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dinamica social libro

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Resumen e implicaciones para los gerentes 439<br />

Punto<br />

Contrapunto<br />

HAY QUE MANTENER BAJO ESTRECHA VIGILANCIA A LOS LÍDERES<br />

los líderes de una compañía necesitan ser vigilados como cualquier<br />

otra persona. Es frecuente que hagan más mal que bien. Hay una<br />

lista larga de CEOs que prácticamente dejaron en el piso a sus com -<br />

pañías: Carly Fiorina (HP), Harry Stonecipher (Boeing), Raymond Gil -<br />

martin (Merck), Will McGuire (United Health), Franklin Raines (Fannie<br />

Mae), Henry McKinnell (Pfizer), Peter Dolan (Bristol-Myers Squibb), y<br />

la lista podría continuar sin pausa. Aunque los nombres siempre cambian,<br />

el hecho en cuestión no: no es raro que se dé a los CEOs la “operación<br />

de la casa” y que sólo se les riña después de que el daño está<br />

hecho y, ¿qué es lo que pasa? Se contrata a un nuevo CEO y, casi siempre,<br />

se repite el mismo patrón.<br />

La clave no es quién es el líder, sino cómo administra. A los CEOs se<br />

les concede mucha influencia y el consejo de directores los trata con<br />

guantes de seda (quienes por lo general terminan seleccionando y<br />

compensado a otro). Lo hacen bien mientras están en la fase de entrevistas,<br />

pero una vez contratados, la mayoría se vuelve autócrata y construyen<br />

sus imperios con poca o ninguna participación, disenso y, santo<br />

cielo, límites a su poder. Cuando Henry McKinnell, exCEO de Pfizer, fue<br />

despedido, se quejó de la “guerra contra la corporación”. En realidad<br />

la guerra era contra su paquete salarial fuera de todo control. Por su<br />

parte, cuando fue obligado a irse, Hank Greenberg barbotó: “si todo<br />

comenzara, me iría a China o India”. Pobre Hank, no le alcanza el espacio<br />

para dirigir su imperio con accionistas a quienes rendir cuentas.<br />

Sí, necesita tenerse cuidado al contratar a los CEOs, pero hay límites<br />

a lo bien que vemos al CEO “real”. Es mucho más importante un<br />

consejo autónomo que limite su poder y lo supervise de cerca con base<br />

en mediciones de su desempeño.<br />

sí, algunos CEOs fallan, pero así son los negocios. Si todos tuvieran<br />

éxito, ¿para qué se necesitaría un CEO? La clave de dirigir<br />

compañías es escoger con sabiduría.<br />

Si se hace una mala selección se necesitarán sistemas que administren<br />

al líder. Pero esto es un juego perdido. Si le toca un cancerbero<br />

como CEO nunca podrá administrar todos los aspectos de su trabajo. Si<br />

recibe la bendición de uno bueno, no necesitará preocuparse por vigilar<br />

su desempeño —el CEO hará esto muy bien por su cuenta. Vea el<br />

ejemplo del CEO de Boeing, Jim McNerney, que fue el primero en poner<br />

límites a su poder. “Sólo son uno de once con un punto de vista”, dice.<br />

“Tengo que depender de mi poder para persuadir”.<br />

Para tratarlo como si fuera un niño al que se premia o castiga a cada<br />

momento, hay que eliminar cualesquiera beneficios del puesto. Boeing<br />

contrató bien, y aunque todo CEO necesita algunas mediciones, la<br />

mayor parte del consejo debe quedar fuera de esa labor y centrarse<br />

en el panorama amplio —la planeación estratégica, cumplir los obje -<br />

tivos de largo alcance, etc. Está bien pagar al CEO con base en su rendimiento,<br />

pero el demonio está en los detalles. Vincule todo el salario<br />

del CEO al precio de las acciones y ¿qué piensa que ocurrirá? Algu nos<br />

CEOs no aceptarán el trabajo porque se darán cuenta perfectamente<br />

que no pueden controlar el precio de los títulos. Otros lo aceptarán sólo<br />

para manipular con cinismo para su propio beneficio de corto plazo. En<br />

cualquier caso, la empresa pierde a futuro.<br />

Algunas compañías han limitado la autoridad del líder por medio de<br />

recortar su trabajo y administrarlo a nivel microscópico en todo<br />

momento. Por ejemplo, cuando el Director y CEO de Citigroup, Charles<br />

Prince, fue obligado a salir a finales de 2007, hubo muchos argumentaron<br />

a favor de separarlo del cargo de Director y CEO porque no podía ni<br />

debía gozar de confianza para hacer el trabajo. ¿Qué compañía y líder<br />

lograría la excelencia en esas condiciones?<br />

No hay nada mejor que contratar al CEO correcto, y nada peor que<br />

contratar al equivocado. 98

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