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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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III. El adolescente<br />

Mi abuelo materno, Pierre Bennett, nació esclavo en Saint-Thomas. Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi<br />

nacimiento fue nombrado Gobernador –o Mayordomo– <strong>de</strong>l Palacio Nacional, sito en la calle<br />

<strong>de</strong> El Comercio (hoi Isabel la Católica), frente al parque Colón. Casó en primeras nupcias con<br />

Anne Charles, una mulata clara, cuyo padre, francés <strong>de</strong> Bretaña, fue aficionado a la pintura<br />

clásica. Mi madre me <strong>de</strong>cía que varios cuadros pintados por su abuelo fueron <strong>de</strong>struidos<br />

por uno <strong>de</strong> los ciclones que azotan a Saint-Thomas. Aquella abuela mía murió en Puerto<br />

Plata. Allí nació mi madre, afectuosamente llamada Ita.<br />

Mi abuelo, apodado Zefí (Céfiro) por la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> sus movimientos, era bien querido<br />

<strong>de</strong> todos sus compañeros. Le gustaba socorrer a quienes solicitaban limosnas o algún<br />

servicio.<br />

Zefí, antes <strong>de</strong> venir a esta Capital, era dueño <strong>de</strong> una pequeña tabaquería en Puerto<br />

Plata. Solía referirme que allí procuró trabajo a quien más tar<strong>de</strong> fue héroe cubano: Antonio<br />

Maceo, que hacía sus preparativos para unirse en Montecristi con José Martí, el Mártir <strong>de</strong><br />

las Américas.<br />

Después <strong>de</strong>l fallecimiento <strong>de</strong> su esposa, Zephir <strong>de</strong>cidió venir con sus hijos a Santo Domingo.<br />

Aquí conoció a una viuda, hija <strong>de</strong> mulatos franceses. Esta se llamaba Vivian Pierre,<br />

cariñosamente apellidada Bibí. Zefí no tardó en casarse con ella. Esta santa mujer sirvió <strong>de</strong><br />

mo<strong>de</strong>lo para que yo fuera lo que soi. Ni una sola gota <strong>de</strong> su sangre corre por mis venas, pero<br />

su presencia en mis comportamientos, en mis hábitos i en mi espíritu son suficientes para<br />

i<strong>de</strong>ntificarme con ella más que con otra persona. Ya tendré el <strong>de</strong>ber i la inmensa satisfacción<br />

<strong>de</strong> recordarla en otras líneas <strong>de</strong> esta biografía.<br />

Mi madre i sus hermanos Pedro i Enrique querían mucho a su madrastra i ésta les<br />

correspondía con el mismo cariño que duró invariablemente hasta la última hora <strong>de</strong> su<br />

existencia. Murió en el año 1927.<br />

No hai rosales sin espinas. La segunda esposa <strong>de</strong> mi abuelo era madre <strong>de</strong> una adolescente<br />

llamada Juana Ramos, hija <strong>de</strong>l difunto Coronel Ramos. Entre Juana i sus hermanastros<br />

surjieron celos infundados, los naturales en cualesquiera nuevos hogares <strong>de</strong> esa especie.<br />

Los años se encargaron <strong>de</strong> atenuar esas rencillas. Después <strong>de</strong> muchas décadas <strong>de</strong> tolerable<br />

comprensión los muchachos <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> Juana han borrado las pequeñas arrugas que<br />

a veces los aflijían.<br />

IV. Mis padres<br />

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA<br />

Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber celebrado sus bodas mis padres fueron a residir a la ciudad <strong>de</strong><br />

Puerto Plata, en don<strong>de</strong> había nacido mi madre. Mi padre encontró allí trabajo remunerador.<br />

Era un buen tipógrafo, acucioso prensista i experto en fabricar los rolos que en esa época,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Gutenberg, entintaban las pájinas en prensa. En ese taller fue Jerente <strong>de</strong> la tipografía<br />

en don<strong>de</strong> se editaba, i aún se edita, El Porvenir, <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> los periódicos dominicanos.<br />

Mi padre no duró mucho en ese empleo. La mala suerte lo perseguía, perturbando la<br />

excelencia <strong>de</strong> su conducta i la experiencia en su profesión. Al cabo <strong>de</strong> pocos meses <strong>de</strong>cidió<br />

regresar a la Capital. En ese viaje yo moraba en el vientre <strong>de</strong> mi madre. Fue en el verano <strong>de</strong><br />

1883. Al regresar a la Capital nos alojamos en la misma casa <strong>de</strong> la calle Colón. Seis meses<br />

<strong>de</strong>spués nací sin ninguna dificultad obstétrica.<br />

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