciones

propias y no quieren compartir la información con nadie

más. Por ejemplo, en ocasiones yo ni siquiera estoy enterada de

que se está produciendo un nuevo estilo, hasta que recibo las

muestras terminadas y las fotografías. Sé que Flynn tiene ciertas

dotes para el diseño y no estamos aprovechando sus habilidades.

Pero yo también tengo información e ideas que podrían

ayudar a esta empresa a mantenerse al tanto de los cambios y a

sobresalir realmente de entre la multitud. No sé cuánto tiempo

esperamos permanecer competitivos utilizando este proceso tan

difícil de manejar y de lento movimiento y fabricando un calzado

que ya está pasado de moda.

*Escrito por Charles E. Summer, Copyright 1978.

Caso para análisis: El malestar del sur*

Jim Malesckowski recordaba la llamada de hacía dos semanas

como si acabara de colgar el auricular en ese momento:

“Acabo de leer tu análisis y quiero que vayas a México de

inmediato”, le había dicho en forma abrupta Jack Ripon, su

jefe y CEO de la empresa. “Sabes que no podemos hacer que

la planta en Oconomo siga trabajando, los costos simplemente

son demasiado altos. De manera que ve allá, verifica

cuáles serían nuestros costos operativos si nos mudamos y

repórtate conmigo dentro de una semana.”

Como presidente de Wisconsin Specialty Products, una

división de Lamprey Inc., Jim conocía muy bien el desafío que

significaba tratar con una fuerza de trabajo de la tercera generación,

de costo alto y sindicalizada, en la planta de manufactura

en Estados Unidos. Y aun cuando había hecho el análisis

que conducía a la brusca llamada de su jefe, esa llamada lo

había sorprendido. Había 520 personas que se ganaban la vida

en las instalaciones de Lamprey en Oconomo y, si las cerraban,

la mayoría de esas personas no tendría ninguna probabilidad

de encontrar trabajo en una población de 9 900 habitantes.

En vez del salario promedio de $16 por hora que pagaban

en la planta de Oconomo, los salarios pagados a los trabajadores

mexicanos, que vivían en una población donde no había

medidas sanitarias y con emanaciones increíblemente tóxicas

debido a la contaminación industrial, serían en promedio de

$1.60 por hora. Eso significaría un ahorro de casi $15 millones

al año para Lamprey, que se contrapesaría en parte por los crecientes

costos de capacitación, transportación y otros aspectos.

Después de dos días de pláticas con los representantes

del gobierno mexicano y con los gerentes de otras empresas

en la población, Jim tenía la información suficiente para

desarrollar una serie de cifras comparativas de los costos de

producción y de envío. En camino a casa, empezó a bosquejar

el reporte, sabiendo muy bien que, a menos que ocurriera un

milagro, estaría presagiando una tempestad de notas de liquidación

dirigidas a personas a las que había llegado apreciar.

La planta en Oconomo había estado en operación desde

1921, fabricando ropa especial para personas que padecían

lesiones y otras condiciones médicas. Jim había charlado a

menudo con los empleados, que le contaban historias acerca

de que sus padres o sus abuelos habían trabajado en la misma

planta de la empresa Lamprey, la última de las operaciones de

manufactura originales en la población.

Pero haciendo a un lado la amistad, los competidores ya

habían dejado atrás a Lamprey en términos de precios y estaban

peligrosamente cerca de superarla en la calidad de su producto.

Aun cuando tanto Jim como el gerente de la planta habían

tratado de convencer al sindicato de que aceptara salarios más

bajos, los líderes se resistían. De hecho, en una ocasión en que

Jim y el gerente de la planta trataron de discutir un enfoque de

manufactura de teléfonos celulares, que proporcionaría a los

trabajadores una capacitación combinada para que desempeñaran

hasta tres puestos diferentes, los líderes sindicales locales

apenas lograron refrenar su cólera. Jim creyó percibir un temor

implícito, lo que significaba que los representantes del sindicato

estaban conscientes por lo menos de algunos problemas,

pero no había podido lograr que reconocieran eso y avanzaran

a una discusión abierta.

Había transcurrido una semana y Jim le presentó su reporte

a su jefe. Aun cuando no mencionaba específicamente el punto,

era aparente que Lamprey podría guardar sus dólares de inversión

en un banco y percibir un rendimiento mejor del que

estaba produciendo actualmente la operación de Oconomo.

Al siguiente día, discutiría el reporte con el CEO, Jim no

quería ser responsable del desmantelamiento de la planta, un

acto que en lo personal creía que sería erróneo mientras existiera

una posibilidad de reducir sus costos. “Pero Ripon tiene

razón”, se dijo, “Los costos son demasiado altos, el sindicato

no está dispuesto a cooperar y la empresa necesita obtener

un mejor rendimiento sobre su inversión si quiere seguir adelante.

Todo esto suena bien, pero siento que está mal. ¿Qué

debo hacer?”

*Doug Wallace, “What Would You Do?”, Business Ethics

(marzo/abril de 1996), 52-53. Reimpreso con autorización

de Business Ethics, Apartado Postal 8439, Minneapolis,

MN 55408; teléfono: 612-879-0695.

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