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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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JOAQUÍN BALAGUER | EL CENTINELA DE LA FRONTERA<br />

El Coronel Luis Alvarez intentó cerrar el paso al ejército invasor en San Juan <strong>de</strong> la Maguana,<br />

pero fue vencido por la superioridad <strong>de</strong> las fuerzas enemigas. El 18 <strong>de</strong> marzo, en<br />

víspera <strong>de</strong>l día memorable en que la nueva República <strong>de</strong>bía recibir su verda<strong>de</strong>ro bautismo<br />

<strong>de</strong> fuego, el comandante Lucas Díaz fue también arrollado por el enemigo en el Paso <strong>de</strong>l<br />

Jura. El camino, <strong>de</strong>sembarazado <strong>de</strong> obstáculos, se abría cómodamente para las fuerzas <strong>de</strong><br />

Charles Herard que cruzó el Yaque <strong>de</strong>l Sur en actitud victoriosa.<br />

El 19 <strong>de</strong> marzo, reforzado por los contingentes <strong>de</strong>l General Souffront, el presi<strong>de</strong>nte haitiano<br />

<strong>de</strong>spliega su ejército en tres columnas que avanzan arrolladoramente por los tres caminos<br />

que convergen hacia la ciudad <strong>de</strong>l Vía. Las tropas que marchan por el camino <strong>de</strong> San Juan<br />

son saludadas por el fuego <strong>de</strong> los cañones emplazados estratégicamente por Francisco Soñé<br />

y por el Teniente José <strong>de</strong>l Carmen García; las que intentan abrirse paso por las breñas <strong>de</strong>l<br />

camino <strong>de</strong> los Conucos, retroce<strong>de</strong>n ante las <strong>de</strong>scargas <strong>de</strong> la fusilería dirigida con <strong>de</strong>nuedo por<br />

Matías <strong>de</strong> Vargas, Feliciano Martínez, José Leger y Nicolás Mañón; y la que sigue a marcha<br />

forzada por el camino <strong>de</strong> El Barro, que fue la que <strong>de</strong>mostró mayor coraje en la embestida, fue<br />

obligada por Duvergé y otros bravos a <strong>de</strong>jar sobre el campo, junto a montones <strong>de</strong> cadáveres,<br />

los trofeos fácilmente obtenidos, algunos días antes, en el Valle <strong>de</strong> Neiba.<br />

El plan <strong>de</strong> la batalla fue trazado por Duvergé con certero instinto militar. El día anterior<br />

al <strong>de</strong>l encuentro, con el fin <strong>de</strong> levantar el ánimo <strong>de</strong> la población y <strong>de</strong> prepararla para la acción<br />

ya inminente, Duvergé hizo <strong>de</strong>sfilar por las calles <strong>de</strong> Azua las tropas que tenía organizadas.<br />

El <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong>spertó entusiasmo entre la población por el aspecto aguerrido y por la disciplina<br />

que mostraron los reclutas. Fue entonces cuando se divulgó la verdad: la mayoría <strong>de</strong> esos<br />

guerreros improvisados habían sido instruidos militarmente con la mayor discreción, durante<br />

las últimas semanas, en la hacienda <strong>de</strong> la familia Soñé <strong>de</strong>nominada “Las Yayitas”.<br />

El ataque <strong>de</strong>l ejército invasor se inició en las primeras horas <strong>de</strong>l día 19 con ímpetu creciente.<br />

Las tropas <strong>de</strong> Herard avanzaron sobre el campo <strong>de</strong> la acción en columnas cerradas.<br />

Francisco Soñé, oficial <strong>de</strong> artillería que había militado bajo las ban<strong>de</strong>ras napoleónicas en<br />

Marengo y Las Pirámi<strong>de</strong>s, causó en ellas enormes bajas con las dos piezas <strong>de</strong> que disponía.<br />

Hubo, sin embargo, un momento <strong>de</strong> extremo peligro para la causa dominicana. El contingente<br />

que <strong>de</strong>fendía uno <strong>de</strong> los puntos más expuestos a un ataque frontal <strong>de</strong>l enemigo,<br />

en las inmediaciones <strong>de</strong>l cementerio viejo, se halló con el parque totalmente agotado. Un<br />

sentimiento <strong>de</strong> zozobra se extendió sobre la tropa. Pero antes <strong>de</strong> que el enemigo advirtiera<br />

esas señales <strong>de</strong> incertidumbre, Duvergé, quien tenía personalmente a su cargo la <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> esa posición, or<strong>de</strong>nó un ataque en masa al arma blanca. El asalto se efectuó con energía<br />

arrolladora. El impacto <strong>de</strong> esa acción inesperada sobre las filas contrarias resultó <strong>de</strong>cisivo. El<br />

ejército <strong>de</strong> Herard retrocedió <strong>de</strong>sconcertado. Era la primera vez que el machete se utilizaba<br />

como arma <strong>de</strong> aplastante efectividad contra la infantería haitiana.<br />

El triunfo obtenido por las tropas dominicanas en su primera función <strong>de</strong> armas realmente<br />

importante, se <strong>de</strong>bió más que a la pericia <strong>de</strong>l General en Jefe <strong>de</strong>l Ejército Libertador, a la<br />

intrepi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los oficiales que le asistieron en el campo <strong>de</strong> batalla. Pedro Santana, todavía sin<br />

experiencia en el arte <strong>de</strong> la guerra, tuvo la fortuna <strong>de</strong> contar, en la victoria <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> marzo,<br />

con el valor y la energía <strong>de</strong> varios oficiales que recibieron en esa jornada las consagraciones<br />

<strong>de</strong> la epopeya: Vicente Nobles, Manuel Mora, Juan Esteban Ceara y Antonio Duvergé, el más<br />

brillante <strong>de</strong> esa legión <strong>de</strong> titanes por el ímpetu en la acción, por el valor casi suicida con que<br />

presentó siempre el pecho al enemigo, por la ejemplar mo<strong>de</strong>stia <strong>de</strong> su conducta <strong>de</strong> soldado<br />

obediente a sus superiores en el mando, por la fe con que sostuvo la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la libertad<br />

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