LUCES Y SOMBRAS I

568 LUCES Y SOMBRAS DE LA SEGURIDAD
INTERNACIONAL EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI
necesario el empleo de fuerzas militares (art 17). Otra novedad
importante en este aspecto, y que me parece esperanzadora, es la nueva
vía de armonización, que, si hay voluntad para ello, puede dar lugar a
proyectos eficaces. Los conceptos de Cooperación Estructurada
Permanente y Cooperación Reforzada permitirán, si se emplean,
realizaciones eficaces cuando las restricciones de principio de
unanimidad o intereses nacionales no permitan avanzar mediante los
mecanismos normales de la Unión.
Los cambios más visibles que se han producido con la entrada
en vigor del Tratado de Lisboa se refieren al nombramiento del
Presidente del Consejo Europeo, en la persona de Herman Van Rompuy,
y la del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad (AR), que recayó en la británica Catherine Ashton.
El bajo perfil de esos nombramientos ha defraudado a los partidarios de
una mayor presencia de la Unión en el escenario internacional. Y eso a
pesar que el cargo de Alto Representante lleva anejo el cargo de
Vicepresidente de la Comisión. Es prematuro juzgar la actuación de las
nuevas instituciones, pero ya ha habido algunas indicios de que las
nuevas personalidades están encontrando problemas para conseguir un
puesto activo en la nueva estructura institucional.
El Consejo Europeo sigue manteniendo la responsabilidad de
fijar las estrategias comunes y la decisión de emprender acciones de
defensa común. El Comité Político y de Seguridad (COPS) seguirá
siendo el organismo el organismos director y de supervisión de las
operaciones de gestión de crisis, aunque queda por ver como se engarzan
las tareas tradicionales de esta Comité en la nueva orgánica funcional del
Alto Representante.
De ahí para abajo, la estructura de toma de decisiones en
materia de gestión de crisis en la Unión Europea, en el nivel político y
estratégico, no ha variado mucho, aunque la puesta en práctica de las
novedades del Tratado de Lisboa se hará sentir en todos los escalones. El
Alto Representante seguirá contando con los trabajos del Centro de
Situaciones (SITCEN), que realiza tareas de análisis, información y
seguimiento de situaciones de crisis. Dirigido por un oficial general
británico, desde los acontecimientos del 11-S realiza análisis de
amenazas terroristas.