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Fisica General Burbano

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754 EL NÚCLEO ATÓMICO<br />

producido, aparte de otros residuos, una partícula sin carga que al no producir iones no dejaba<br />

rastro de gotas de niebla en la cámara, pero que en un momento dado se desintegraba en la posición<br />

del vértice de la V produciendo otras dos partículas cargadas, cuyo rastro quedaba registrado<br />

en las fotografías; estas dos partículas resultaron ser un protón y un mesón p negativo. La partícula<br />

sin carga se denominó con la letra griega lambda, con un cero como superíndice, L 0 , para recalcar<br />

su ausencia de carga; su desintegración se representa:<br />

L o → p + p –<br />

El número bariónico es B = +1 para los bariones, B = –1 para los antibariones (antipartículas)<br />

y cero para el resto de partículas (fotones, leptones y mesones). Su conservación implica que siem-<br />

Lo primero que sorprendió de esta partícula fue que tuviese una masa mayor que la del<br />

protón, una característica que no se esperaba encontrar en ninguna partícula; pero, sobre todo, el<br />

que su vida media fuese de 2,6 × 10 – 10 s, un tiempo muy grande comparado con los 10 – 23 s típico<br />

de las partículas que participan en la interacción fuerte. Se habían medido tiempos de vida largos<br />

en partículas que se desintegraban débilmente, pero la partícula L 0 proviene de la desintegración<br />

fuerte de un núcleo y se desintegra, a su vez, en otras dos que experimentan interacción fuerte,<br />

por tanto debería desintegrarse en tiempos del orden de 10 – 23 s, cosa que realmente no ocurre.<br />

Esta peculiaridad, común a otras partículas, se designa con el nombre de EXTRAÑEZA. Otra partícula<br />

extraña es el mesón K que se presenta con carga positiva, negativa o nula.<br />

El descubrimiento de las inesperadas partículas extrañas hizo cambiar el enfoque en la investigación<br />

en este campo, de esperar a que los rayos cósmicos produjesen un fenómeno registrable en<br />

una cámara de niebla, se pasó a la producción de partículas en el laboratorio con aceleradores<br />

cada vez más potentes. La aceleración de protones hasta una energía de 5,6 GeV permitió provocar<br />

la reacción p + p → p + p + p + p , en la que aparece el antiprotón, p .<br />

Un último tipo de partículas que consideraremos son las denominadas resonancias o resones,<br />

de las que se conocen alrededor de cien. Si en experiencias de dispersión de piones por protones<br />

se representa gráficamente la sección eficaz de dispersión frente a la energía, se obtiene una curva,<br />

en forma de U invertida, que presenta un máximo de la sección eficaz para energías del pión próximas<br />

a 200 MeV y una anchura de unos 100 MeV. La existencia de ese pico se interpreta como<br />

que, cuando el pión tiene la energía conveniente, el pión y el protón puede unirse durante un corto<br />

espacio de tiempo, mientras que a otras energías ambas se repelen, Durante el corto tiempo en<br />

que los dos permanecen unidos podemos hablar de una nueva partícula que se denomina resonancia<br />

y cuya corta vida impide que pueda ser detectada en una cámara de niebla ya que su recorrido<br />

máximo es del orden del tamaño nuclear. La resonancia pión-nucleón se designa con la letra<br />

griega delta, D, y presenta cuatro estados de carga según sean las del pión y del nucleón: D ++ ,<br />

D + , D 0 y D – .<br />

En la tabla de la página siguiente se especifican propiedades de algunas de entre los centenares<br />

de partículas conocidas. En ella se clasifican según su masa en tres grupos: leptones, mesones y<br />

bariones. El fotón no se incluye en ninguno de los tres.<br />

Los mesones son de masa intermedia entre la del electrón y la del protón; los bariones (partículas<br />

pesadas), se dividen en dos grupos, los nucleones (protón y neutrón) y los hiperones, de<br />

masa mayor que la del protón.<br />

Los mesones y bariones están sujetos a interacciones fuertes y se les clasifica con el nombre<br />

común de hadrones. Los leptones (partículas ligeras) interaccionan entre sí y con los hadrones mediante<br />

interacción débil.<br />

XXX – 44. Leyes de conservación en las reacciones de las partículas elementales<br />

Conocemos ya cuatro leyes de conservación que se aplican con carácter general, son las de la<br />

energía, del momento lineal, del momento angular y de la carga eléctrica.<br />

La conservación de la energía, considerando la masa como una forma de energía, tiene como<br />

consecuencia que una partícula única no puede desintegrarse en dos partículas más pesadas que<br />

ella. Esto nos confirma que la partícula más ligera, el neutrino, es estable.<br />

El hecho de que la energía y el momento lineal se conserven nos indica que ninguna partícula<br />

aislada puede transformarse en otra partícula única, pues el cambio de masa de una a otra es incompatible<br />

con las leyes mencionadas. Si una partícula se transforma ha de hacerlo en otras dos<br />

como mínimo.<br />

La partícula libre cargada más ligera, el electrón, es estable porque no puede transformarse en<br />

otras de menor masa con carga sin violar el principio de conservación de la carga eléctrica.<br />

Además de las mencionadas existen otras, que todavía no se han logrado explicar, pero que<br />

son aplicables a las partículas elementales. Son:<br />

Leyes de conservación del NÚMERO BARIÓNICO y de los NÚMEROS ELECTRÓNICO, MUÓNICO Y<br />

TAUÓNICO: la suma de cualquiera de ellos antes de una reacción nuclear o de una desintegración<br />

es igual a la suma después del proceso.<br />

MUESTRA PARA EXAMEN. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN. COPYRIGHT EDITORIAL TÉBAR

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