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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

El fallo <strong>de</strong> la historia<br />

El proceso instruido a Duvergé obe<strong>de</strong>ció a un fin cuidadosamente calculado: <strong>de</strong>struir al<br />

héroe y glorificar militarmente a Santana. La figura <strong>de</strong> Duvergé, como el primer guerrero <strong>de</strong><br />

las campañas <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, era <strong>de</strong>masiado alta para que ningún otro caudillo militar<br />

pudiera alcanzarla en abnegación y en gran<strong>de</strong>za. Santana, “que no era tan bruto como se<br />

supone”, lo comprendió así y se dispuso a <strong>de</strong>struir a su rival para levantar sobre las ruinas<br />

<strong>de</strong> su reputación el monumento con que quiso a<strong>de</strong>lantarse al fallo <strong>de</strong> la historia.<br />

El instigador <strong>de</strong>l proceso sabía mejor que nadie que no existían culpas con que hundir<br />

al esclarecido soldado. Pero tampoco ignoraba que la duda que el proceso estaba llamado a<br />

suscitar sobre la reputación <strong>de</strong> su émulo, reduciría momentáneamente la estatura <strong>de</strong>l héroe<br />

ofreciéndole a su <strong>de</strong>tractor la oportunidad <strong>de</strong> usurpar una parte <strong>de</strong> su gloria.<br />

Así se explica que juntamente con la muerte moral que quiso imponerse a Duvergé, se<br />

tomaran todas las provi<strong>de</strong>ncias necesarias para disminuir la importancia <strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong><br />

El Número y exagerar, en cambio, la <strong>de</strong> las escaramuzas <strong>de</strong>l Paso <strong>de</strong> las Carreras. Las pesquisas<br />

realizadas en Las Matas y en San Juan <strong>de</strong> la Maguana por la Comisión Inquisitorial<br />

coincidieron, en efecto, con el título que se hizo otorgar Santana por el Congreso Nacional,<br />

el 18 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1849, como “Libertador <strong>de</strong> la Patria”, y con la colocación <strong>de</strong> su retrato al<br />

lado nada menos que <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Colón en el Palacio <strong>de</strong> Gobierno. El propio Santana dispuso, en<br />

uso <strong>de</strong> sus faculta<strong>de</strong>s dictatoriales, <strong>de</strong>clarar beneméritos a los militares adictos a su persona<br />

que se distinguieron en Las Carreras, y los premió con ascensos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> proclamar que<br />

eran los únicos acreedores a los empleos públicos y a las sinecuras oficiales.<br />

Entre las circunstancias que facilitaron el plan <strong>de</strong> Santana, merece <strong>de</strong>stacarse, aparte <strong>de</strong> la<br />

terrible gravitación <strong>de</strong> su energía arrogante y voluntariosa como árbitro <strong>de</strong>l ejército y como Jefe<br />

<strong>de</strong>l Estado, la ausencia <strong>de</strong>l país cuando se produjeron estos acontecimientos <strong>de</strong>l fiscalizador<br />

<strong>de</strong> la historia nacional, <strong>de</strong>l Alférez <strong>de</strong> Marina José Gabriel García, <strong>de</strong>bido a que la nave en que<br />

viajaba el futuro historiador fue batida por un huracán que la arrastró hasta la península <strong>de</strong><br />

Paraguaná, en el límite entre Venezuela y Colombia, don<strong>de</strong> permaneció García prácticamente<br />

incomunicado con otros miembros <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong> Guerra dominicana. Esta infortunada<br />

aventura privó al terrible fiscal <strong>de</strong> la historia patria <strong>de</strong> la oportunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>sentrañar los móviles<br />

ocultos <strong>de</strong>l drama <strong>de</strong> que se hizo víctima a Duvergé y <strong>de</strong> escribir a su vez el proceso <strong>de</strong><br />

la inicua acción <strong>de</strong> Santana con la maestría con que supo hacer el <strong>de</strong> todos los sucesos <strong>de</strong> que<br />

acertó a ser testigo en aquella época en que la fisonomía <strong>de</strong> la República empezaba a formarse<br />

en los campos <strong>de</strong> batalla y en los conciliábulos secretos <strong>de</strong> sus hombres <strong>de</strong> Estado 22 .<br />

Duvergé, en cambio, a quien la fortuna, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> acompañarlo en cien combates,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñó cruelmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 29 <strong>de</strong> abril hasta la hora <strong>de</strong> su muerte, fue a su vez favorecido<br />

por el azar con los cambios que modificaron inesperadamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> Jiménez<br />

el escenario político. En el momento en que termina la instrucción <strong>de</strong>l proceso, Santana,<br />

compelido por los acontecimientos, se halla <strong>de</strong>stituido <strong>de</strong>l mando. Antes <strong>de</strong> que la Comisión<br />

Inquisitorial presidida por los Generales Remigio <strong>de</strong>l Castillo y Francisco Sosa cerrara en<br />

22 El historiador José Gabriel García se hallaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mes <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1849 abordo <strong>de</strong> la fragata “Cibao”,<br />

una <strong>de</strong> las unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la marina <strong>de</strong> guerra que el Presi<strong>de</strong>nte Báez utilizó para su ofensiva marítima contra Soulouque.<br />

En la ensenada <strong>de</strong> Les Cayes fue transbordado al bergantín 27 <strong>de</strong> Febrero antes <strong>de</strong> que la flotilla fuera dispersada por<br />

violentas ráfagas, que frustraron en gran parte esta nueva expedición. El bergantín 27 <strong>de</strong> Febrero fue luego arrastrado<br />

por el huracán hasta Paraguaná, don<strong>de</strong> arribó el 25 <strong>de</strong> diciembre. El 19 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1850, al cabo <strong>de</strong> casi dos meses<br />

<strong>de</strong> travesía, fue cuando fon<strong>de</strong>ó en el puerto <strong>de</strong> Santo Domingo el buque en que viajaba José Gabriel García. (Véase<br />

García, Compendio <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Santo Domingo, tomo III, 3ª edición, págs. 61-64).<br />

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