23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Para la formación <strong>de</strong> su gabinete ministerial el General Trujillo les había prometido a<br />

las ban<strong>de</strong>rías políticas que favorecieron su candidatura, a<strong>de</strong>cuada representación en ese<br />

órgano <strong>de</strong> la administración pública. Una <strong>de</strong> las tales ban<strong>de</strong>rías fue el ya <strong>de</strong>clinante Partido<br />

Nacionalista, agrupación que entonces encabezaba el Dr. Teófilo Hernán<strong>de</strong>z.<br />

A comienzos <strong>de</strong> junio mes <strong>de</strong>l predicho año el Presi<strong>de</strong>nte electo solicitó <strong>de</strong> las agrupaciones<br />

políticas que se habían unificado en respaldo <strong>de</strong> su aspiración presi<strong>de</strong>ncial, someterle<br />

catálogo <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong> sus respectivas filas que merecieran ser recomendadas para<br />

ocupar posiciones ministeriales.<br />

En razón <strong>de</strong> la indicada solicitación, el 13 <strong>de</strong>l mismo mencionado mes el Dr. Hernán<strong>de</strong>z<br />

me envió –a manos <strong>de</strong> un conocido correligionario suyo– una epístola enaltecedora a cuyo<br />

tenor se me informaba que el Presi<strong>de</strong>nte electo le había pedido una nómina <strong>de</strong> “hombres<br />

ilustres” <strong>de</strong>l Partido Nacionalista; y que, en atención y respuesta a esa <strong>de</strong>manda, se había<br />

tomado la licencia <strong>de</strong> “hacer figurar”, “entre los primeros”, mi “distinguido nombre como<br />

el <strong>de</strong> un correligionario digno, por su capacidad y virtu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> prestigiar el Gabinete <strong>de</strong> un<br />

Gobierno Nacional selecto”.<br />

El Dr. Hernán<strong>de</strong>z era un hombre <strong>de</strong> carácter prominente por las prendas <strong>de</strong> su patriotismo,<br />

<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>zas éticas, <strong>de</strong> su piadoso humanitarismo y <strong>de</strong> su acrisolado civismo.<br />

Pero también fue un hombre iluso y a<strong>de</strong>más ingenuo. Fácilmente se le podía <strong>de</strong>slumbrar y<br />

engañar –como lo fueron Rafael Estrella Ureña y otros tantos– por los falaces predicamentos<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>puración administrativa y <strong>de</strong> enaltecimiento político <strong>de</strong> la nación, hábil truco <strong>de</strong>l<br />

déspota zorruno, cuya figura ya empezaba a tramontar en el firmamento nacional.<br />

Un poco más tar<strong>de</strong> me enteré <strong>de</strong> que un curtido representante diplomático <strong>de</strong> cierta<br />

potencia americana había <strong>de</strong>scrito al Dr. Hernán<strong>de</strong>z, en vista <strong>de</strong> su conducta pública durante<br />

<strong>de</strong> los años prece<strong>de</strong>ntes, diciendo que la opinión estaba dividida “en cuanto a <strong>de</strong>terminar si<br />

era un i<strong>de</strong>alista o un idiota”. A mí siempre me dio la impresión <strong>de</strong> que era lo primero.<br />

<br />

El tenor <strong>de</strong> mi respuesta a la glosada carta <strong>de</strong>l Dr. Hernán<strong>de</strong>z, cursada un par <strong>de</strong> días<br />

<strong>de</strong>spués, fue completamente negativo. Agra<strong>de</strong>ciéndole cordialmente la distinción que me<br />

había dispensado con la selección <strong>de</strong> mi nombre y también las frases laudatorias que me<br />

había discernido, le encarecí retirar mi nombre <strong>de</strong> tan honrosa nómina.<br />

Basé el expresado encarecimiento en el hecho <strong>de</strong> que “para seguir viviendo con absoluta<br />

sinceridad y completa in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia las i<strong>de</strong>as y los principios nacionalistas” que siempre<br />

había profesado y que tan caros sacrificios” me habían costado, hacía ya tiempo que me había<br />

visto “compelido a separarme <strong>de</strong> las filas <strong>de</strong>l Partido Nacionalista”, agrupación patriótica en<br />

cuya organización yo había tomado laboriosa parte. Por <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za y discreción me abstuve<br />

<strong>de</strong> exponer otras razones <strong>de</strong> mayor peso y <strong>de</strong> influencia más directa aún en la <strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> mi conducta abstencionista.<br />

A esas alturas –proce<strong>de</strong> subrayarlo– el Dr. Hernán<strong>de</strong>z ignoraba y supongo que ni siquiera<br />

había sospechado que ya Trujillo me había ofrecido, sin mejor éxito, una posición en<br />

su futuro gabinete.<br />

<br />

El Partido Nacionalista nació como una hermandad patriótica empeñada en rescatar<br />

los atributos y resortes efectivos <strong>de</strong> la soberanía nacional que habían sido conculcados por<br />

fuerzas militares <strong>de</strong> una gran potencia expansionista. Contra el criterio <strong>de</strong> mi padre y <strong>de</strong> unos<br />

654

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!