23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA<br />

Cáncer” en esta isla. Aquel albergue era un remendado e ina<strong>de</strong>cuado local, pero necesario<br />

para dar comienzo a la asistencia <strong>de</strong> una ínfima porción <strong>de</strong> pacientes que sufrían lesiones<br />

malignas.<br />

En el curso <strong>de</strong> los años 1943-1947, cuando estábamos mal radicados allá, en la mencionada<br />

calle Sánchez, la clientela indijente <strong>de</strong> aquel Establecimiento había crecido <strong>de</strong><br />

tal modo que nuestro local se hizo insuficiente para servirla como ella merecía. Apenas<br />

contábamos con 18 camas, las cuales estaban constantemente ocupadas. En tales condiciones,<br />

nos veíamos obligados a rechazar no pocos enfermos; muchos <strong>de</strong> aquellos ya estaban<br />

moribundos.<br />

El presupuesto pecuniario con que contábamos se hizo escaso para cumplir las más<br />

urjentes necesida<strong>de</strong>s. En más <strong>de</strong> una ocasión nuestra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces piadosa Madre Administrativa,<br />

la reverenda Mercedaria <strong>de</strong> la Caridad, Sor Amparo Jurado, <strong>de</strong>rramaba lágrimas<br />

al consi<strong>de</strong>rar lo precario <strong>de</strong> la caritativa empresa que estábamos atendiendo i cuyo fracaso,<br />

sin un milagro, podría ser inminente. Fue entonces cuando, silenciosamente, comencé a<br />

reunir parte <strong>de</strong> mis economías para ofrecerla en óbolo a nuestra Liga i a sus cancerosos<br />

indijentes.<br />

En la fresca mañana <strong>de</strong>l primero <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l año 1947, cuando vacacionábamos en<br />

nuestro empinado retiro, “Domus Hecardorae”, mis queridas hijas Carmelita i Dora, penetraron<br />

en mi aposento i, como <strong>de</strong> costumbre, me <strong>de</strong>searon felicidad. Aproveché ese momento<br />

para consultarles acerca <strong>de</strong>l proyecto que yo estaba concibiendo con el fin <strong>de</strong> remediar lo<br />

que veíamos en el Hospital para conocidos enfermos que a veces ellas visitaban. Jubilosas,<br />

dieron su aprobación a mi intento <strong>de</strong> contribuir a levantar un edificio mejor a<strong>de</strong>cuado para<br />

alojar i tratar a aquellos <strong>de</strong>sgraciados.<br />

Dejé transcurrir una semana antes <strong>de</strong> comunicar ese propósito a nuestra Madre Amparo.<br />

En aquel momento sus lágrimas no fueron <strong>de</strong> tristeza, sino <strong>de</strong> alegría.<br />

Durante la sesión extraordinaria convocada para el siguiente 26 <strong>de</strong> febrero mis consocios<br />

oyeron, admirados, lo que yo había dispuesto para ayudar a salvar <strong>de</strong>l fracaso que amenazaba<br />

a nuestra Institución. Fue en esos momentos cuando les informé mi resolución para ayudar<br />

con cuarenta mil dólares los que exclusivamente <strong>de</strong>bían emplearse en la construcción <strong>de</strong> un<br />

hospital digno <strong>de</strong> nuestra empresa.<br />

Mis compañeros i yo no perdimos tiempo para comenzar a practicar dilijencias con ese fin.<br />

Un amigo fiel i cliente mío nos ofreció en venta un sólido i amplío edificio suyo, <strong>de</strong> concreto,<br />

todavía en construcción, i emplazado en sitio conveniente para nuestras necesida<strong>de</strong>s.<br />

En el curso <strong>de</strong> algunas sesiones estudiamos <strong>de</strong>tenidamente esa proposición, i al notar<br />

que nos convenía, resolvimos comprarlo, hacerle algunas ampliaciones i reparaciones <strong>de</strong><br />

poca importancia, las más urjentes.<br />

A la hora <strong>de</strong> firmar el contrato <strong>de</strong> esa compra, el ímprobo Licdo. D. Manuel Antonio<br />

Rivas, Notario en ese acto, nuestro querido i bien recordado consocio en la Liga contra el<br />

Cáncer, me informó que el ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l inmueble, por motivo ignorado, había renunciado<br />

a hacer dicha venta en 35 mil dólares, precio convenido <strong>de</strong> antemano, i que no podía ven<strong>de</strong>rlo<br />

sino en cincuenta mil. Nos sorprendió esa resolución. Fue entonces cuando <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> cavilaciones i algunas discusiones, <strong>de</strong>cidimos fabricar la obra en el solar don<strong>de</strong> ahora<br />

estamos reunidos.<br />

No nos es dable referir aquí la increíble historia i el orijen <strong>de</strong> la inaudita hazaña que se<br />

<strong>de</strong>sarrolló no en la probidad <strong>de</strong> quien vendía, sino en la voracidad <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> la maniobra<br />

101

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!