LUCES Y SOMBRAS I

752 LUCES Y SOMBRAS DE LA SEGURIDAD
INTERNACIONAL EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI
poder para amasar riquezas hace que la personalización y el abuso del
poder sean inevitables. El poder personal coarta la institucionalización y
debilita el Estado” 24 .
Este problema afectaba a Somalia durante la dictadura de Siyad
Barre (1969-1991), pero en los últimos diecinueve años, en medio del
escenario de guerra civil que conllevó el derrumbe de la economía, no es
ya la corrupción o ineptitud de los malos gobernantes lo que sume al país
en el desastre, sino la ausencia de un gobierno con poder y autoridad para
tomar las riendas y promover el desarrollo de las estructuras económicas
esenciales.
Otro aspecto relacionado con el freno del desarrollo en Somalia es
la función tributaria. En general se considera que uno de los aspectos
esenciales del Estado es su capacidad de movilizar recursos económicos,
esto es, su capacidad económica y fiscal que le permita financiar las
funciones y servicios que ofrece: funciones de seguridad y administración,
las inversiones en infraestructuras y los servicios públicos. El problema
de Somalia en este asunto es que las últimas cúpulas gubernamentales
formadas en los diferentes procesos de paz (alrededor de quince), carecen
de la autoridad y legitimidad necesarias para desempeñar sus funciones
más básicas. El gobierno se ve incapacitado para realizar sus deberes
políticos, aspecto íntimamente relacionado con los otros dos indicadores
de Estado fallido: la ausencia de seguridad y de legitimidad.
Los problemas de seguridad
Una de las principales prioridades a la hora de recuperar un
Estado es la reconstrucción de su capacidad para proveer seguridad. Por
tanto, una de las características de los Estados fallidos, como hemos
apuntado en páginas anteriores, es la pérdida del monopolio del uso
legítimo de la fuerza.
En la misma línea, Encarnación Fernández señala que es “la
incapacidad de satisfacer su función reguladora/protectora el rasgo
esencial de los Estados fallidos. Esta actividad del Estado implica que el
mismo tenga la capacidad necesaria para establecer normas, para imponer
24 Jonh Emeka, “Fracaso y colapso del Estado africano: el ejemplo de Nigeria”, op. cit. pg.
5.