23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

quiso continuar siendo el que mandara y yo, evitando contrariarlo, tuve que conformarme a<br />

servirle <strong>de</strong> simple empleada aun cuando cargara con el mayor peso en todos los asuntos.<br />

Después <strong>de</strong> pasar en nuestra estancia dos o tres meses, yendo y viniendo, como me<br />

veía obligada a hacerlo, para la mejor marcha <strong>de</strong> todo lo doméstico y lo comercial, un tanto<br />

repuesta y mi esposo muy mejor en apariencia, traté <strong>de</strong> sobreponerme a mis tormentos y <strong>de</strong><br />

vuelta en casa por otro tiempo igual, púseme a escribir para dar cumplimento a la promesa<br />

que hiciera a Monseñor.<br />

Lo que emprendí, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, fue mi novela Francisca Martinoff en español. Un año<br />

antes, había yo concebido la obra, que iba a titular Alma <strong>de</strong> Artista, sobre un plan distinto y<br />

atrevidamente, queriendo como lo hice <strong>de</strong>dicarla a Pierre Lotí, que seguía siendo mi distante<br />

amigo, la comencé en francés y tuvo mi esposo la intención <strong>de</strong> enviar el manuscrito a París<br />

para que allí se hiciera la edición. Pidió informe y recomendó a un amigo suyo el trabajo si<br />

se llevaba a cabo lo que él meditaba.<br />

Pero yo no me sentí con fuerzas para continuar escribiendo en un idioma extraño y resolví<br />

redactar la novela en la lengua <strong>de</strong> Cervantes, que siquiera me era familiar; aun cuando tan<br />

imperfectamente sepa manejarla.<br />

Escogí el género realista por complacer a mi esposo, que gustó medianamente <strong>de</strong>l romanticismo<br />

<strong>de</strong> Madre Culpable y pensó que así sería más <strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong> Lotí y <strong>de</strong>l público francés,<br />

si yo la hacía francesa y se editaba siempre en París. En cuanto a lo que supuso <strong>de</strong> mi amigo<br />

errante, no se equivocó. Lotí aplaudió la novela y dos veces me escribió para <strong>de</strong>círmelo y<br />

ni fue él solo. Mi esposo se la apropió como su predilecta y cuando yo, disgustada, la repudié,<br />

se ocupó <strong>de</strong> ella con amor. Mi sobrino Héctor y Gastón Deligne la preferían a todos<br />

mis trabajos anteriores y posteriores. Principié a escribir con gusto; todos se complacían<br />

mirándome llenar cuartillas y soltarlas para que las leyesen y fueran dándose cuenta <strong>de</strong> lo<br />

que yo escribía. Nunca me había sentido mejor dispuesta para un trabajo literario. Ni jamás<br />

he vuelto a ocuparme <strong>de</strong> las letras con aquella animación. ¡Hacía tantos años que las tenía<br />

casi abandonadas y que lo <strong>de</strong>ploraba!<br />

Si cometí un error, al inspirarme como lo hice, culpables fueron todos los que no me lo<br />

advirtieron, conociendo mi obra. Di a esta el nombre <strong>de</strong> Francisca, que antes encontraba yo<br />

tan feo y tan vulgar, porque poco antes habíame apasionado por una Francoise <strong>de</strong>liciosa, <strong>de</strong>l<br />

tipo <strong>de</strong> mi heroína. ¡Casualidad rara! Era la creación <strong>de</strong> una novelista francesa.<br />

¿Por qué <strong>de</strong>bía costarme lágrimas esa pobre concepción realizada tan sencillamente?<br />

¡Circunstancias especiales vinieron a darle un colorido que no <strong>de</strong>bió tener! De esas circunstancias<br />

fatales y frecuentes en mi vida, <strong>de</strong> las que tantas veces, en el curso <strong>de</strong> ella, me han<br />

llevado casi al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la tumba, ¡provocando en mí crisis morales terribles!<br />

De lo que sufrí por Francisca Martinoff pue<strong>de</strong> penetrarse el que estas páginas lea, por las<br />

cartas <strong>de</strong> Monseñor <strong>de</strong> Meriño, que me las escribiera a ese respecto y que reproduciré.<br />

Mientras tanto diré el placer con que él me veía escribir mi <strong>de</strong>sdichada novela.<br />

xLIV<br />

Paréceme que le veo llegar, durante el curso <strong>de</strong> mi trabajo, frecuentemente y a su hora<br />

habitual, por las tar<strong>de</strong>s.<br />

De su sencillo coche <strong>de</strong> alquiler, que era lo que él usara siempre para efectuar sus<br />

salidas distantes, <strong>de</strong>scendía con tanta majestad y gracia como si lo hiciera <strong>de</strong> una carroza<br />

imperial, y penetraba en la casa, resplan<strong>de</strong>ciente; tal como le calificaba mi hermana Ofelia,<br />

275

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!