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dinamica social libro

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474 CAPÍTULO 14 Poder y política<br />

Punto<br />

Contrapunto<br />

[LA ADMINISTRACIÓN DE LAS IMPRESIONES NO ES ÉTICA<br />

la administración de las impresiones es algo censurable tanto por<br />

razones éticas como prácticas.<br />

En primer lugar, administrar las impresiones solo es otro nombre de<br />

mentir. ¿Acaso no es nuestra responsabilidad ante nosotros mismos y<br />

los demás de presentarnos como realmente somos? El filósofo australiano<br />

Tony Coady escribió, “la deshonestidad siempre ha sido percibida<br />

en nuestra cultura, y en todas, hasta en la más bizarra, como un vicio<br />

grande de los humanos”. El imperativo categórico de Emanuel Kant<br />

pide que consideremos lo siguiente: si se quiere saber si decir una<br />

mentira en una ocasión particular es justificable, hay que imaginar lo<br />

que pasaría si cada uno mintiera. Seguramente usted está de acuerdo<br />

en que sería preferible un mundo en el que nadie mintiera que otro en<br />

el que fuera común la mentira debido a que en éste nadie podría confiar<br />

en nadie. Así, debemos tratar de presentar la verdad lo mejor que<br />

podamos, administrar la impresión va contra esta virtud.<br />

Desde un punto de vista práctico, la administración de las impresiones<br />

por lo general es contraproducente a largo plazo. Recuerde lo que<br />

dijo Sir Walter Scott, “Oh, qué telaraña tan intrincada tejemos cuando<br />

practicamos el engaño…” Una vez comenzamos a distorsionar los<br />

hechos, ¿dónde nos detenemos? Cuando George O’Leary fue contratado<br />

como entrenador de fútbol de Notre Dame, su currículum decía<br />

que 30 años antes había obtenido un título de Stony Brooke University,<br />

lo que nunca había ocurrido. Obviamente, esta información carecía de<br />

importancia para sus logros en el fútbol, e irónicamente lo había<br />

escrito en su currículum 20 años antes al ser contratado en Syracuse<br />

University; simplemente nunca lo corrigió. Pero cuando la verdad salió<br />

a flote, O’Leary quedó acabado.<br />

En la Kelley School of Business, de la Indiana University, el código<br />

de ética pide a los estudiantes que escriban sólo información veraz en<br />

su currículum y los obliga a ser honestos en sus entrevistas.<br />

Las personas están más satisfechas con su trabajo cuando sus<br />

valores coinciden con los de la organización. Si cada lado mintiera en<br />

el proceso de la entrevista, entonces lo más seguro es que la gente no<br />

se ajustara a la empresa. ¿Qué beneficio hay en ello?<br />

Esto no implica que una persona no debiera poner de manifiesto lo<br />

mejor de sí, sino mostrar sus cualidades sin importar el contexto: ser<br />

amigable, positivo y confiable, calificado y competente, al mismo<br />

tiempo que se es honesto.<br />

vamos… Ubíquese en la realidad. Todos mentimos hasta cierto<br />

grado en el proceso de solicitar empleo. Si realmente dijéramos<br />

al entrevistador cuál es nuestra mayor debilidad o el peor error<br />

que hemos cometido, nunca lo contratarían. ¿Qué pasaría si dijera “En<br />

las mañanas me cuesta trabajo despertar y salir a trabajar”?<br />

Esta clase de “mentiras blancas” son de esperar y actúan como<br />

una especie de lubricante <strong>social</strong>. Si realmente supiéramos lo que<br />

piensa la gente nos volveríamos locos. Además, se pueden citar a<br />

todos los filósofos que se quiera, pero a veces es necesario mentir.<br />

¿No mentirías para salvar tu vida o la de tu familia? Es una ingenuidad<br />

pensar que podemos vivir en un mundo sin mentiras.<br />

A veces se necesita un poco de mentiras para obtener un empleo.<br />

Conozco un hombre homosexual que fue rechazado de un trabajo que<br />

en verdad necesitaba porque dijo al entrevistador que había escrito<br />

dos artículos para revistas de homosexuales. ¿Qué habría ocurrido si<br />

hubiera dicho en la entrevista una pequeña mentira? ¿Habría hecho<br />

algún daño? Al menos tendría un empleo.<br />

Otro ejemplo, cuando un entrevistador pregunta cuánto ganabas en<br />

tu trabajo anterior, esa información será usada en tu contra, para<br />

pagarte un salario menor que el que mereces. ¿Está mal inflar tu salario<br />

un poquito? ¿O sería mejor revelar tu salario verdadero y dejar que<br />

se aprovechen de eso?<br />

Lo mismo vale para elogiar a los entrevistadores, estar de acuerdo<br />

con sus opiniones, etc. Si un entrevistador te dice, “Creemos en el<br />

involucramiento con la comunidad”, ¿le dirías que nunca has sido un<br />

voluntario en nada?<br />

Por supuesto, se puede llegar demasiado lejos. No estamos<br />

diciendo que las personas fabriquen por completo su pasado, sino que<br />

introduzcan una cantidad razonable de mejora. Si la administración de<br />

las impresiones nos puede ayudar un poco sin causar ningún daño,<br />

entonces no es lo mismo que mentir y en realidad es algo que debiéramos<br />

enseñar a otros.

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