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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l ejército, David tenía su guardia personal, los llamados cereteos y feleteos,<br />

según algunos autores, kereteos y pheleteos por el origen cretense y filisteo <strong>de</strong> sus componentes.<br />

Estos eran mercenarios, lo que indica que David no quería que el cuerpo armado que<br />

lo cuidaba pudiera caer bajo influencias políticas locales ni <strong>de</strong>berse a intereses o pasiones <strong>de</strong>l<br />

país, sino sólo al señor que les pagaba. El jefe <strong>de</strong> esa guardia fue, enten<strong>de</strong>mos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

creación, uno <strong>de</strong> “los valientes <strong>de</strong> David”, Banayas, que sería el jefe <strong>de</strong> los ejércitos <strong>de</strong> Salomón,<br />

un soldado tan implacable como Joab y probablemente nada afecto al hijo <strong>de</strong> Sarvia. Banayas<br />

tomaba parte en los consejos <strong>de</strong> gobierno. De él se cuenta que bajó a una cisterna, no sabemos<br />

cuándo, para dar muerte a un león. Esa fue una <strong>de</strong>mostración casi increíble <strong>de</strong> valor, pues una<br />

cisterna es un lugar cerrado con la entrada por arriba, y bajar era ya jugarse la vida. Se <strong>de</strong>cía<br />

<strong>de</strong> Banayas que una vez, armado sólo <strong>de</strong> un palo, se enfrentó a un egipcio gigantesco que le<br />

acometió con una lanza; <strong>de</strong>spojó al egipcio <strong>de</strong> la lanza y con ella lo mató.<br />

David jerarquizó a las tribus, <strong>de</strong>signando un jefe para cada una, aunque ignoramos cuál<br />

era el papel <strong>de</strong> esos jefes. Insistimos en recordar que David tenía un cuerpo <strong>de</strong> consejeros<br />

formado por varios <strong>de</strong> los altos funcionarios <strong>de</strong>l reino, algo así como lo que hoy es un consejo<br />

<strong>de</strong> ministros, y que la familia real formaba otro cuerpo, el <strong>de</strong> los áulicos, los habitantes <strong>de</strong>l<br />

palacio real, los cercanos al rey. Pues enten<strong>de</strong>mos que repitiéndolo damos una i<strong>de</strong>a más viva<br />

<strong>de</strong> cómo David acertó a coordinar en una especie <strong>de</strong> sistema combinado a todos los que por<br />

alguna razón estaban en contacto con él; él era el rey, la personificación <strong>de</strong>l Estado, y por<br />

tanto cuanto tuviera que ver con él <strong>de</strong>bía formar parte en la organización <strong>de</strong>l Estado.<br />

La medida <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> David como estadista la da el censo que or<strong>de</strong>nó, probablemente<br />

al acercarse el fin <strong>de</strong> su reinado y cuando ya había paz, puesto que fue el ejército,<br />

bajo el mando <strong>de</strong> Joab, quien se encargó <strong>de</strong> esa tarea. El trabajo duró “nueve meses y veinte<br />

días”, según afirman con notable exactitud los textos bíblicos. El censo era una medida<br />

peligrosa porque el pueblo alegaba que David enumeraba a Israel como si fuera su dueño,<br />

y que sólo Yavé era dueño <strong>de</strong> Israel. David enfrentó las maldiciones, los malos augurios <strong>de</strong><br />

su vi<strong>de</strong>nte Gad, y mandó censar al pueblo porque su instinto <strong>de</strong> estadista le <strong>de</strong>cía que sólo<br />

pedía gobernar a conciencia aquel que sabía <strong>de</strong> cuántos hombres disponía.<br />

El censo informó que el reino contaba con un millón trescientos mil hombres <strong>de</strong> guerra<br />

–y según Paralipómenos, con un millón quinientos setenta mil, excluyendo a Benjamín–.<br />

Esa cantidad parece exagerada si la tomamos literalmente, y nos referimos a los datos que<br />

da II Samuel (24:9), no a los <strong>de</strong> Paralipómenos. Pues “hombres <strong>de</strong> guerra”, aún suponiendo<br />

que entraran en ellos los hombres útiles <strong>de</strong> dieciséis años arriba, podrían ser el veinte por<br />

ciento <strong>de</strong> la población, lo cual quiere <strong>de</strong>cir que la población total <strong>de</strong>bía ser <strong>de</strong> cinco veces<br />

ese número. Seis millones quinientas mil almas era mucho para un país que se hallaba en la<br />

etapa pastoril-agrícola <strong>de</strong> la economía, pues aún tratándose <strong>de</strong> semitas, que normalmente<br />

tenían muy largas familias, esos <strong>de</strong>bieron ser tiempos <strong>de</strong> altísima mortalidad infantil y <strong>de</strong><br />

total in<strong>de</strong>fensión ante las epi<strong>de</strong>mias; y la extensión <strong>de</strong> Israel, aún en los últimos años <strong>de</strong><br />

David, no <strong>de</strong>bía sobrepasar los cien mil quilómetros cuadrados.<br />

Según II Samuel (24:5 al 8), se censó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el paralelo <strong>de</strong> Sidón al norte, hasta el <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto<br />

<strong>de</strong> Neguev al sur, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el país <strong>de</strong> los hatitas en la Transjordania, hasta Dan, lo cual equivale<br />

a <strong>de</strong>cir hasta el Mediterráneo. Se menciona a Tiro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los territorios censados, lo cual<br />

<strong>de</strong>be ser una confusión porque Tiro siguió siendo un puerto in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> Israel y porque<br />

David no intentó, siquiera, atacar al reino <strong>de</strong> su amigo Hiram, que fue también amigo <strong>de</strong> Salomón,<br />

pero esa mención y la circunstancia <strong>de</strong> que más tar<strong>de</strong>, para pagar una <strong>de</strong>uda a Hiram,<br />

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