04.12.2016 Views

dinamica social libro

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

466 CAPÍTULO 14 Poder y política<br />

La práctica de la evaluación del desempeño está lejos de ser una ciencia exacta.<br />

Entre más usen las organizaciones criterios subjetivos en la evaluación, hagan énfasis<br />

en una sola medición del resultado, o permitan que pase mucho tiempo entre el<br />

momento en que se realizó una acción y el de su evaluación, más probable es que<br />

un empleado se evada con politiquería. Los criterios subjetivos para evaluar el<br />

desempeño crean ambigüedad. El uso de una sola medición de resultados invita a<br />

los individuos a hacer lo que sea necesario para “verse bien” en esa medición, pero<br />

es frecuente que sea a expensas de realizar bien otras partes importantes del trabajo<br />

que no se evalúan. La cantidad de tiempo que transcurra entre una acción y su evaluación<br />

también es un factor relevante. Entre más largo sea el tiempo más improbable<br />

es que al empleado se le encuentre responsabilidad por sus comportamientos<br />

políticos.<br />

Entre más énfasis hace la cultura de una organización en el enfoque de suma<br />

cero o ganar/perder para dar recompensas, más empleados se verán motivados<br />

para practicar la politiquería. El enfoque de suma cero trata al “pastel” de premios<br />

como algo fijo de modo que cualquier ganancia que logre una persona o grupo, sea<br />

a costa de otra persona o grupo. Si yo gano, tú debes perder… Si hay $15,000 para<br />

distribuirse en aumentos anuales entre cinco empleados, entonces cualquiera que<br />

obtenga más de $3,000 se lleva dinero de uno o más del resto. Esta práctica invita a<br />

hacer ver mal a los demás y a exagerar la visibilidad de lo que uno hace.<br />

En los últimos 25 años, ha habido un movimiento general en Norteamérica y las<br />

naciones más desarrolladas hacia hacer menos autocráticas a las organizaciones.<br />

Se pide a los directivos de éstas que se comporten en forma más democrática. Se<br />

les pide que permitan que los empleados los aconsejen en las decisiones y que se ba -<br />

sen más en los aportes grupales para el proceso de decidir. Sin embargo, tales mo -<br />

vimientos hacia la democracia no necesariamente son aceptadas por gerentes<br />

individuales. Muchos de ellos acomodan sus puestos a fin de tener poder legítimo<br />

para tomar decisiones unilaterales. Pelean duro y con frecuencia pagan costos personales<br />

elevados para lograr sus puestos de influencia. Compartir su poder con<br />

otros va directamente contra sus deseos. El resultado es que los gerentes, en especial<br />

quienes comenzaron sus carreras en las décadas de 1960 y 1970, tal vez utilicen<br />

los comités, conferencias y reuniones que se les exigen, en forma superficial, como<br />

arena para maniobrar y manipular.<br />

Entre más presiones sientan los empleados para desempeñarse bien, más entrarán<br />

a la politiquería. Cuando se hace a las personas estrictamente responsables de<br />

los resultados, se les somete a mucha presión por “verse bien”. Si una persona percibe<br />

que toda su carrera depende de las cifras de ventas del próximo trimestre o<br />

del informe de productividad de la planta del mes siguiente, tiene una motivación<br />

para hacer lo que sea necesario para asegurarse de que los números se vean favorables.<br />

Por último, cuando los empleados miran a las personas de la alta dirección involucrarse<br />

en comportamientos políticos, en especial cuando lo hacen con éxito y se<br />

los premia, se crea un clima de apoyo a la politiquería. En cierto sentido, que lo<br />

hagan los altos directivos da permiso a los empleados sin tanto nivel en la organización<br />

para jugar a la política, pues está implícito que dicha conducta es aceptable.<br />

¿Cómo responden las personas a la política organizacional?<br />

Trish O’Donnell adora su trabajo como escritor en una serie semanal de comedia<br />

televisiva, pero detesta la política interna. “Hay un par de escritores aquí que pasan<br />

más tiempo haciendo la barba al productor ejecutivo que trabajando. Y es muy<br />

claro que nuestro guionista principal tiene a sus favoritos. Si bien me pagan mucho<br />

y realmente puedo usar mi creatividad, me siento mal por tener que estar alerta<br />

contra quienes apuñalan por la espalda y de tener que promover constantemente<br />

mis contribuciones. Estoy cansada de hacer la mayor parte del trabajo y tener poco<br />

crédito”. Los comentarios de Trish O’Donnell, ¿son comunes de las personas que<br />

laboran en lugares muy politizados? Todos conocemos amigos o parientes que se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!