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dinamica social libro

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130 CAPÍTULO 4 La personalidad y los valores<br />

Center. Un estudio publicado en American Demographics<br />

sugiere que 57 por ciento de las personas mayores consideraba<br />

los tatuajes visibles como “estrafalarios”.<br />

Clint Womack, como otras personas con muchos tatuajes,<br />

se da cuenta que hay una línea que es peligroso cruzar.<br />

Aunque los brazos, piernas y gran parte del torso de este trabajador<br />

hospitalario de 33 años de edad están cubiertos con<br />

tatuajes, sus manos, cuello y rostro carecen de ellos. “Los ta -<br />

tuajes son una decisión que tomas”, dice, “y tienes que vivir<br />

con tus decisiones”.<br />

Preguntas<br />

1. ¿Por qué algunos empleadores prohíben los tatuajes<br />

mientras que a otros no les importa?<br />

2. ¿Es justo que los empleadores rechacen a solicitantes<br />

con tatuajes? ¿Sería justo que se pidiera a las personas<br />

que se contratara que cubrieran sus tatuajes?<br />

3. ¿Debiera ser ilegal que los tatuajes sean un factor en el<br />

proceso de contratación?<br />

Fuente: R. R. Hastings, “Survey: The Demographics of Tattoos and Piercings”, HRWeek, febrero de 2007, www.shrm.org; y H. Wessel, “Taboo of<br />

Tatoos in the Workplace”, Orlando (Florida) Sentinel, 28 de mayo de 2007, www.tmcnet.com/usubmit/2007/05/28/2666555.htm.<br />

Caso incidental 1<br />

¿AUGE DE LOS CEO AGRADABLES?<br />

Si se pidiera describir las características de un CEO eficaz, la<br />

mayoría de las personas probablemente usaría adjetivos tales<br />

como motivado, competitivo y rudo. Aunque es evidente que<br />

algunos CEOs de piel muy dura, como Stephen Schwarzman,<br />

director ejecutivo de Blackstone (ver la introducción del<br />

capítulo) tienen éxito, algunos autores han sugerido recientemente<br />

que ser “agradable” es realmente importante en los<br />

lugares de trabajo de la actualidad, incluso en la oficina del<br />

CEO. En un <strong>libro</strong> de reciente aparición que lleva por título<br />

The No A–hole Rule: Building a Civilizad Workplace and Sur -<br />

viving One That Isn’t, Robert Sutton, profesor de administración<br />

de Stanford, plantea que para el funcionamiento exitoso<br />

de las organizaciones es importante llevarse bien con los<br />

demás.<br />

Muchas compañías, como Google, han establecido políticas<br />

para deshacerse de quienes habitualmente se comportan de<br />

manera incivilizada. Lars Dalgaard, CEO de SuccessFactors,<br />

compañía de software para negocios, se identifica a sí mismo<br />

como alguien que se recuperó de ser un “tonto” de los 500<br />

de Fortune. Ahora, Dalgaard implantó en su compañía una<br />

estricta regla del no ser un “tonto”. Las entrevistas de trabajo<br />

son largas y plantean preguntas diseñadas para descubrir<br />

cualquier tendencias grosera. El año pasado, Dalgaard llevó a<br />

los candidatos a ocupar un puesto de director ejecutivo de fi -<br />

nanzas, a que almorzaran en un restaurante cercano a fin de<br />

observar como trataban al personal de servicio. Algunos ob -<br />

tuvieron un almuerzo gratis y nada más. Cuando se contrata<br />

a directivos y empleados, reciben una carta de bienvenida<br />

de Dalgaard que menciona 15 valores corporativos, el último de<br />

los cuales es “No seré un tonto”.<br />

Si bien no está claro que hayan leído el <strong>libro</strong> de Sutton,<br />

ciertos CEOs de las 500 compañías de Fortune parecen proyectar<br />

la imagen de un “CEO más amable y gentil”. Veamos<br />

tres ejemplos, todos ellos protegidos de Jack Welch cuando<br />

era CEO de General Electric (GE) y fueron candidatos a<br />

sucederlo: Bob Nardelli, James McNerney y Jeff Immelt.<br />

Bob Nardelli, antiguo CEO de Home Depot<br />

Cuando Bob Nardelli no fue escogido para ser CEO de GE,<br />

preguntó por qué. ¿No había sido él quien tenía las mejores<br />

cifras? Su dureza era palpable, decían quienes pertenecían a<br />

GE. Cuando Nardelli se convirtió en CEO de Home Depot, se<br />

hizo notar en los primeros meses por sus maneras imperiosas<br />

y temperamento explosivo. En una reunión, gritó: “ustedes,<br />

chicos, no saben cómo manejar un ‘mugre’ negocio”. El<br />

despido de Nardelli en 2006 fue resultado de una combinación<br />

de factores, entre ellos la caída del precio de las<br />

acciones de Home Depot, pero su personalidad abrasiva jugó<br />

un papel nada despreciable. La revista Business Week escribió:<br />

“con la baja reciente del precio de las acciones a poco más de<br />

40, aproximadamente lo mismo que cuando Nardelli llegó<br />

hace 6 años, éste ya no se pudo defender con mediciones<br />

estériles que mitigaran la tremenda ira que su arrogancia<br />

había provocado en cada uno de sus actores clave: empleados,<br />

clientes y accionistas”.<br />

James McNerney, CEO, Boeing<br />

Corren buenos tiempos para Boeing, que provee niveles<br />

record de órdenes nuevas y domina a su rival europeo,<br />

Airbus, como nunca antes. La mayor parte de CEOs se asignarían<br />

el crédito por este éxito, pero no James McNerney,<br />

quien lo da a los ingenieros y empleados de Boeing. “Aquí<br />

me veo como un facilitador del valor agregado, más que<br />

como alguien con quien se estrellan las olas en el puente de<br />

una fragata”, dice. Un antiguo colega de GE comparó a<br />

Nardelli y McNerney, y dijo, “Los problemas de Jim eran tan<br />

difíciles o más que los que Bob tenía que enfrentar. Pero los<br />

resolvía en una forma mucho más agradable. Lo adoran en<br />

todas partes de Boeing.”<br />

Jeff Immelt, CEO, General Electric<br />

Aunque Jeff Immelt es el primero en decir que el apodo “Jack<br />

Neutrón” de su predecesor Jack Welch era equivocado, y que<br />

las diferencias entre ambos no son tan marcadas como<br />

algunos afirman, Immelt resalta por su estilo tranquilo y<br />

enfoque confiado. Al hablar de esto, dice: “quiero creer lo<br />

mejor en cuanto a lo que la gente es capaz de hacer. Y si<br />

quieres construir una cultura de crecimiento, debes tener<br />

una forma de cultivar a las personas y no regañarlas tan duro<br />

que todas las ideas escapen por la puerta”.

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