23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Entonces conocí, en la escuela, otros dos Héctores: Héctor Díaz y Héctor B. <strong>de</strong> Castro<br />

Noboa, poetas ambos.<br />

Héctor Díaz a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> hacer versos componía música popular, boleros sentimentales y<br />

algún merengue que todavía se toca. Alma romántica y bohemia pasó por la vida cantando,<br />

con su guitarra, sus amigos, penas que inventaba y penas que tenía.<br />

Locutor en una radio organizó una hora, sí, sentimental. Recitaba con una voz grave, <strong>de</strong><br />

hombre, con una cierta áspera ternura, con un fondo <strong>de</strong> suave música, o acompañándose<br />

él mismo con la guitarra.<br />

Trasnochador impenitente, firme bebedor, generoso y pobre. Era siempre el centro, el<br />

resorte <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> nocharniegos que cantaban serenatas, que a la madrugada <strong>de</strong>scubrían<br />

seguro puerto en el Hospedaje, doquiera una puerta abierta lanzara sobre la calle su saludo<br />

<strong>de</strong> luz.<br />

Y se lo llevó la muerte un día, creo que lejos <strong>de</strong> la tierra que quiso tanto, sin oír las<br />

canciones que tanto le gustaban, sin cantar imaginarios fracasos amorosos, las venidas en<br />

puntillas <strong>de</strong> la muerte, el polvo gris <strong>de</strong> los caminos.<br />

Castro Noboa era el reverso. Formal, serio, estudioso. Lo perdí <strong>de</strong> vista durante largos<br />

años. Andaba por La Vega, por las provincias <strong>de</strong> la Frontera.<br />

Mucho más formado que Díaz, con mayor dominio <strong>de</strong> la técnica, culto, fino, no permitió<br />

que las Musas, que ahogaron a Díaz entre sus dulces brazos, lo arrastraran a las santas<br />

tonterías <strong>de</strong> la vida, sin ser ese muchacho mo<strong>de</strong>lo que todos los padres miran suspirando.<br />

Cuidadoso y pulcro en sus versos se refleja su personalidad, su espiritualidad, y entre<br />

uno y otro, aunque sea menester ahondar un poco hay ciertos perfiles comunes, un <strong>de</strong>cidido<br />

aire azuano, porque el azuano tiene recia individualidad, un estilo inconfundible.<br />

En Azua mis ojos se abrieron a la naturaleza, a la vida que tenía por <strong>de</strong>lante y cuya<br />

presencia no habían advertido ni los sentidos ni el corazón.<br />

Hábitos <strong>de</strong> limpieza, la amistad respetuosa, el aprecio por los que saben y por todos<br />

los que sienten, afán <strong>de</strong> perfección, virtu<strong>de</strong>s que se compaginan con la alta dignidad <strong>de</strong> la<br />

pobreza, los vi allí, quizás hubiera podido verlos también en Baní, pero mis ojos no estaban<br />

preparados.<br />

Barahona<br />

Después mi padre fue trasladado a Barahona. Los muebles fueron embarcados. Nosotros<br />

tomamos, por tierra, el camino.<br />

Había llovido mucho y el Yaque <strong>de</strong>l Sur, que es río que no se las anda con bromas, terroso,<br />

crecido terriblemente, nos salió al camino con su sordo rugido.<br />

Contrató mi padre una canoa: un tronco ahuecado con fuego y azuela, y tres hombres.<br />

El chofer se quedó en el auto aguardando tres yuntas <strong>de</strong> bueyes que salieron a buscar por<br />

ahí, aunque teníamos la sensación <strong>de</strong> que era un sencillo negocio y que aquello <strong>de</strong> reunir<br />

las yuntas no era más que un pretexto para cobrar más.<br />

Quitaron algunas cosas <strong>de</strong>l motor, metieron unos trapos empapados en aceite o en<br />

gasolina, abrieron las cuatro puertas para que el agua pasara por <strong>de</strong>ntro y la fuerza <strong>de</strong> la<br />

corriente no lo volcara y uncido con ca<strong>de</strong>nas a los bueyes pasó lentamente.<br />

Nos metimos en la canoa, mi padre, mi madre, mis hermanos pequeños y yo. En medio<br />

<strong>de</strong>l río los hombres que iban <strong>de</strong>snudos <strong>de</strong> cintura arriba y que gobernaban la embarcación<br />

472

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!