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Teoria y diseño organizacional

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596 Caso integrador 11.1

Un rol mal percibido del supervisor

En el primer turno en Fabricación había alrededor

de 70 trabajadores por hora y siete supervisores”

y en Componentes había alrededor de

140 trabajadores por hora y 11 supervisores.

Los supervisores contaban con la ayuda de los

líderes de grupo, empleados por hora nombrados

por la gerencia y que recibían un pago extra

de hasta 10 centavos por hora.

Todos los niveles de la planta estaban preocupados por el

rol de los supervisores. “Los supervisores se sienten como si

no fueran nadie”, comentó un alto directivo. En la evaluación

de la comunicación organizacional que hicieron los estudiantes,

los empleados por hora, los gerentes de nivel medio y

los supervisores reportaron todos que los supervisores tenían

demasiadas cosas qué hacer y que eso limitaba su efectividad.

Una observación típica, hecha por un empleado por hora,

fue: “Los supervisores no pueden estar en el taller debido a

las juntas y al papeleo. Tienen una increíble cantidad de cosas

en mente. El supervisor se ha convertido en un vendedor de

periódicos, lo que le impide que pueda desempeñar su trabajo”.

Al hablar de lo ocupados que estaban los supervisores

y de cómo respondían a las sugerencias de los empleados por

hora, otra persona empleada por hora dijo, “Las palabras

favoritas del supervisor son, ‘¡Se me olvidó!’”.

Los supervisores también querían una mayor participación

en la toma de decisiones. “¡Lo harás!” “¡Lo harás!”,

“¡Lo harás!”, es la forma en que un supervisor caracterizó el

estilo dominante de toma de decisiones de los gerentes en la

planta. Pensaba que la mayoría de los gerentes esperaba que

los supervisores hicieran simplemente lo que les decían

que hicieran. “Tenemos muchas responsabilidades, pero poca

autoridad”, fue la forma en que lo expresó otro supervisor.

Muchos supervisores pensaban que sus gerentes les ordenaban

que hicieran las cosas, pero que cuando algo resultaba mal,

los culpaban a ellos.

Otro factor que contribuía al nivel de moral bajo de los

supervisores se percibía como una falta de los recursos que

creían que eran necesarios para desempeñar un buen trabajo.

Muchos se quejaban de que a menudo les decían que no había

dinero para hacer cambios con el fin de mejorar las cosas.

También se quejaban de que había muy pocos ingenieros y

poco personal de limpieza y mantenimiento. Algunos supervisores

pensaban que había muy pocos supervisores en el

segundo y tercer turnos. Pensaban que eso resultaba en una

supervisión inadecuada y permitía que algunos trabajadores

por hora se dedicaran a holgazanear, debido a que los

empleados sabían cuándo esos supervisores estarían cerca

o no.

La combinación de esos factores, sobrecarga de trabajo,

demasiado papeleo, falta de autoridad, una participación

insuficiente en la toma de decisiones, falta de recursos para

hacer cambios, capacitación inadecuada y pocas recompensas,

hacía que resultara difícil encontrar entre las personas

que trabajaban por horas en la planta a algunas que aceptaran

una oferta para convertirse en supervisores.

Al discutir el rol de los supervisores, Larson decía, “No

hacemos un buen trabajo en lo que concierne a la capacitación

11.1

de nuestros supervisores. Les decimos qué queremos y los hacemos

responsables, pero no les proporcionamos las herramientas

personales para que hagan lo que nosotros queremos que

hagan. Necesitan tener la confianza y la capacidad para tratar

con las personas y hacerlas responsables, sin hacer que se sientan

mal”. Continuó elogiando a un supervisor que creía que

estaba desempeñando un buen trabajo. En particular, Larson

tenía la impresión de que los subordinados de ese supervisor

sabían qué era lo que podían esperar de él. Esa persona había

sido cabo en la Marina durante muchos años y Larson creía

que eso lo ayudaba a sentirse cómodo haciendo que se cumplieran

las reglas. Al reflexionar en eso, comentó, “Tal vez

deberíamos buscar a personas con antecedentes militares para

ocupar la posición de supervisores”.

Un enfoque insuficiente en las prioridades de Littleton

La frase “un enfoque insuficiente en las prioridades de

Littleton” reflejaba dos preocupaciones expresadas por los

empleados. En primer lugar, había una falta de comprensión

en lo concerniente a las metas de Littleton. En segundo, había

dudas acerca del compromiso de la planta con esas metas.

Sin embargo, varios niveles veían esas cosas de forma diferente.

Aun cuando la planta no tenía una declaración de misión,

los altos directivos decían que creían comprender las prioridades

de Littleton. La descripción típica de un alto directivo

con respecto a las metas de la planta era, “Proporcionarles a

los clientes productos de calidad a tiempo y al menor costo

posible, con el fin de obtener una utilidad”.

Cada año, Larson y el personal directivo desarrollaban

un plan estratégico de cuatro años para Littleton. Ventas y

marketing proyectaba primero las cantidades y los tipos de

productos que creían que se podrían vender. Después, Fabricación

analizaba las capacidades de las máquinas y de

producción y mano de obra de la planta. Las proyecciones y

las capacidades de ventas se ajustaban después según fuera

necesario. A lo largo del proceso se establecían metas para

mejorar la calidad y reducir los costos. Más tarde Larson

llevaba los planes a Brooks para su revisión y/o aprobación.

Entonces Larson convertía esas metas del plan estratégico a

objetivos específicos para cada departamento, los cuales se

utilizaban para establecer objetivos mensurables para cada

uno de los miembros del personal ejecutivo. Después, esos

objetivos constituían la base para las evaluaciones del desempeño

anual. Debido a este proceso, todos los miembros del

personal ejecutivo creían saber qué se esperaba de ellos y la

forma en que sus trabajos contribuían al logro de las metas

de la empresa.

Al mismo tiempo, tanto los altos directivos como los

gerentes de nivel medio pensaban que había comunicación y

apoyo insuficientes de las oficinas corporativas. Mencionaron

no saber nada acerca de los planes corporativos a largo plazo

para la empresa. Varios gerentes en el lado de Fabricación se

preguntaban acerca del compromiso corporativo con el negocio

de Fabricación. Pensaban que si su operación no tenía

un buen desempeño financiero, la empresa le podría poner

fin. Gordon decía que Brooks lo consideraba un “negocio no

básico”. El gerente de Seguridad de la Calidad creía que el

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