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Fisica General Burbano

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INTRODUCCIÓN 477<br />

MUESTRA PARA EXAMEN. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN. COPYRIGHT EDITORIAL TÉBAR<br />

el de giro de un sacacorchos que avanza con la corriente. La intensidad de la corriente que pasa<br />

por el hilo debe ser tal que las acciones del campo magnético terrestre sean despreciables frente a<br />

las del campo creado por la corriente.<br />

Además de la experiencia de Oersted, existen otros fenómenos descubiertos por Faraday conocidos<br />

con el nombre global de «Fenómenos de inducción» en los que todavía más directamente se<br />

pone de manifiesto la interacción entre campos magnéticos y eléctricos, hasta el punto que es necesario<br />

pensar que el magnetismo es una parte de la electricidad. Esta idea es confirmada al tratar<br />

cuidadosamente (relatividad) los campos eléctricos cuando las cargas que lo producen se encuentran<br />

en movimiento. Haciendo un estudio relativista de estos campos se encuentra que los campos<br />

magnéticos son una «parte» de los campos eléctricos que aparece cuando las cargas se mueven<br />

(corrientes eléctricas), según esto no nos debe extrañar el hecho de que una corriente eléctrica<br />

(cargas en movimiento) cree un campo magnético, y que otra corriente que se halle dentro del<br />

campo sufra alguna interacción, como es el caso de dos hilos conductores rectilíneos y colocados<br />

paralelos a cierta distancia, en los que si la corriente circula en el mismo sentido en ambos conductores<br />

los hilos se atraen, y si es en sentidos contrarios se repelen. Cabe la duda de que esa fuerza<br />

de interacción pudiera tener origen electrostático de repulsión o de atracción entre las cargas de<br />

los hilos, pero no tiene razón de ser, puesto que salvo alguna carga estática de escaso valor, los hilos<br />

conductores que transportan corriente permanecen prácticamente neutros «no poseen carga<br />

neta». Aun en el caso de tener alguna carga neta, las fuerzas electrostáticas serían de tan escaso<br />

valor que resultarían totalmente inapreciables.<br />

Pero continuamos con una gran duda. Acabamos de decir que el origen de los campos magnéticos<br />

(y por tanto el origen de las interacciones magnéticas, como son las fuerzas entre los conductores<br />

anteriores) es una «corrección» relativista de los campos eléctricos creados por cargas en movimiento<br />

y por consiguiente es un efecto extraordinariamente menos intenso que las interacciones<br />

o fuerzas electrostáticas. Sin embargo, y he aquí nuestra duda, mientras que las fuerzas electrostáticas<br />

que encontramos en la naturaleza son muy leves (recuérdense los fenómenos tales como la<br />

atracción de pequeños trozos de papel por una barra de ámbar electrizada, etc.) las fuerzas<br />

magnéticas son enormes, se construyen grúas capaces de atrapar toneladas de chatarra mediante<br />

poderosos electroimanes.<br />

¿Cómo se explica esta paradoja? La respuesta se encuentra en la gran neutralidad de la materia.<br />

Existe un equilibrio completo entre la carga positiva y negativa que componen la materia y es<br />

muy difícil lograr romper este equilibrio, de forma que si a un cuerpo conseguimos arrancarle algo<br />

de carga, tendrá carga neta, pero siempre muy poca cantidad. Sin embargo, a los efectos magnéticos<br />

contribuyen todas las cargas en movimiento tanto positivas como negativas, es decir contribuyen<br />

todas las cargas con tal que estén en movimiento.<br />

En un conductor normal el balance de carga está compensado, es decir, por unidad de volumen<br />

existe prácticamente el mismo número de cargas positivas que de electrones, si suponemos<br />

que ese conductor transporta una corriente eléctrica, podemos suponer que es debida al movimiento<br />

de sus electrones, pero siempre la neutralidad se mantiene, en cada unidad de volumen<br />

«sale» el mismo número de electrones que «entra». Si tenemos en cuenta el número elevadísimo<br />

de cargas libres (electrones) que existe en un conductor normal, podremos comprender que el<br />

campo magnético creado por la totalidad del conductor sea muy considerable, es la suma de las<br />

contribuciones del campo magnético que crea el movimiento de cada electrón; si bien cada término<br />

de la suma es muy pequeño, el número de términos de la suma es enormemente grande.<br />

Con las ideas expuestas puede comprenderse algo del mecanismo de producción de campos<br />

magnéticos por corrientes eléctricas. Pero hay substancias naturales que por sí solas también producen<br />

campos magnéticos (imanes naturales), y otras, sometidas a corrientes determinadas, adquieren<br />

esa propiedad (imanes artificiales) ¿cómo pueden ser compatibles estos hechos con las<br />

ideas anteriores?<br />

Antes de responder a esto estudiaremos la siguiente experiencia (Fig. XXI-10): un magnetómetro<br />

situado en el centro de un circuito circular, se orienta perpendicularmente al plano del circuito<br />

(siempre que la intensidad de la corriente sea tal que las acciones del campo magnético terrestre<br />

sean despreciables frente a las del campo magnético creado por el circuito). Considerando que la<br />

líneas del campo magnético entran por el polo S del magnetómetro y salen por su polo N, podemos<br />

determinar que el sentido de las líneas de campo, dentro del circuito, es el de avance de un<br />

sacacorchos que gira en el sentido de la corriente.<br />

Colocando finas limaduras de hierro sobre una cartulina, atravesada por el circuito, se agrupan<br />

en direcciones que determinan la forma de las líneas: circunferencias rodeando a los hilos.<br />

Llamaremos cara sur o negativa de un circuito cerrado aquella por donde penetran las líneas<br />

de campo magnético y cara norte o positiva la cara de la que salen.<br />

La corriente circula en la cara S en el sentido de las agujas de un reloj y en la cara N en sentido<br />

contrario.<br />

Colocando una espira de corriente en un campo magnético experimenta el mismo par (párrafo<br />

2) y se produce el mismo efecto que si fuese un dipolo magnético (o magnetómetro). André Marie<br />

Ampère (1775-1836) en 1820, basándose en esta observación, enunció el llamado TEOREMA DE<br />

LA EQUIVALENCIA DE AMPÈRE:<br />

Fig. XXI-8.– Líneas de campo<br />

magnético producido por una corriente<br />

rectilínea.<br />

Fig. XXI-9.– Magnetómetros orientados<br />

por una corriente rectilínea.<br />

Fig. XXI-10.– El magnetómetro colocado<br />

en el centro del circuito circular<br />

se orienta perpendicular al plano del<br />

circuito.

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