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dinamica social libro

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Notas 69<br />

Caso incidental 2<br />

LOS DEPORTES PROFESIONALES: ¿RECOMPENSAR Y CASTIGAR EL MISMO COMPORTAMIENTO?<br />

Bud Selig, comisionado de béisbol, siente el calor pero no la<br />

belleza que lleva una bola rápida a 140 kilómetros por hora. Ha<br />

estado recibiendo quejas de que muchos jugadores, entre ellas<br />

que algunas de las estrellas más brillantes de las Ligas Mayores,<br />

usan esteroides para mejorar su desempeño. Cuando intervino<br />

el Congreso, Selig dijo que la política de la liga al respecto era<br />

“tan buena como la de cualquier deporte profesional”. ¿Cuál es<br />

esa política? Realizar exámenes al azar para detectar el empleo<br />

de drogas, con suspensión de 10 días para quienes den positivo<br />

por primera vez. El Congreso y el público general no quedaron<br />

satisfechos. Por eso, Selig anunció que trataría adoptar la política<br />

más dura de “tres strikes y quedas fuera”: suspensión de 50<br />

juegos la primera vez, 100 la segunda y expulsión permanente<br />

del béisbol para la tercera. Los jugadores también serían multados.<br />

Otras ligas de deportes profesionales, como la NFL y la<br />

NBA, han seguido el ejemplo. La PGA Tour incluso anunció su<br />

propia política respecto de los exámenes para detectar el uso<br />

de drogas, que comenzó a aplicar en la temporada de 2008.<br />

Pero he aquí el problema: El mismo sistema que castiga a<br />

quienes consumen drogas para mejorar su desempeño, los<br />

refuerza para que lo hagan. La Liga Mayor de Béisbol parece<br />

tener interés genuino en eliminar el uso de esteroides en ese<br />

deporte, pero todavía tiene que implementar una política<br />

más estricta. Y las repercusiones actuales para los jugadores<br />

no sirven como disuasivos eficaces. Una multa de $10,000 o<br />

una suspensión de 10 días son una pérdida pequeña en comparación<br />

con los millones que puede ganar un jugador si se<br />

convierte en un lanzador estrella.<br />

Considere el caso de Rafael Palmeiro como ejemplo. Dio<br />

positivo en el consumo de esteroides. Aunque Palmeiro<br />

insiste en que los tomó en forma inadvertida, el tipo que se<br />

halló en su organismo (estanozolol) no es de la clase que hay<br />

en los suplementos dietéticos. ¿Cuál fue su castigo? Una suspensión<br />

de 10 días, retención de $167,000 de su salario de<br />

$3 millones y se retiró del Camden Yards un anuncio de celebración<br />

de su lanzamiento número 3,000.<br />

Ahora considere al rey de los jonrones de todos los tiempos,<br />

Barry Bonds. Bonds estableció récords y obtuvo millones<br />

de dólares por hacer muchos jonrones. Aunque hay reportes<br />

conocidos y detallados de que había consumido drogas para<br />

mejorar su desempeño (en particular entre 1998 y 2003,<br />

cuando agentes federales intervinieron en la compañía que<br />

se decía los suministraba), las acusaciones nunca fueron suficientes<br />

para alejarlo del béisbol. Su fama y fortuna continúan.<br />

Y las recompensas de hacer jonrones no se limitan a los<br />

jugadores. Los ingresos por la mayor asistencia a los partidos<br />

y por las mercancías deportivas, así como el ascenso de la<br />

popularidad y éxito del equipo, son incentivos para que los<br />

jugadores eleven su nivel y los propietarios los premien.<br />

En la NFL la situación no es muy diferente. Por ejemplo,<br />

Jarrod Cooper, defensor de los Oakland Raiders, dio positivo<br />

en el empleo de esteroides antes de la temporada de 2007-<br />

2008. ¿Su castigo? Una suspensión de los juegos previos a la<br />

temporada y los primeros cuatro de ésta. Aunque una suspensión<br />

de cuatro partidos puede representar una pérdida<br />

grande en los ingresos (el salario promedio en la NFL llega a<br />

ser de $1 millón), tales penas no impiden el uso de esteroides<br />

debido a que el dinero que se puede obtener por las promociones<br />

y el triunfo en los partidos superan los salarios de los<br />

jugadores.<br />

Parece que los deportes profesionales tratan de ser juez y<br />

parte al mismo tiempo. Como hemos visto, el comportamiento<br />

que conduce a los individuos y equipos a la fama y la<br />

fortuna es el mismo para el que se pide castigo.<br />

Preguntas<br />

1. ¿Qué tipo de programa de reforzamiento representan los<br />

exámenes al azar para detectar el uso de drogas? ¿Lo<br />

común es que este tipo de programa sea eficaz o ineficaz?<br />

2. ¿Cuáles son algunos ejemplos de comportamiento en las<br />

organizaciones comunes que los supervisores premian<br />

pero en realidad van en detrimento de los demás o de<br />

la organización como un todo? Como gerente, ¿qué<br />

trataría de hacer para evitar este dilema?<br />

3. Si usted fuera el comisionado del béisbol, ¿qué pasos<br />

daría para tratar de disminuir el uso de esteroides en<br />

ese deporte? ¿Es probable que el castigo sea la medida<br />

disuasiva más eficaz? ¿Por qué?<br />

4. ¿Siempre está bien permitir que prevalezcan comportamientos<br />

potencialmente carentes de ética, que a primera<br />

vista benefician a la organización? ¿Por qué?<br />

Fuente: “Bonds Exposed”, Sports Illustrated, 7 de marzo de 2006; M. Lewis, “Absolutely, Power Corrupts”, New York Times Magazine, 24 de abril de<br />

2005, p. 46; y “Former K-State Wildcat Jarrod Cooper Violates NFL Steroids Policy,” Kansas City Star, 20 de julio de 2007.<br />

Notas<br />

1. Basado en P. Kiefer, “On the Canals, a Woman Paddles Against<br />

the Tide”, New York Times, 14 de mayo de 2007, pp. A1, A4.<br />

2. L.S. Gottfredson, “The Challenge and Promise of Cognitive<br />

Career Assessment,” Journal of Career Assessment 11, no.2 (2003),<br />

pp.115-135.<br />

3. M. D. Dunnette, “Aptitudes, Abilities and Skills”, en M. D.<br />

Dunnette (ed), Handbook of Industrial and Organizational<br />

Psychology (Chicago: Rand McNally, 1976), pp. 478-483.<br />

4. J. F. Salgado, N. Anderson, S. Moscoso, C. Bertua, F. de Fruyt y<br />

J. P. Rolland, “A Meta-analytic Study of General Mental Ability<br />

Validity for Different Occupations in the European<br />

Community”, Journal of Applied Psychology, diciembre de 2003,<br />

pp. 1068-1081; y F. L. Schmidt y J. E. Hunter, “Select on

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