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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

En el campo <strong>de</strong> su incipiente revolución Gabino Crespo hizo acto <strong>de</strong> presencia precedido<br />

<strong>de</strong>l prestigio que a los hombres suele darles la secuencia <strong>de</strong> los éxitos. A lo largo <strong>de</strong> esos éxitos<br />

él había ganado extensa fama por la audacia <strong>de</strong> sus hazañas y los mágicos y <strong>de</strong>sastrosos<br />

efectos <strong>de</strong> sus maniobras. Pero esta vez había <strong>de</strong> vérselas con otro mago <strong>de</strong> las <strong>de</strong>strezas<br />

estratégicas y <strong>de</strong> los combativos ímpetus.<br />

En el primer encuentro <strong>de</strong> ambas tropas las fuerzas <strong>de</strong> Gabino Crespo sufrieron tremenda<br />

<strong>de</strong>rrota; y en la <strong>de</strong>sbandada <strong>de</strong>jaron tras <strong>de</strong> sí crecido número <strong>de</strong> heridos y <strong>de</strong> muertos y<br />

no pocos prisioneros.<br />

Ulises Heureaux aprovechó la espectacular <strong>de</strong>rrota que le había infligido a su adversario,<br />

poniendo en práctica la consigna <strong>de</strong> piedad para el vencido que el prócer Espaillat y los hombres<br />

que prestigiaban su gobierno habían implantado como norma <strong>de</strong> conducta humanitaria,<br />

pauta que obligaba a los lí<strong>de</strong>res militares y a los lí<strong>de</strong>res políticos <strong>de</strong>l Partido Azul a usar siempre<br />

la virtud <strong>de</strong> la clemencia. Cumpliendo esa consigna, Heureaux les dio a los muertos cristiana<br />

sepultura, a los heridos albergue y cura, mientras a los prisioneros los invitó a compartir con<br />

su propia tropa el regocijado rancho <strong>de</strong> los vencedores, distinción que los invitados gustosos<br />

aceptaron. Luego les ofreció la libertad, que todos aceptaron también, bajo promesa formal <strong>de</strong><br />

que no volverían a incorporarse en las filas <strong>de</strong>l perseguido movimiento sedicioso.<br />

Uno <strong>de</strong> ellos, sin embargo, sólo durante algunos días guardó fi<strong>de</strong>lidad al juramento<br />

<strong>de</strong> abstención. Mongo el Cubano, infi<strong>de</strong>nte, en breve plazo se reincorporó al bando <strong>de</strong> los<br />

sediciosos.<br />

Tras una larga serie <strong>de</strong> ataques sorpresivos <strong>de</strong> una parte y <strong>de</strong> la otra igual serie <strong>de</strong><br />

fracasos y evasiones, peripecias que <strong>de</strong>bilitaban la moral <strong>de</strong> las menoscabadas fuerzas <strong>de</strong><br />

Gabino Crespo, en una nueva embestida Heureaux consiguió infligirle al enemigo <strong>de</strong>rrota<br />

anonadante.<br />

Rendidos quizás <strong>de</strong> cansancio y <strong>de</strong>saliento, esta vez fue mayor el número <strong>de</strong> los combatientes<br />

capturados por las fuerzas leales al gobierno que los dominicanos habían elegido<br />

mediante la expresión, libre y honesta, <strong>de</strong> la soberanía popular.<br />

La consigna <strong>de</strong> piedad con el vencido no había sido revocada. Estaba en todo su vigor;<br />

y a su noble amparo los nuevos prisioneros tendrían, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser interrogados, la oportunidad<br />

y la opción <strong>de</strong> acogerse o no a los términos <strong>de</strong> su condicional liberación.<br />

En un ambiente <strong>de</strong> incertidumbre y <strong>de</strong> temores avanzó a su turno cada uno <strong>de</strong> los prisioneros,<br />

con el objeto <strong>de</strong> someterse al interrogatorio <strong>de</strong> ritual. Todos, unos tras otros, se fueron<br />

confesando culpables <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> rebelión armada; y, bajo la promesa <strong>de</strong> no reincidir, todos<br />

obtuvieron su libertad. Todos, menos uno. Calado el sombrero alón hasta ocultar los ojos,<br />

como si pretendiera soslayar su i<strong>de</strong>ntidad, compareció Mongo el Cubano.<br />

El mismo General Heureaux le interrogó:<br />

—”¿Recuerdas que hace poco te perdoné <strong>de</strong> que fueras juzgado y con<strong>de</strong>nado como reo<br />

<strong>de</strong> rebelión armada?”.<br />

El interpolado movió la cabeza en signo afirmativo.<br />

—¿Recuerdas que te <strong>de</strong>volví la libertad bajo la condición <strong>de</strong> que no volvieras a tomar<br />

parte en la contienda?<br />

El interpolado hizo otro signo afirmativo.<br />

—¿Recuerdas que aceptaste el beneficio <strong>de</strong> la libertad bajo la garantía, que has incumplido,<br />

<strong>de</strong> tu palabra <strong>de</strong> honor?<br />

El interpelado volvió asentir sin proferir palabra.<br />

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