LUCES Y SOMBRAS I

EJE TEMÁTICO III: 769
LOS CONFLICTOS ARMADOS EN EL MUNDO ACTUAL
Y SU GESTIÓN INTERNACIONAL
aceptaron la repartición territorial en dos Estados. Hoy día esta constante
negación a reconocer el estado judío por parte de algunos actores
musulmanes impide que haya un acuerdo sólido.
No obstante, lo ocurrido tras 1948 con la auto proclamación de
Israel como Estado, es importante a la hora de comprender el presente.
En las guerras posteriores que se desataron en la región, Israel se apropió
de más territorios de los que le asignaba la hoja de ruta de las UN en
1947. Especialmente notorios son los casos de Gaza y Cisjordania,
desencadenantes recurrentes de luchas armadas, y la ciudad “doblemente
sagrada” de Jerusalén.
El territorio que la carta de partición de las Naciones Unidas
otorgaba a Israel en 1947, como ya hemos visto, es bastante menor al que
actualmente ocupa Israel. Tras la guerra árabe-israelí, Israel tomó un 26%
más de territorio del que le correspondía. Posteriormente, tras la guerra
de 6 días llevada a cabo en 1967 entre Israel por un lado y Egipo, Siria e
Iraq por otro, el primero se apropió de la Franja de Gaza, de Cisjordania,
de Jerusalén Este (recordemos que Jerusalén y Belén, según la carta de
partición, debían ser ciudades internacionales administradas por la UN),
de la Península del Sinaí y de los Altos del Golán.
Luego de conflictos recurrentes con Jordania, Egipto, Siria y
Líbano principalmente, y de la recuperación de varios territorios por otros
países, Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este se convierten en los
“territorios ocupados”. En 1993, mediante el tratado de Oslo, se pretendía
que Israel se retirara de ellos, pero esta retirada nunca se ha podido
consumar. A pesar de que Israel haya salido de estos territorios, los
controles militares son tan férreos que la comunicación entre estas
ciudades es casi imposible, y la creación de instituciones palestinas
operativas casi un sueño.
La llamada “Hoja de Ruta” del 2003 para la pacificación de la
zona en el 2005 incluía tres fases que no han llegado a culminar. Lo
ocurrido entre diciembre de 2008 y enero 2009 habla por sí solo. Israel,
en esta acción militar contra Gaza, denominada “Operación Plomo
Fundido”, haciendo oídos sordos a la presión internacional y a las
resoluciones de la ONU, dejó, en sólo 23 días, más de 1300 muertos (al
menos 400 niños) y alrededor de 5500 heridos.