23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

A causa <strong>de</strong> ese acuerdo, el bufete <strong>de</strong> mi padre reabrió sus puertas, ahora bajo la dirección<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los abogados más eminentes que ha producido este país.<br />

Una parte <strong>de</strong> los libros que completaban la biblioteca <strong>de</strong> mi padre –la más copiosa y relevante<br />

colección <strong>de</strong> obras jurídicas acervadas aquí en aquellos tiempos– estaba en la planta<br />

alta <strong>de</strong> la casa que entonces habitaba mi familia; y gran orgullo <strong>de</strong> mi niñez fue agregarme<br />

a los que cumplían el oficio <strong>de</strong> transportar esos libros a la planta baja1 antes <strong>de</strong> operarse la<br />

formal reapertura <strong>de</strong>l bufete referido.<br />

En cada viaje que yo daba, transportando libros, a mi vanidad <strong>de</strong> niño tal afán le parecía<br />

plenitud <strong>de</strong> hombría; y esa pueril sensación <strong>de</strong> orgullo era halagada por el estímulo <strong>de</strong> Don<br />

Pancho, quien compensando mis esfuerzos <strong>de</strong> ese modo, me alentaba exclamando:<br />

—”¡Anda, burriquito <strong>de</strong> carga… anda!”.<br />

<br />

La noticia <strong>de</strong> esa asociación <strong>de</strong>l Ministro Henríquez con un “enemigo” <strong>de</strong> su gobierno<br />

llegó presto a los oídos <strong>de</strong>l dictador. No sólo llegó presto, sino a<strong>de</strong>más recargada <strong>de</strong> aviesas<br />

intenciones que relamida retórica hizo resurgir en el ánimo suspicaz <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Heureaux<br />

el letárgico encono <strong>de</strong> recientes experiencias.<br />

El <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte miraba a una galería circundante. Frente a la puerta <strong>de</strong> ese<br />

<strong>de</strong>spacho había <strong>de</strong> pasar, camino <strong>de</strong> la Cancillería, el Ministro <strong>de</strong> Relaciones Exteriores. Ya<br />

Heureaux lo esperaba, con ojo avizor, cuando Enrique Henríquez hizo acto <strong>de</strong> presencia en<br />

Palacio esa mañana.<br />

El Presi<strong>de</strong>nte le salió al encuentro con un saludo que nada anormal presagiaba. Tampoco<br />

auguraba nada anormal la invitación que le hizo <strong>de</strong> pasar a<strong>de</strong>lante.<br />

—”Siéntese, Ministro” –dijo afablemente, como era su habitual y típica manera–.<br />

Mas luego agregó:<br />

—”Se me ha dicho que usted ha puesto su oficina <strong>de</strong> abogado en manos <strong>de</strong> ese joven<br />

Peynado, quien, como usted no lo ignora, es enemigo <strong>de</strong> mi gobierno y <strong>de</strong> mi persona. ¿Es<br />

cierta esa versión?”.<br />

No era cosa <strong>de</strong> extrañar que la suspicacia <strong>de</strong> Heureaux –recelo que respecto <strong>de</strong>l Ministro<br />

Henríquez jamás hasta entonces había traslucido en ninguna ocasión– hubiese relacionado<br />

el hecho cuestionado con el empeño <strong>de</strong>splegado por ese mismo miembro <strong>de</strong> su familia oficial<br />

cuando en anterior oportunidad consiguió que el Presi<strong>de</strong>nte renunciara a cumplir su<br />

empecinado propósito <strong>de</strong> fusilar a “ese joven Peynado”.<br />

Si esa recelosa concatenación tuvo lugar en la mente <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Heureaux, no faltaba<br />

motivo aparente para que la respuesta <strong>de</strong>l interpelado atizara la can<strong>de</strong>la <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sconfianza.<br />

El Ministro Henríquez respondió con absoluta naturalidad.<br />

—”Lo que le han dicho es cierto, Presi<strong>de</strong>nte”.<br />

Los ojos <strong>de</strong> Heureaux se encendieron y brillaron como dos siniestros tizones.<br />

—”Pero Ministro, usted sabe muy bien que ese joven Peynado es un enemigo <strong>de</strong> mi<br />

gobierno y un enemigo mío”.<br />

—”Presi<strong>de</strong>nte” –replicó el interpelado–, “lo que yo sé muy bien es que Peynado es uno<br />

<strong>de</strong> los más altos valores humanos que tiene ese país; que está ansioso <strong>de</strong> trabajar, con lo<br />

1 La casa <strong>de</strong> referencia está hoy marcada con el número 23 <strong>de</strong> la calle Salomé Ureña; y el bufete estaba instalado en<br />

la parte oriental <strong>de</strong> la planta baja o sea la que está marcada actualmente con el número 36-A <strong>de</strong> la calle 19 <strong>de</strong> Marzo.<br />

554

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!