23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

repentinamente, mi actividad política fue asombrosa. Una fuerza interior, incontrarrestable,<br />

me impelía a la acción e inspiraba mis discursos. Obraba y discurría con la seguridad <strong>de</strong><br />

aquel a quien le dictara la conducta y las frases. Y esa seguridad la comunicaba a otros. Lo<br />

imposible en apariencia, hacíalo ver hace<strong>de</strong>ro. Y así reuní prosélitos.<br />

El sitio continuó algunos días más. Muchas vidas preciosas fueron truncadas. Corrió<br />

bastante sangre y fueron consumadas muchas ruinas.<br />

El presi<strong>de</strong>nte Vásquez no tuvo valor para proseguir luchando, porque habíase <strong>de</strong>svanecido<br />

su ilusión <strong>de</strong> regenerar el país, apoyado por Don Emiliano; i<strong>de</strong>a generosa que lo<br />

lanzara a la lid el 26 <strong>de</strong> Abril.<br />

Vio la ineficacia <strong>de</strong> su empeño y retrocedió ante las nuevas responsabilida<strong>de</strong>s que iba<br />

a imponerse.<br />

Levantó el sitio y renunció a la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República. Los facciosos quedaron<br />

dueños <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />

Formóse un gobierno provisional, presidido por el que había sido hacía tiempo presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la República, general Alejandro Woss y Gil.<br />

Nada diré <strong>de</strong> ese gobierno que, nacido <strong>de</strong> un golpe <strong>de</strong> fuerza y sin cohesión <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />

partido, no fue viable. Obe<strong>de</strong>ciendo a lo que mi sueño me impusiera, yo <strong>de</strong>bía combatirlo y<br />

así lo hice <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros momentos, no excitando a la guerra civil, sino por el contrario,<br />

luchando tregua para evitarla.<br />

LIV<br />

Mis relaciones con Monseñor <strong>de</strong> Meriño continuaban invariables. Los acontecimientos<br />

que habían tenido lugar, no influían en ellas.<br />

Una vez restablecida la calma en la ciudad, volvió él a mi casa. Sabía yo que el curso <strong>de</strong> la<br />

política le disgustaba como a mí, pero en él no había esa visión interior que me comunicaba<br />

fuerzas para resistir en todas las contrarieda<strong>de</strong>s. Habléle <strong>de</strong> mi sueño.<br />

Me escuchó con bondad; pero contestó, moviendo la cabeza:<br />

—¡Bendita sea usted, hija mía, que pue<strong>de</strong> soñar...! ¡Yo no sueño ya! Apenóme su respuesta<br />

y con más ardor que nunca quise realizar mi i<strong>de</strong>al, ¡para verle satisfecho!<br />

Mientras se hacía en mi alre<strong>de</strong>dor política intensa, escribía yo. Terminé la novela Impenetrable<br />

y comencé otros trabajos. Mi labor literaria servía <strong>de</strong> pretexto a las reuniones políticas.<br />

En mi casa se vio a veces a todos los principales adictos al régimen caído. Bajo mi ban<strong>de</strong>ra<br />

se agruparon. Yo era el alma que los sostenía; impidiéndoles <strong>de</strong>sbandarse y cometer errores.<br />

Emilio y Luis Tejera* hijos <strong>de</strong> Don Emiliano, jóvenes imberbes, estaban a mi lado. Lo<br />

mismo que Bernardo Pichardo, esposo <strong>de</strong> Ofelia <strong>de</strong> Marchena y Sánchez, padre <strong>de</strong> Paíno,<br />

pariente mío querido, <strong>de</strong> apenas 24 años entonces, <strong>de</strong>spués político noble e historiógrafo.<br />

Principió su carrera <strong>de</strong> hombre político, como secretario <strong>de</strong>l ex-presi<strong>de</strong>nte Vásquez,<br />

cuando éste cayó. En las letras se inició tal vez, cerca <strong>de</strong> mí. Él me ayudó en la revisión y<br />

en la copia <strong>de</strong> Impenetrable. Creo verle aún, animado y chistoso, escribiendo conmigo, en<br />

las mañanas, y mientras nos llegaba la noticia <strong>de</strong> la situación. Muchas veces, soltando la<br />

pluma, me <strong>de</strong>cía:<br />

—Doña Amelia, no puedo contenerme más. Voy a dar lengua por ahí y le diré lo que<br />

pasa, cuando consiga saber algo.<br />

* El joven general Luis Tejera, muerto en la horrorosa tragedia política <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1911.<br />

292

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!