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Teoria y diseño organizacional

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598 Caso integrador 11.1

11.1

7. En 1990 el lado de Componentes reorganizó

su flujo de producción.

Se expresaron varias quejas acerca del efecto

de los cambios. Las personas creían que algunos

roles y responsabilidades no eran claros. Había

una creencia muy difundida de que las razones

para los cambios no se comunicaban lo suficientemente

bien y de que las personas se enteraban

demasiado tarde de los cambios que las afectaban. Además,

muchos no estaban seguros de cuánto tiempo continuaría un

nuevo programa, una vez que se iniciara. Larson creía que

muchos empleados por hora se resistían a los cambios que se

estaban haciendo debido a que pensaban que eso requeriría

más trabajo de ellos y ya estaban “corriendo todo el tiempo”.

Un representante del sindicato observó, “Aquí nunca hay una

disminución gradual de las cosas”. Un gerente de nivel medio

dijo: “Estamos presionados por la rapidez. Nos enorgullecemos

de hacer las cosas con rapidez. Nos apresuramos hoy

para llegar a mañana”.

Larson pensaba que la cultura de la planta estaba cambiando

de forma gradual debido a la implementación del

QIS, pero observó que sería necesario pasar mucho tiempo

explicándoles a los empleados las razones para el cambio.

Dan Gordon pensaba que la planta necesitaba “comunicar

el cambio en una sola voz”. Decía que el estilo de Larson

era dejar en manos del personal la tarea de informarles a los

demás acerca de los próximos cambios. Comentó, “Para el

momento en que llega a la última persona, algo se ha perdido”.

Creía que Larson debía comunicarles los cambios en

persona a los niveles inferiores.

El gerente de QIS pensaba que Brooks no proporcionaba

los recursos y el apoyo suficientes para los cambios en

la planta. Al explicar su punto de vista acerca del enfoque

corporativo del cambio, comentó, “El primer paso es no dar

demasiado. El segundo es no dar nada. El tercer paso que

tomen lo que quedó”. Otro gerente de nivel medio comentó,

“Siempre nos están pidiendo que hagamos más con menos,

pero no se reducen los requerimientos del corporativo”.

Un ejemplo del cambio que resultaba frustrante para

muchas personas y que se mencionaba con frecuencia,

era la introducción del Sistema de Producción y Control

de Inventarios Asistido por Fabricación (MAPICS, por sus

siglas en inglés) en 1989. MAPICS era un sistema computarizado

que se suponía que hacía seguimiento de los materiales,

la productividad y la eficiencia laboral. Teóricamente

hacía un seguimiento de los pedidos desde el momento de su

ingreso hasta el pago de la factura y era posible saber en qué

punto se encontraba un pedido descargando la información

en la computadora. Sin embargo, el sistema requería mucho

tiempo (los supervisores debían ingresar los datos manualmente)

y no era tan adecuado para el lado de Fabricación

de la planta como lo era para el lado de Componentes,

donde la producción era más estandarizada. Un alto directivo

comentó, “MAPICS se vendió como una salvación para

los supervisores y se suponía que la empresa obtuviera

todos los datos que necesitaba. Pero eso nunca sucedió. Sólo

está instalado a medias y hay problemas con los sistemas y

con las entradas”. Recientemente hay ciertas dudas acerca

de si MAPICS proporcionaba un conteo apropiado del

inventario.

Los trabajadores por hora sentían que abusaban de ellos

por la forma en que se hacían los cambios. Una persona

comentó “De pronto nos dijeron a todos que empezáramos

a monitorear el desperdicio y después que dejáramos de

hacerlo”. Otra dijo, “Un día la sala de MAPICS se encuentra

aquí y después al día siguiente está allá. También instalaron

un nuevo sistema en el almacén y no estábamos enterados de

eso”. Muchos resentían a los consultores externos que había

llevado el corporativo, reportando que no sabían por qué

los habían llevado o qué estaban haciendo. Temían que las

recomendaciones de los consultores pudieran resultar en despidos.

Las personas que trabajaban por hora creían que gran

parte de la información que obtenían acerca de los próximos

cambios era mediante rumores. “Los rumores vuelan como

locos” es como una persona que trabajaba por hora describió

la comunicación en el taller. Otra dijo “Los gerentes no

recorren la planta con frecuencia. Sólo los vemos cuando las

cosas andan mal”.

Al hablar de la comunicación acerca de los cambios, uno

de los gerentes de nivel medio comentó, “Esto es una broma

permanente. Los empleados que trabajan por hora saben qué

sucederá antes que nosotros”. Un representante del sindicato

dijo, “Muchas veces les decimos a los supervisores que algo

sucederá y se quedan sorprendidos. Eso acaba con la moral

y crea condiciones de trabajo inestables. Pero nueve de cada

diez veces es cierto”.

Los trabajadores por hora también pensaban que no

estaban suficientemente involucrados en las decisiones de la

gerencia acerca de los cambios que se harán. Uno de ellos

comentó. “No nos piden nuestra colaboración. Nosotros les

podríamos decir si algo no funcionará. Nos deberían mantener

informados. No somos idiotas”.

Falta de un enfoque sistemático de la capacitación

La empresa había llevado a cabo un esfuerzo de capacitación

bien considerado cuando contrataron a los empleados para que

iniciaran el lado de Componentes de la planta y cuando se inició

el programa QIS. Además, cada dos años, cada empleado

participaba en una capacitación de refuerzo para el QIS. No

había ninguna otra capacitación formal de la empresa ni un

programa de desarrollo de carrera en la planta.

Los empleados por hora y los supervisores en particular

se quejaban de la falta de capacitación. Un empleado por

hora expresó el punto de vista predominante: “Cuando usted

empieza a trabajar aquí, se trata de un caso de nadar o hundirse”.

Al hablar de la promoción de los supervisores, el principal

representante del sindicato comentó que no sabía cómo

las personas llegaban a ser supervisores y que, hasta donde él

sabía, no había una capacitación que los trabajadores pudieran

tener para convertirse en supervisores.

Cuando los contrataban, los nuevos empleados por hora

y los asalariados asistían a una sesión de inducción donde les

informaban acerca de los beneficios, las políticas de asistencia,

su programa de trabajo, las regulaciones para el estacionamiento

y los aspectos de seguridad. Después de la sesión de

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